El patrimonio inmaterial es el que ayuda a dar identidad a los pobladores, y, en Chapala se ha perdido poco a poco a grado de estar muy degradado tanto por la gente como por las autoridades
La vieja estación del tren de Chapala. Foto: Archivo.
Manuel Jacobo (Redacción). – Las direcciones de Cultura y de Planeación Urbana del municipio trabajan con limitaciones para sistematizar y lograr proteger el patrimonio.
Los trabajos que se han realizado se lograron haciendo la separación de los bienes muebles e inmuebles. En los primeros encontramos: los edificios, el arte clasificado, objetos, esculturas, etc.; en los inmuebles tenemos los menos explorados: el paisaje, la tradición oral, los usos y costumbres, etc.
Aunque se ha trabajado a la par y los más visibles son los muebles en cuanto a protección se trata, los bienes inmuebles son los que dan identidad y los que más preocupan al director de Cultura, Sergio Unzueta Flores, porque “hay cosas que las vemos tan cotidianas que no las consideramos patrimonio”, señaló.
El daño tanto al patrimonio material como al inmaterial está presente en el municipio pese que empiezan las labores que pretenden blindarlo. Por ahora, la Secretaría de Cultura de Jalisco es quien brinda permisos para hacer las restauraciones y las autoridades municipales no tienen capacidad jurídica.
Patrimonio inmaterial dañado y nadie lo visualiza
El patrimonio inmaterial es el que ayuda a dar identidad a los pobladores, y, en Chapala se ha perdido poco a poco a grado de estar muy degradado tanto por la gente como por las autoridades. “Nosotros vivimos en Chapala: lago y montaña. La gente tiene una idea en su cabeza de que vive en la playa y quiere modificar el espacio y el entorno como el mar”, señala Unzueta.
Actualmente el malecón de Chapala nos brinda dos muestras de la pérdida de identidad: una playa artificial pretendiendo ser como otros pueblos que comparten con el mar; y por otra parte las artesanías que se ofrecen en el malecón que son traídos de otros pueblos y que por la pérdida de identidad ya no se ofrecen artesanías locales.
“El paisaje es patrimonio porque nos da identidad. Quieren modificar el paisaje para satisfacer una necesidad que se nos impuso —de que seamos una playa—. Somos una playa, pero una playa lacustre”, enfatiza Sergio.
Para ejemplificar, Sergio Unzueta habla del caso de San Antonio Tlayacapan. Ahí la gente no quiere dejar los tulares y en su caso prefieren la destrucción. Hasta el año 2000, Sergio tenía registro de los artesanos que usaban el tule y ahora están extintos, por lo que se quiere rescatar mediante talleres para lograr crear conciencia de que tienen un espacio que forma parte de su vida cotidiana.
Un ejemplo de la identidad que se crea con el patrimonio inmaterial, es el que se desarrolló a finales del siglo XIX y principios del XX, en el que los pobladores lograron hacer mediante actividades cotidianas música que dio identidad a Chapala.
El caso de Ajijic es el que más se ha abundado junto con Chapala. Es por eso que el registro de los usos y costumbres de estas poblaciones va en aumento en comparación con las otras poblaciones que no han sido trabajadas.
Patrimonio material dañado y sin sanciones
La sistematización de los espacios que está realizando la dirección de cultura —con una sola persona trabajando en el tema— nos brinda un sinfín de edificios que son ahora parte del acervo cultural local.
Con la creación de la coordinación para generar un inventario, se pretende identificar las obras de arte —y hacer una sistematización con su debida ficha— para que finalmente se forme una pinacoteca.
Hasta el momento se tiene un registro de 90 edificios históricos y patrimonio cultural de Chapala. Entre las fincas se encuentran: casa Barragán, villa San Francisco, casa de la familia Cuevas, Centro Cultural González Gallo, Centro Cultural Antigua Presidencia, Hotel Nido (actual presidencia), casas sobre el malecón de Chapala, villa San Francisco, villa Paz y villa Niza.
Por otra parte, también se tiene el registro de siete intervenciones en el patrimonio cultural de Chapala, en el cual, por no ser el ayuntamiento de Chapala quien otorgue permisos para hacerlas, y las autoridades estatales y federales sí, pero no brindan vigilancia ni cuidado.
Ahora bien, entre la identidad que se pretende generar haciendo talleres en las escuelas y un sondeo para ver su relación con los edificios, espacios y la tradición oral, Chapala parece ir a paso lento, en primera porque no existía ningún registro y en segunda porque sigue siendo poco personal para hacerlo.
Así entre la pérdida de identidad por el deterioro al paisaje o el daño a los edificios, es urgente que se actúe en el cuidado y respeto que éstos merecen para que Chapala pueda mantener su esencia.
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