Arturo Ortega (Ajijic, Jal).-Para el director del Centro Cultural Ajijic (CCA), Alejandro Martínez Velázquez han pasado 14 años y el lugar que ha servido para la expresión de las tradiciones y las artes en la población, sigue igual que cuando fue fundado en el 2005.
Las carencias en acondicionamiento e infraestructura para mejorar la acústica del auditorio, los baños, el escenario entre otras necesidades, han sido el reflejo de la falta de presupuesto destinado a la cultura y la promoción de las artes, por varias administraciones y a pesar de la falta de recursos, “aquí estamos echándole ganas”, aseguró Alejandro durante una entrevista.
Alejandro inició su segunda administración como director del CCA en el mes de septiembre del 2018, por lo que a un año al frente de este importante lugar para la difusión de las bellas artes, aseguró que viene a sentar bases sólidas para que exista un reglamento y el CCA no tenga que reinventarse con cada cambio de administración para que el lugar siga desarrollándose.
Martínez Velázquez quien también fungió como fundador y primer director del CCA recordó que por algún tiempo existió un Comité compuesto por gente de la población que regulaba el lugar por lo que no descartó la creación de un ente que funja de la misma manera como pudiera ser una Asociación Civil para alcanzar los objetivos que plantea.
Los orígenes del CCA se remontan en el año 1995 cuando un grupo de artistas ocupó el lugar que había servido de mercado, salón de eventos y bodega y hace 17 años un grupo de artistas integrado por Dionisio Morales, Jesús López Vega y Alejandro Martínez con la idea de tener un lugar para que los niños y los jóvenes no perdieran su identidad y se instruyeran en las bellas artes.
Hicieron un proyecto que presentaron al Ayuntamiento de Chapala. Con el apoyo de muchas personas de la localidad, el proyecto se realizó en un programa de tres por uno en el que participaron los artistas, hijos ausentes, Gobierno Municipal y Federal.
En la actualidad el CCA oferta clases de dibujo y grabado, piano, danza aérea, entre otras que tienen un costo simbólico para cubrir el pago de los instructores y para que los jóvenes no dejen pasar la oportunidad de aprender un arte u oficio que les sirva para ganarse la vida.
La celebración del 14 aniversario del CCA abrió el 5 de agosto con talleres, exposiciones y el 29 de agosto se realizó una ceremonia que encabezó Catuza, considerado el chamán del pueblo por sus habitantes, y concluye este sábado 31 con un homenaje luctuoso para la señora Julia Ramos a partir de las 6:00 de la tarde.
En 1970, la polla se corría en la calle Morelos, donde actualmente se ubica la placita de La Campana. Foto: John Frost.
Miguel Cerna.- Más que un evento, para los jinetes y gustosos de los caballos en Jocotepec, “La polla” es una tradición que, año con año, buscan preservar e inculcar a las nuevas generaciones para que esta festividad, única en la región, no se pierda.
El acontecimiento, que actualmente se realiza en el marco de las Fiestas Patrias, es meramente del pueblo, pues un pequeño grupo -de aproximadamente 12 integrantes- es el que se encarga de la organización.
Aunque no se conoce la fecha exacta de la que data la costumbre, se cree que surgió en la década de los años 20, del siglo pasado, como una suerte a caballo que inicialmente consistía en enterrar una gallina y un jinete al trote tenía que desenterrarla.
Como toda tradición, la “polla” se ha modificado al pasar del tiempo, tanto en su forma como el lugar en el que se corría, pues se dice que el lugar en donde surgió fue en la calle Morelos, en donde ahora se encuentra la placita de La Campana; aunque el cronista don Marcos Cortés, recordó que en su infancia la calle Juárez era conocida como la “calle de la polla”, porque precisamente ahí se jugaba.
“El lugar de tradición era de con Juan Olmedo hacia la campana, ahí inició. Antes, el compromiso de la polla era que yo le entregaba una polla este año a alguien y para el año que entra, él la tenía que entregar, pero el compromiso era hacer ponche (de granada), hacer la polla y pagar la música entre las tres personas -que recibían una “polla”-”, rememoró Honorio Durán, miembro del grupo organizador.
“Al principio, enterraban una gallina y la desenterraban, pero la genética de los caballos fue modificando toda la tradición, ¿por qué? Porque antes eran caballos chaparritos, caballos de menos de 1.50 (metros) de alzada y ahorita los caballos son de 1.50 para arriba”, complementó Hugo García.
La “polla”, el objeto emblemático de esta celebración a caballo, también se ha ido transformando a través al pasar de los años, pues actualmente es una especie de trofeo en una base de madera en la que se colocan figuras de animales, aves disecadas, artesanías de hoja de maíz e incluso, botellas de licor, decorada con listones multicolor colgantes.
Al respecto, el doctor en historia Francisco Javier Velázquez Fernández publicó, en su más reciente libro titulado “Lucha y Resistencias por la tierra en Jocotepec, Jalisco”, que se le dio el nombre de “polla” debido a que el término tiene un sentido de apuesta entre dos jinetes que compiten por ser el más ligero y veloz, para quedársela.
“También se dice que se le dio este nombre porque en los orígenes de esta tradición los dos corredores tomaban una jaula con un pollo o palomo adentro y la ganaba el que terminaba en primer lugar; luego lo sacaban de su jaula y lo tomaban por las patas, pero a menudo el animal terminaba siento despedazado vivo”, escribió Velázquez Fernández.
Según la usanza, luego de correr las pollas, los jinetes entregaban los listones -que antiguamente eran de papel de china-, a las mujeres que pretendían o con las que tenían un vínculo amoroso. Además de que las candidatas a Señorita Jocotepec, tenía que hacer acto de presencia. Son pocas las mujeres que a lo largo de la historia han corrido la polla.
La fecha de su realización también ha ido cambiando, ya que anteriormente se celebraba el domingo más cercano al 15 de agosto, día de la Virgen de la Asunción. Luego de que la tradición se suspendiera en los años 70’s, a raíz de un accidente que dejó dos jinetes muertos, esta fue retomada por la iniciativa del ciudadano Manuel Cuevas Torres “El Churío”, alrededor del año 1995; apoyado por el entonces presidente Lorenzo Camarena, él único que ha corrido la polla estando en el cargo, quien además movió la festividad a las Fiestas Patrias.
La preservación y el fortalecimiento de la tradición, ha sido la lucha principal de los organizadores, quienes en ocasiones han tendido que financiarla sin el apoyo de las autoridades gubernamentales, únicamente con la “coperacha” de las personas que gustan de andar a caballo.
En la actualidad, la tradición de la “polla” inicia con un desfile por el primer cuadro de la población para, posteriormente, acudir al lugar en el que se va a correr y que, en los últimos años, ha sido en el malecón. Música de banda y ponche de granada, son los elementos indispensables en la fiesta.
Son alrededor de 200 jinetes de todo al municipio los que asisten, además de las más de 800 personas que acuden a disfrutar del espectáculo que ofrecen los caballos bailadores, la bebida y de la música que acompaña a las corridas.
Los organizadores lamentaron que por cuestiones económicas se pueda terminar una tradición única, por lo que pidieron el apoyo de la población. Asimismo, buscan inculcarles el gusto a las nuevas generaciones para que la “polla” se preserve en las festividades populares.
Hugo García, Juan Manuel García, Alejandro Zúñiga, Honorio Durán, Carlos Corona, Luis Picazo, Santiago Ledezma, Juanelo García, Juan Díaz y Enrique Fuentes, son los encargados de la tradición.
El dato:
Este año, la tradicional polla se realizará el domingo primero de septiembre. Se iniciará el desfile a las 14:00 horas de la placita de La Campana. A las 15:00 horas se hará una demostración de caballos bailadores en la plaza principal y finalmente se correrán las suertes a las 17:00 horas en el malecón de Jocotepec; posteriormente, la Banda Caramelo amenizará el ambiente.
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