La creación de los productos de hoja de maíz ha estado detenida desde marzo.
Miguel Cerna.- “Sin chamba” desde marzo es como se encuentran las artesanas de San Cristóbal Zapotitlán, luego de que tuvieran que detener la producción de artículos de hoja de maíz, por la falta de ventas, tras el detenimiento del turismo.
Para quienes se dedican de lleno a esta actividad, de la que depende el sustento de sus familias, el panorama es complicado, como es el caso de Laura Flores Damasco, quien desde a hace 20 años trabaja esta técnica artesanal.
Esta artesana dejó de producir por la falta de compradores, por lo que recurrió a realizar labores domésticas con sus familiares para sobrevivir a la pandemia. Para Laura, será complicado volver a empezar debido al encarecimiento de los materiales que requiere para producir las muñecas, nacimientos, flores y demás artículos que elabora.
“Ya nos anda con esta situación porque no hay chamba; no tenemos ni para las tortillas”, dijo con resignación Febronia Leal Arce, de 58 años, jefa de una familia de 10 integrantes.
En la misma situación se manifestó Herlinda Anguiano, quien dirige “Creaciones San Cristóbal”, una cooperativa que agrupa a 10 mujeres, quienes por el momento están sin trabajar.
Jesús Carlo Cuevas González, director de Turismo y Artesanía de Jocotepec.
Tonalá, Chapala, Mazamitla y el vecino estado de Michoacán, eran algunos de los lugares en donde la artesanía de hoja de maíz tenía fuerte presencia, sin olvidar el malecón de Jocotepec -que, por la contingencia, sigue cerrado-.
Este golpe al bolsillo de estas artesanas se debe a la paralización del sector turístico en el país a raíz de la pandemia de Covid-19, ya que para combatir su propagación se instó a la gente a no viajar, situación que afectó a estas artesanas, según explicó Jesús Carlo Cuevas González, director de Turismo y Artesanía de Jocotepec.
“Las artesanas de hoja de maíz no tienen ahorita movimiento de producto y se debe a que su mercado principal son personas de Guadalajara o de la ZMG, que vienen a comprar la artesanía y la llevan para allá. El tema es que con la paralización del sector turístico, no hay personas que compren la artesanía porque no se considera un elementos de primera necesidad”.
Aunque no todas las artesanas son jefas de familia, la mayoría aporta considerablemente al sustento de sus hogares, por lo que algunas han optado por migrar al campo en lo que se reactiva la producción de sus artesanías. Son cerca de 200 las personas que trabajan esta técnica la población de San Cristóbal Zapotitlán, de acuerdo con datos oficiales.
Hasta el momento, el único apoyo que este gremio a ha recibido fue la entrega de 70 despensas por parte de la Secretaría de Desarrollo Económico, a través de la Dirección General de Fomento Artesanal; sin embargo, al cierre de esta nota, no ha sido anunciado un apoyo para reactivar sus creaciones.
El corazón de Ajijic, donde coexisten artistas y artesanos, hoy en día está vacío.
Sofía Medeles/Domingo M. Flores.- El encierro -primero sugerido y ahora obligatorio- en el Estado de Jalisco por la pandemia de la COVID-19, ha dejado estragos económicos en todo tipo de oficios, siendo el sector artístico y artesanal algunos de los más afectados en la ribera de Chapala, específicamente en la artística población de Ajijic, cuna y vivienda de diversos creadores.
El reconocido pintor Jesús López Vega, uno de los pioneros en el movimiento artístico de Ajijic, informó que sí se ha visto un “panorama alarmante” en la economía del artista: «Muchos de mis clientes regresaron a Estados Unidos porque empezaron a cerrar fronteras, entonces las ventas de arte bajaron notablemente».
Jesús López Vega, pintor que lleva con su taller más de diez años.
Para el entrevistado, uno de los aspectos positivos es que la pandemia llegó a México al final de la temporada alta en la ribera de Chapala -finales de abril principios de mayo-, lo que de alguna forma amortiguó un poco el golpe económico, ya que si la COVID-19 hubiera llegado en invierno a México -que es la temporada alta en Ajijic- hubiera sido devastador.
«El inicio de la contingencia empezó más o menos al tiempo en el que baja la temporada de venta artística en Ajijic; en temporada de Pascua se vende regular, pero con la contingencia de plano no se ha vendido nada. Afortunadamente yo tengo un trabajo en el que me dedico a decorar casas, con esos trabajitos la he podido estar llevando», declara con una expresión de preocupación Jesús López Vega, quien cree firmemente que con cooperación de todos el problema sanitario no se agravará.
Sofía Márquez (junto a su esposo), cabeza de la marca Fiaga, enfocada en artesanía textil.
Para Sofía Márquez, que cuenta con su propia marca de ropa artesanal y es dueña de Fiaga Boutique -tienda ubicada en el corazón de Ajijic-, ha sido difícil sobrellevar esta situación, sobre todo porque labora con un equipo que la ayuda a sacar el trabajo.
“Les di a las chicas una ayuda de un mes, pero ya este mes se va a acabar. Ya no hay manera de solventarlas nuevamente, no hay venta, la tienda está cerrada y por lo tanto no hay ingresos”, sentenció Sofía.
Sus expectativas no son los mejores para los siguientes meses: “La verdad, mi expectativa es mala; crisis económica es lo que yo auguro, al no haber recursos, no hay turistas y no hay trabajo. Yo siento que esto se va a acomodar hasta finales de año y, actualmente, mi esposo es quien se encarga de nuestras necesidades”, acotó la diseñadora.
Bruno Mariscal hijo, joven artista plástico con trayectoria en ascenso.
Bruno Mariscal hijo, como creador plástico y músico, está consciente de la afectación económica en el gremio, ya que la temporada vacacional -Semana Santa y Pascua- es un lapso fuerte de ingresos para los comerciantes y artistas del pueblo “porque los turistas son buenos compradores de arte”.
Sus ingresos actualmente vienen del negocio donde trabaja con su padre -ubicado por la calle Marcos Castellanos, a unos metros de la plaza principal-: “Seguimos ofreciendo impresión, al igual que producción de mercancía -con la imagen- de Ajijic; además también creo obras artísticas desde casa, esperando que sean de agrado”, acotó el joven entrevistado.
La pandemia no es menor y esto lo hace saber Bruno. Aunque duda que las personas se mantengan en el encierro durante los dos meses recomendados por las autoridades -abril y mayo- compartió un mensaje de esperanza y unidad.
“En estos dos meses yo no creo que pase, pero sí me gustaría pedir que todos como nación que formamos, tomemos conciencia y nos cuidemos, salgamos solo lo necesario y sigamos las normas de cuidado; de nosotros como sociedad depende que esto dure menos y no se desate una tragedia mayor”, afirma con seriedad el joven.
Daniel Tejeda y su agrupación versatil Sol Y Luna.
Por su parte, Daniel Tejeda, cantante de una agrupación versátil llamada “Sol y Luna”, señala que sus ingresos dependen de sus presentaciones musicales, que ahora han sido canceladas hasta nuevo aviso.
“Con el grupo nos cancelaron todas las presentaciones y como yo sólo me dedico a la música, hago actos como solista en varios restaurantes, que ya cerraron”, sentenció Daniel, quien se ha visto en la necesidad de ser apoyado por sus hijas, a quienes actualmente no puede visitar debido a la emergencia sanitaria que ya está en fase tres, la más crítica de la pandemia.
“A nosotros como artistas no nos ayuda ni el gobierno, ni los patrones” , sentencia Daniel.
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