Sin ser parte de sus metas personales, Nancy Hermosillo se consolidó como una de las mejores deportistas de su época, al portar la casaca del ‘Tri’ Femenil Mayor
Iván Ochoa | Guadalajara. – No estaba en su lista de sueños, pero su destreza con la pelota desde la infancia hizo a Nancy Hermosillo trascender en el balompié femenil, a tal punto de llegar a portar la casaca nacional a sus 18 años de edad. “No era algo que buscaba, pero fue algo que se me dio”.
Sus primeros años de vida estuvo llena de presión familiar, que tuvo que vivir sin la figura paterna pues su papá falleció cuando ella tenía siete años. En casa vivían ella, su hermana menor y su madre.
No era cualquier niña, pues contaba con la energía suficiente como para ayudarle a su mamá durante las mañanas despachando ‘duritos’ y ‘hielitos’ afuera de su casa y a la vez cuidar de su hermana mientras su madre traía los ingresos del hogar. Por las tardes estudiaba y en sus momentos libres aprovechaba para hacer lo que más le gustaba, el practicar el fútbol.
Lo que era casi seguro, era verla entrenar con un amigo por las tardes o jugando con niños ya que no existían equipos totalmente femeniles en ese entonces, a lo que debe su pronto crecimiento futbolístico, según se percató cuando enfrentaba a niñas de su misma edad: “Es que yo jugaba contra niños, entonces el día que enfrento contra una niña, pues no es lo mismo (…) Te haces más ruda, tratas de buscar todos los balones, físicamente te exiges más”.
Se había forjado, con un juego rápido y dinámico, el jugar con el sexo opuesto la fortaleció en todos los sentidos. Aunque su formación tuvo que ser a escondidas y fuera de casa porque su madre pensó que eso no la llevaría a nada bueno.
Aun así, rápidamente mejoró cada una de sus capacidades físicas y técnicas, era soberbia y eficaz. Sabía que no estaba sola pues tenía el respaldo de una tía que incubría a su madre su práctica futbolera, aunque era claro que no sería para siempre. Debió salir para crecer, tuvo que pasar por varias etapas para aprender el verdadero juego de conjunto.
Es un hecho que desde los años 80’ y hasta la fecha, el balompié femenino en Chapala se encuentra en una etapa de transición, a consecuencia de diferentes factores socioculturales en los hogares que, en sí, han mermado el desarrollo y crecimiento de futbolistas del municipio.
No era común ver a niñas prácticar el balompié durante los años 90’; las únicas femeninas que tenían acceso y en masas mínimas eran adultas que ya habían concebido el matrimonio. La complexión física y la experiencia de las jugadoras eran dos características que la ponían en desventaja, por lo que decidió abandonarlo temporalmente mientras cursaba la preparatoria y jugaba al básquetbol. Aunque en esa etapa le tocó ser refuerzo para la universida nacional.
En ese entonces, se conformó un equipo de nombre ‘El Surtidor’, compuesto de las trabajadoras de la empresa homónima de su dueño Arturo Gutiérrez Tejeda, que al principio fue uno de los conjuntos más débiles de la liga; sin embargo, poco a poco se reforzó con las futbolistas más talentosas del municipio, incluyendo a Nancy, y poco tiempo pasó para marcar una hegemonía con varios campeonatos consecutivos.
Eso dio paso para formar parte de la primera Selección femenina de Chapala y participar en la Copa Telmex, un torneo de prestigio a nivel estatal y más adelante a nivel nacional; su liderazgo y su juego en conjunto llevaron al equipo a la final ante una nutrida Selección de Jalisco que por más que se luchó y con muchas desventajas, no se quedaron con el título; sin embargo, todo ese esfuerzo impregnado no quedó en el olvido y poco después fue convocada a ese equipo para participar a nivel nacional, donde ganaron la final del torneo 3-1 ante Michoacán con un par de goles de Nancy, siendo la única vez que Jalisco gana ese torneo.
El destino la premió y ante las lágrimas de su madre que vivió en carne y hueso las hazañas y el dinamismo de su hija, presenció su experiencia de ser llamada por Leonardo Cuéllar, en ese entonces coordinador de las Selecciones Nacionales Femeniles de México para integrar la próxima lista del premundial. Era un momento de auténtico asombro para la futbolista. “Si no tienes esa chispa y esa suerte en el momento preciso, es muy difícil que te suceda ese tipo de cosas. A mí me tocó y lo disfruté mucho”.
La experiencia fue inolvidable a pesar de que no era parte de sus metas. A los 15 días fue convocada para integrar la Selección Sub-20 rumbo al premundial en Estados Unidos y después del proceso se queda otros 15 porque su talento le había dado para estar en la Mayor.
Al final, no pudo finalizar el proceso, pues era abrumador para ella y sabía que no era su destino, además se encontraba encaminada en su carrera académica en la Licenciatura en Cultura Física y Deporte en el ITESO. Una vez gestada su licenciatura y de forma exitosa, comenzó a ejercer y guiar la formación de niñas y niños. Puesto que está consciente de que no era una carrera bien remunerada, puso en marcha sus nuevos objetivos.
Durante su instancia en la universidad participó en cinco universiadas y en cinco ediciones fue campeona; también integró el equipo que compitió en la universiada nacional. En la actualidad ejerce su profesión y continua su carrera como una formadora más, donde no hace mucho llevó a la Selección Femenil de Chapala (SFC) a la gran final de un torneo a nivel nacional.
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