Barbie y México
Por Patrick O’Heffernan.
Esta semana vi la película «Barbie». Un histérico, histórico, filosófico, epistemológico, viaje ácido de una película brillante. ¡Guau! Greta Gerwig es una genio. Debería recibir todos los Oscar disponibles. Y es la primera mujer directora que dirige una película que ha recaudado más de mil millones de dólares… hasta ahora. Espero que haya muchas más. Estoy tan contento de que Cine+Lago proyecte ahora una versión en inglés a las 17:00 horas para poder verla.
Los artículos, críticas y análisis de la película ya se están convirtiendo en un diluvio en los medios de comunicación. Estoy seguro de que en los próximos años habrá muchas tesis doctorales. Así pues, ¿acaba por fin la película Barbie con la infame pregunta de Freud “¿Qué quieren las mujeres?”. Para mí, la respuesta es clara: sí; quieren respeto.
Si eso es cierto, la película finalmente puso una estaca en el corazón del pensamiento sexista anticuado del hombre, la siguiente pregunta es: ¿ha llegado el mensaje a México? La respuesta es variada.
Box Office Mojo informa que Barbie se estrenó con 22.7 millones de dólares (mdd) en ventas mexicanas y, hasta el 21 de julio, había vendido 48.3 mdd en entradas en el país. Dado que las ventas mundiales se han duplicado desde ese informe, es razonable suponer que Barbie ha vendido alrededor de 100 mdd en entradas en México, el 10 por ciento de la recaudación mundial total. Eso es muchas palomitas rosas y, con suerte, muchos hombres en las butacas, además de niñas.
Eso en cuanto al dinero, pero ¿qué hay del respeto? Como he dicho, las señales son contradictorias, pero parecen ser positivas. Una mujer encabeza el partido Morena para convertirse en la próxima presidenta de México. Siete de los 32 estados mexicanos tienen gobernadoras, aunque los partidos han hecho todo lo posible para que las mujeres no dirijan estados importantes.
México ha pasado de un requisito legal del 30 por ciento de paridad de género en las candidaturas, a la «paridad en todo», aunque los hombres de las organizaciones políticas del país siguen intentando obstaculizar a las candidatas y encontrar resquicios legales para anular el requisito.
En Chapala, siete de los 14 regidores son mujeres -el 50 por ciento-, pero sólo ocho de las 41 principales dependencias municipales son encabezadas por mujeres -el 20 por ciento-. No obstante, es gratificante ver a mujeres en el escenario con el presidente Alejandro Aguirre, respondiendo preguntas en conferencias de prensa, dando datos y cifras con autoridad y haciéndose cargo de dependencias y proyectos.
Una cifra más importante a observar es el feminicidio: mujeres asesinadas «por su género». De acuerdo con datos proporcionados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en México se registraron 998 feminicidios en el 2022. La mayoría de los feminicidios ocurrieron en las casas de las mujeres o por parejas íntimas, lo que significa que no hay respeto ni refugio.
La legislación mexicana exige ahora que los hombres que agredan a mujeres sean detenidos, acusados y procesados con «perspectiva de género», en consideración de las diferencias y desigualdades basadas en el género, tomando lugar en la interpretación y aplicación de leyes, políticas y programas. También puede ofrecer protección especial a las mujeres que han sufrido violencia. Un paso adelante hacia el respeto.
Sigue siendo difícil conseguir que la policía y los fiscales sigan siempre la «perspectiva de género». Pero se han logrado algunos avances, como es el ejemplo del caso de la policía de Tijuana, Alina Narciso, que disparó a su novio en defensa propia mientras la violaba, pero fue condenada a 45 años de cárcel, tras el falso testimonio de los testigos de la acusación, algo nada infrecuente.
El avance es que fue puesta en libertad hace poco, después de 18 años, y el Fiscal del Estado se negó a celebrar un segundo juicio porque dijo que era obviamente inocente y nunca debió haber sido encarcelada. Esto no ocurre a menudo. Progreso, al menos en Baja California Norte.
Así que parece que el mensaje de Barbie de que las mujeres quieren respeto, no ha caído en saco roto en México, pero va a pasar mucho tiempo antes de que los hombres mexicanos obsesionados con el machismo capten ese mensaje y actúen en consecuencia. Si ven la película, tal vez capten el mensaje de que las mujeres no quieren dominar a Ken, sólo quieren que él respete su igualdad. Barbie no le dio una patada en el culo a Ken, pero sí le echó de su casa.
Pero suavizó el golpe diciéndole que no todas las noches tenían que ser noches de chicas.
Los comentarios están cerrados.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala