Prognatismo mandibular
Por Ili.
Se define como prognatismo a la discrepancia en tamaño y la posición opuesta que se presenta entre la mandíbula y el maxilar superior, donde la primera rebasa a la segunda y se antepone a ella.
Siendo esta una discrepancia anatómica, la arcada dental se encuentra por lo general también fuera de oclusión. Los dientes de abajo parecen estar más afuera que los de arriba; si es más fácil visualizarlo, piense en que la mordida se encuentra invertida. O piense que la quijada, la cual apropiadamente debe llamarse mandíbula, sobresale de la cara.
El prognatismo puede ser hereditario o manifestarse como alguna alteración en el desarrollo de los huesos de la cara. Si esta anomalía ósea se presenta, el paciente puede experimentar dificultad para masticar, respirar, hablar y cerrar la boca.
De igual forma puede haber una mala alineación de los dientes dificultando entonces la higiene bucal. Puede acompañarse de dolor en la articulación temporo-mandibular lo cual puede provocar dolores de cabeza y desgaste oclusal.
Todo lo previo posiblemente contribuye también a una asimetría facial-ósea, consecuentemente causando una baja autoestima por el pronunciado aspecto. Por lo tanto, no solo es un problema estético, si no que viene acompañado de otras complicaciones.
La incidencia del prognatismo es más frecuente en hombres que en mujeres; con mayor aparición en personas de raza amarilla y con una alta predisposición genética.
Para el diagnóstico su dentista o el ortodoncista, donde este último es el especialista; tomará modelos de impresión de ambas arcadas, un registro de mordida, radiografías dentales periapicales, una panorámica y de perfil (lateral de cráneo) y fotos. Después del análisis y las mediciones angulares podrá llegar a determinarse la severidad de su caso.
Las opciones de tratamiento para corregir el prognatismo varían desde ortopedia facial o cirugía ortognática, en la segunda un especialista cirujano maxilofacial corta la mandíbula y la reacomoda en la posición ideal. Además de las previas opciones y en conjunto posteriormente debe seguirse un tratamiento de ortodoncia para obtener un correcto balance oclusal.
Entre más temprana edad se tenga o se acuda a tratamiento, más oportuno será el diagnóstico y por lo tanto será más fácil guiar y corregir la estructura ósea; evitándose así tratamientos invasivos como la cirugía. Pero, cuando no es posible, el tratamiento quirúrgico suele ser bastante exitoso, siendo el resultado notorio y extremadamente favorable.
La operación es bajo anestesia general y conlleva una larga y lenta convalecencia, pero el aspecto y función mandibular y oclusal, mejoran indudablemente.
El dentista general es quien deberá referirlo con el equipo dental especializado; en conjunto el ortodoncista, el odontopediatra en caso de ser un infante y el cirujano maxilofacial, llevarán su caso. Haga todas las preguntas que lo inquietan, salga de dudas, entienda su situación y comprenda que cuando de hueso y dientes se trata; el cuidado y tratamiento es extenso, detallado y que requiere de una alta cooperación y participación de parte del paciente.
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