Entre tumbas y leyendas de Jocotepec
Si ve a un pequeño corriendo y trepando tumbas, asegúrese de que tenga pies, porque podría ser un alma inocente en busca de compañía. A veces, ni la muerte es un impedimento para seguirse divirtiendo.
Miguel Cerna.- Como dice el dicho: “genio y figura, hasta la sepultura”. A veces ni la muerte puede ser un impedimento para divertirse y hacer travesuras, es el caso del niño que se la pasa jugando entre las tumbas del panteón de Jocotepec.
La muerte no hace distinción, lo mismo se lleva a ricos y pobres, a buenos y malos y, por supuesto, a viejos y jóvenes, a veces demasiado jóvenes y con mucho por vivir.
Entre las callejuelas del Cementerio de Jocotepec, descansan prematuramente cientos de almas inocentes, es decir, niños y niñas que han fallecido a edad muy corta. Sin embargo, pasar al otro lado del umbral no es un impedimento para seguirse divirtiendo.
Aunque generalmente los infantes reciben en sus tumbas todo tipo de juguetes, peluches y globos con los que podrían divertirse, algunos prefieren buscar compañía para sus travesuras.
Corriendo, trepando tumbas o escondiéndose, es común ver a un pequeño niño en el panteón, tratando de invitar a quienes van a limpiar las tumbas o llevarle flores a sus difuntos.
Una vez una señora lo vio, creyendo que este pequeño de aproximadamente tres años, se había separado o perdido de sus padres, y al no verlos, se dirigió al niño para ayudarlo.
El pequeño no respondió, más bien avanzó cada vez más presuroso hasta llegar a correr.
La mujer lo siguió con la mirada mientras caminaba a la máxima velocidad que le permitían sus cansados pies, hasta que se percató de que el niño podía avanzar fácilmente por las tumbas, trepándolas sin problemas.
Al ver que el pequeño no tenía pies y más bien flotaba en el aire, la señora quedó aterrorizada, tanto y más cuando vio que el niño se metió a una de las tumbas.
Pese al paso del tiempo, esta mujer no se pudo curar de espanto y nunca regresó al panteón, pues el susto de haber visto a un niño que ya no pertenecía a este mundo, la dejó totalmente aterrorizada.
No es que este pequeño travieso le haya querido causar miedo, en realidad solo buscaba alguien con quien divertirse, alguien que le hiciera compañía. ¿Usted jugaría con él?
*Con información proporcionada por Diana Machuca, encargada del Archivo Municipal y coautora de la investigación titulada “Entre Tumbas y Leyendas de Jocotepec”.
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