María Mercedes y Josefina Guzmán lograron obtener la acreditación de la institución ante la SEP en 1999
María Mercedes Guzmán Zamora, a sus 65 años, continúa como docente en la Escuela Secundaria que fundó hace 23 años. Foto: Alma Serrano.
Alma Serrano.- Las cosalenses, María Mercedes Guzmán Zamora y Josefina Guzmán, fundaron el 16 de febrero de 1999 la Escuela Secundaria Foránea #58 “Miguel Hidalgo y Costilla” de San Juan Cosalá, comenzando apenas con 17 estudiantes.
La creación de esta institución fue considerada por Mercedes, de 65 años de edad, como su más grande sueño y, por supuesto, el reto más grande de su vida, desde el término de su licenciatura en la Escuela Normal.
Guzmán Zamora inició su trayectoria magisterial en el colegio del sacerdote Adalberto Macías Llamas, a los 23 años, momento en el que también se convirtió en madre, situación que le provocó cambios en su vida y en sus planes a futuro, así como dificultades en los ámbitos académicos, económicos y hasta personales, lo que pensó que frenaría sus sueños.
“Yo quería enseñar, ir a la escuela, ayudar, hacer una escuela, era una idea que no podía quitarme de la cabeza. Soñaba con dar clases en una escuela que yo hubiera creado, era mi sueño y aunque me costaba muchísimo trabajo, seguía en él, nunca me rendí, tenía fe en que algún día iba conseguirlo, pero no sabía cómo”, dijo Mercedes conmovida.
Fue así como 15 años más tarde, después de haber tenido una vida académica ya en más de tres escuelas entre Jocotepec y San Juan Cosalá, conoció a unas mujeres de la Universidad de Guadalajara que también eran docentes, mismas que removieron y motivaron más su ímpetu por la enseñanza, pero sobre todo por la fundación de una secundaria.
Fue en ese momento cuando María Mercedes supo de los planes que también tenía la maestra Josefina Guzmán sobre crear una secundaria. Así, juntas reunieron sus voluntades y sueños, pusieron las cartas sobre la mesa y decidieron empezar de cero y hasta donde “toparan” con dicho proyecto.
Comenzaron con “la escuela por cooperación”, sin goce de sueldo para los maestros, con 17 alumnos, sobre las banquetas y en el patio de la casa de la señora Rosa Zetune por calle La Paz, luego se movieron a la Escuela Primaria Encarnación Rosas ubicada entre las calles Del Cardenal y La Paz, una cuadra antes de llegar al malecón, donde les prestaban las instalaciones por las tardes.
A falta de maestros solicitaron apoyo a Agustín Vázquez Calvario, Jaime Rivera Guzmán y al señor conocido como “El More” para dar clases de áreas en las que ellos tenían conocimiento.
Impartieron por tres años, de 1996 a 1999, como una Escuela por Cooperación, en la cual era un requisito, ingeniárselas para resolver asuntos relacionados con las boletas de calificaciones debido a que algunas personas comenzaron a expresar que era “un juego y que no tenía seriedad”; sin embargo, terminando el ciclo, se tenía que entregar un boletín y un certificado para que los estudiantes pudieran avanzar a la preparatoria.
Fue en ese momento cuándo el estrés y la dificultad aumentó para María Mercedes y Josefina, considerando incluso en abandonar el proyecto debido a que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no pudo darles la acreditación debido a que se contaba con un intento fallido por parte de otro grupo de profesores que, al incurrir en irregularidades, la SEP les limitó la posibilidad de contar con una secundaria en San Juan Cosalá.
Ya para el año de 1999 conocieron a Jaime, uno de los padres de familia y miembro clave en el Tecnológico de Monterrey, con quien se aliaron y apoyaron para conseguir la acreditación que antes no pudieron y cuando ya lo creían “todo perdido”.
Meses más tarde ambas maestras, mujeres y soñadoras habían logrado, con el apoyo de más de una docena de personas de la comunidad, concretar su más grande sueño.
“Ese era mi sueño, sentí alivio cuando lo tuve, todo valió la pena”, recordó Guzmán Zamora.
A la par que construyen el primer módulo con el que comenzó la Escuela Secundaria a que siguieron nombrando Escuela por Cooperación mientras la SEP intervenía, Mercedes Zamora y Josefina Guzmán se quedaron como encargadas de armar el equipo de trabajo, por algún tiempo, posteriormente, se deshizo cuando la SEP comenzó a monitorear a sus docentes haciéndose cargo del perfil de cada profesor en relación con conocimientos.
Después de haber cumplido su más grande anhelo, antes de morir, Josefina le comentó a la maestra Mercedes que uno de sus deseos era el que saliera a la luz “la verdadera historia”, “el detrás de cámaras” de la creación de la institución y lugar donde centenares de cosalenses han vivido tantas experiencias.
Hasta el año 2022, la secundaria sólo conserva a algunos elementos del equipo inicial como a la misma María Mercedes Guzmán Zamora, así como Marina Guzmán Zamora, Gabriel Chávez Rameño y si no hubiese sido por su fallecimiento por y durante la pandemia, la maestra Josefina.
La motivación de ambas maestras para crear una escuela secundaria fue por beneficio que obtendrían padres e hijos al ahorrar dinero y esfuerzo en mandar a sus hijos a una escuela en otro pueblo, e incluso que muchas personas se quedarían sin estudiar.
Por esa razón, a sus 65 años Mercedes Guzmán continúa aliada al Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), desde su comienzo hace diez años, donde enseña a personas mayores de 15 años que por alguna razón no tuvieron la oportunidad de estudiar y prepararse para un examen que los acerque a cumplir sus sueños.
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