Aunque las de máquina le llevan ventaja en precio y tiempo, no igualan su calidad y sabor
De izq. a der. María Elena Xilonzochitl Herrera, fundadora del restaurante El Crucero, María de Jesús Rameño Inclán y doña Paty. Foto: Alma Serrano.
Alma Serrano.- Pese a que cada vez son menos los lugares que venden tortillas de maíz hechas a mano y por kilogramo en San Juan Cosalá, en el restaurante El Crucero de María Elena Xilonzochitl Herrera se siguen elaborando desde cero a fin de preservar la tradición.
Realizar tortillas a mano no es una tarea fácil, tiene un proceso largo y lento que empieza con los costales de maíz y hasta que la tortilla llega al paladar de sus clientes. Aunque María Elena lleva 15 años en servicio, la “modernidad” no ha llegado a su restaurante: todavía se usa el fogón y la leña para cocinar.
“Se pone el agua a calentar, se pone cal y al hervir se le pone el maíz, se remueve con frecuencia; se le cae el pellejo al maíz y ya está listo para molerlo, tortear la masa, ponerla en el comal y a comer”, explicó Xilonzochitl Herrera.
Actualmente, el kilo tiene un precio de 40 pesos, y aunque mencionó que para algunos clientes les resulta caro, ella afirmó que el valor del trabajo de la gente que ‘tortea’ es alto, además del tiempo, la actitud y la calidad.
En contraste, las tortillas de máquina llevan ventaja por su rapidez y menor precio, así como la cantidad de unidades por kilo. Se consultó a la Tortillería Plasencia de San Juan Cosalá sobre su producto a fin de presentar una comparativa.
La máquina de tortillas produce 30 kilos en 15 minutos y su precio es cerca de la mitad de las hechas a mano. Un kilo de estas tortillas trae aproximadamente 41 unidades, mientras que las de mano son 25, con un tiempo de elaboración de 20 minutos.
“Seguimos vendiendo tortillas por kilo, tenemos infinidad de clientes pero las tortillas no se venden como antes, puede ser que estemos viviendo en la situación de que tú te vas a lo más económico, fácil y rápido”, opinó María Elena.
Pese a mejorar el precio y el tiempo de preparación, la tortilla de máquina nunca va a igualar el sabor de la de mano porque “hasta una tortilla con sal o salsa es una barbaridad en sabor”, le comentan sus clientes.
María Elena consideró que el “arte» de las tortillas hechas a mano parece estar perdiendo un poco de interés en las personas, sin embargo, más allá de ser solo masa cocinada, hay una labor romántica detrás, por poner tanto de “uno” en una sola tortilla.
“¿Cocinar por amor o por necesidad? La gente quiere vender más, ganar más dinero en lugar de hacer lo mejor de lo que se hace y como resultado vendrán muchos clientes recomendados”, concluyó.
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