Palabras importantes: vascularización
Leticia Trejo es entrenadora personal y profesora de Yoga. Foto: Archivo Laguna.
Por Leticia Trejo
El primer signo de vida de todo ser viviente es la respiración, es el oxígeno el primer nutriente que recibe nuestro organismo y también es el iniciador de todos los sistemas energéticos del cuerpo, es cómo la perilla del calentador de agua de nuestra casa: puedes tener lleno el tanque de gas y un boiler de gran capacidad, pero si no giras la perilla hacia “encendido”, el agua caliente no saldrá nunca. El oxígeno es esa perilla que permite que las funciones se lleven a cabo en perfecta sincronía. Esto nos lleva a nuestra palabra importante: vascularización.
El oxígeno necesita conductos adecuados para llegar a todos los rincones que lo necesitan; viaja por las arterias, arteriolas, las venas, los vasos sanguíneos y los capilares. Todas estas estructuras tubulares tienen diferentes grosores y ritmos en los que fluye la sangre con los otros sustratos y con el oxígeno. Todos los tejidos de nuestro cuerpo necesitan de estos canales, por eso, cuando ocurren daños en alguna parte del recorrido nervioso o sanguíneo, encontraremos múltiples alteraciones en las funciones afectadas.
La vascularización es un proceso que se lleva a cabo gracias al sistema cardiovascular y linfático, por lo tanto, los tejidos logran estar irrigados y además se transportan las sustancias de desecho que serán eliminadas posteriormente.
Cuando una arteria no logra transportar y llevar el oxígeno hacia los músculos, huesos y estructuras del sistema nervioso, estas células no pueden sobrevivir y por ende tampoco cumplen su función característica, llegando así a afectar nuestra salud.
De modo que cualquier parte de nuestro cuerpo y organismo puede verse afectada por una vascularización deficiente, puede ser una articulación como la cadera o la rodilla, puede ser un grupo muscular cómo los cuatro músculos del cuádriceps, o puede ser un órgano cómo el hígado. ¿Cómo este sistema depende del sistema cardiovascular? eso es exactamente lo que debemos cuidar. Y ¿cómo podemos cuidar al SCV?
Sigamos conociendo estas palabras importantes que no deberían ser de uso y conocimiento exclusivo de los médicos sino del dominio general y vital de cada persona.
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