Farmers Market: encontrando lo insospechado
Linterna china: vegetal despojado de su cáscara que es parecida a la del tomatillo verde. Foto: María del Refugio Reynozo.
Por María del Refugio Reynozo Medina.
Desde las nueve de la mañana, los primeros clientes comienzan a llegar y a hacer una fila para poder armar la mejor canasta de vegetales y llevarlos a casa como cada martes. El punto de reunión es en el salón de eventos conocido como La Huerta de Serna en Ajijic, Jalisco.
Este mercado de productores nació hace poco más de once años, cuando un grupo de cinco agricultores interesados en producir vegetales orgánicos, se organizó para lanzar a la venta los primeros ejemplares de sus huertos y lo hicieron por primera vez en una cochera.
Benjamín Medina Cervantes, originario de San Cristóbal Zapotitlán, fue de los primeros expositores en este tianguis que le comenzaron a denominar Farmers Market. Benja ha experimentado con semillas provenientes de diversas latitudes, cuidándolas y observándolas desde que deposita la semilla en cada surco.
Algunas semillas, también se las han conseguido los clientes, o se las han entregado con la consigna de verlas fructificar de manos de este productor.
Cada martes, tiene un vegetal inesperado para ofrecer a sus clientes, es lo que ese día produce la tierra, lo que ha madurado justo para ese momento.
En la mesa puede haber acelga roja, albahaca de diversas variedades, lechugas mixtas, kale, linterna china, apio. Cada una de ellas en una esplendorosa presentación.
Junto con Benja, Ana Luz Zepeda Martínez, que proviene de El Salto, es de las productoras fundadoras de este tianguis, en su mesa ofrece chirivía, zanahoria, betabel. A veces sus clientes le traen la muestra de algún vegetal que quieren conseguir y ella las produce, propagando así la semilla y aumentando su catálogo de especies. Ana Luz, no solo expone vegetales, también, huevo rojo de gallina que personalmente cría. Y tierra de lombriz.
José Luis Gutiérrez acude desde las faldas de La Primavera, es también de los primeros productores que ofrecen miel en este espacio. Es de una comunidad del municipio de Tala, los productos y la miel que posee certificación para su exportación a Alemania, provienen de cooperativas de productores, a los que se asocia para apoyarse mutuamente en la comercialización del producto. En su estante, José Luis también ofrece crema de cacahuate, con un precio que va de 70 a los 135 pesos y galletas elaboradas con trigo, cacao, nuez y maíz. También el jabón García que cuesta cuarenta pesos, unos bloques amarillos de lavandería con aroma fresco, elaborados con aceite de coco y resina de pino.
Saúl Polino es también de los primeros miembros, es incluso parte del comité de esa sociedad de productores y expositores.
Saúl se encarga de seleccionar junto con otros miembros del comité, las personas que se incorporan a esta comunidad, administra la cuestión financiera, gestiona los cursos que eventualmente se ofrecen a los productores.
Con añoranza recuerda cómo esa comunidad de clientes bien consolidada resultó de gran apoyo en los difíciles tiempos de la pandemia, en los que nunca dejaron de vender con todo y las medidas sanitarias oficiales. En su puesto, ofrece granos y semillas, que acerca a través de los contactos directos de Zacatecas, Sinaloa, Uruapan, Chiapas, Oaxaca y Mexicali, entre otros.
El Farmers Market no solo ofrece los vegetales orgánicos, sino, productos elaborados con los insumos directos de la naturaleza, como tamales, chocolate y café.
Otro de los puestos, el de Juan Diego Allera, de Mezcala, ofrece queso y yogurt de cabra, además de fertilizante de lombriz por 50 pesos la bolsa con dos kilos. Sus productos provienen de un esfuerzo familiar integrado por seis personas, entre ellas, una veterinaria a cargo de las cincuenta cabras que producen la materia prima.
En otro puesto, Pedro Reginato ofrece higos provenientes de la región de Ocotlán, además de mermelada, higo deshidratado y hoja para té. El medio kilo de higo cuesta 70 pesos y una mermelada ochenta pesos. La renovación de los sembradíos es importante, pues los árboles de higo tienen un promedio de siete años de vida.
El tianguis orgánico es un microcosmos, donde es posible encontrar lo insospechado, hongos comestibles y medicinales convertidos en extractos, sazonadores a base de hongos, vegetales deshidratados en forma de botana y unas gruesas hamburguesas para perro elaboradas con vegetales orgánicos, glándulas y huesos con mezclas de jabalí, búfalo, cordero y res que hacen las veces de la presa.
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