Imagen de la Virgen de Guadalupe en hombros de su guardia oficial durante la procesión de este año. Foto: J. Stengel.
Jazmín Stengel.- La celebran a lo grande. Más de 200 feligreses acudieron a la misa del 12 de diciembre, para celebrar a la Virgen de Guadalupe, frente al templo en su barrio; mientras que en la Isla de los Alacranes los pescadores realizaron su acostumbrado dore de pescados.
Como es la tradición, en el municipio de Chapala los cohetes tronaron desde las 05:00 horas, para despertar a la Virgen Morena con Las Mañanitas.
Pasadas las 10:00 horas, zarparon pescadores y lancheros rumbo a la Isla de los Alacranes, donde las dos capillas que allí se encuentran veneran a la Guadalupana, quién hizo su primera aparición en el cerro del Tepeyac hace 492 años, según la tradición oral.
En las misas que se ofrendan cada año, ambos gremios compartieron la merienda, un dore de 300 kilos de pescado, entre tilapias, carpas y lobinas acompañados de salsa, limón y tortillas.
Por la tarde, antes de que cayera el sol, salió la procesión con la imagen de la Virgen, en hombros de la parroquia de San Francisco de Asís, a lo largo de la calle Zaragoza, hasta el templo de Guadalupe, ubicado al noroeste de la cabecera municipal.
A pesar de que durante la procesión solo participaron unas cuantas decenas de personas, a su conclusión se sumaron más de 200 feligreses, los que asistieron a misa de siete, para ser bendecidos por el padre José Antonio Gutiérrez Castañeda.
Niños y niñas chapalenses fueron vestidos con mantas, lazos rojos e imágenes de la Guadalupana, para emular a Juan Diego y a la Virgen María. El festejo concluyó con vendimia de bebida, comida y antojitos mexicanos. Así como la quema de uno de los castillos más vistosos de todo el año, acompañado de música norteña.
Fueron cientos los fieles que salieron a la peregrinación cosalense. Foto: Armando Esquivel.
Armando Esquivel.- San Juan Cosalá volvió a demostrar que es el más guadalupano de la Ribera de Chapala. Con un novenario de festejos y una peregrinación que reunió a una multitud.
La peregrinación del 12 de diciembre inició poco antes de las 18:00 horas, partiendo de la parroquia de San Juan Bautista en la zona centro, para avanzar por la calle Porfirio Díaz, tomar la carretera a Chapala e incorporarse a la calle del punto de salida, para llegar a celebrar una ceremonia religiosa en el atrio del templo.
Además de la nutrida peregrinación, algo por lo que destaca San Juan Cosalá durante las celebraciones a la Virgen de Guadalupe, es el ver los domicilios con altares, siendo varios los que realizan diversos adornos en espera del paso de la imagen durante el peregrinar.
“Casi por lo regular todas las familias sacan su virgen para no perder la costumbre de cada año, somos fieles a la virgen. En la peregrinación y en la misa estamos”, dijo el señor Humberto Rivera Morales.
Para el paso de la peregrinación, se tuvo que detener la circulación en la carretera Chapala-Jocotepec, a la altura del poblado y en ambos sentidos, lo que generó una larga fila de vehículos que quedaron atorados en espera del paso de los fieles, hecho que causó molestia en más de un conductor, inclusive uno de ellos reclamaba a uno de los oficiales viales, pero de nada le sirvió, al ver llegar la gran cantidad de guadalupanos.
Altar recién remodelado. Su forma se inspiró en la forma de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.- En el marco de los festejos a la Virgen de Guadalupe, se realizó una remodelación al altar dedicado a la Guadalupana, el cual está ubicado en la plazoleta de Las seis esquinas, al oriente de Ajijic.
Esta remodelación estuvo a cargo de Francisco Jiménez Antolín, habitante del barrio, quien aseguró que esta remodelación se hizo de manera desinteresada, y sumando los esfuerzos de algunos vecinos.
«El año pasado le acomodamos a la Virgen una estructura de carrizo y foquitos. Mi prima, Adriana Antolín, es muy devota, y me dijo, ‘ahora qué podemos hacer’. Yo pensé, y me jambé como dicen los muchachos, la idea de la capillita del Rosario, y así se hizo», comentó el señor Francisco.
Aseguró que el trabajo le llevó al menos tres semanas. Su prima cooperó con el material, él con la pintura, otras vecinas de la zona con las series de luces para adornar y Marco Alonso Zaragoza, quien también habita en el barrio, donará una pequeña campana para montarla en el altar.
También compartió que el altar tiene al menos 20 años ubicado en ese espacio, sobre la jardinera del icónico árbol de la plazoleta. Este, lo realizó su tío Francisco Antolín.
Finalmente, aseguró que él se siente muy satisfecho con su trabajo, así como agradecido con la Virgen de Guadalupe, por las dádivas que le ha concedido, por ejemplo, haber ido a cantarle Las Mañanitas a la Chupinaya, por 33 años ininterrumpidos. «Ahora ya no me es fácil subir, pero pues vengo a Las seis esquinas a festejarla», concluyó, pidiendo a toda la gente que cuidaran el altar.
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