Una Historia de Fernando Davalos
Los nuevos grupos
El joven estudiante de Arquitectura Arturo Guerrero y su bella novia Mariana Ventura, estudiante de Pedagogía, eran una entusiasta y armoniosa pareja y junto con su pequeño grupo constituyeron una nueva y vibrante aportación al trabajo de nuestro grupo “Don Uriel”. La honestidad a toda prueba y el entusiasmo que Arturo prodigaba generoso en todo momento era siempre contagiosa y reconfortante así como el apoyo que recibía de su bello complemento que en ocasiones no se tentaba el corazón para “mostrarle” sus desaciertos, los cuales Arturo aceptaba con su humildad característica.
A este pequeño y juvenil grupo, que Paloma y yo conocimos como consecuencia de nuestro nuevo trabajo como profesores universitarios, les unía por sobre todo la búsqueda sincera de una elevada espiritualidad y como a muchos jóvenes mexicanos, les había impactado profundamente el conocimiento de la tarea realizada por la Dakini mexicana Regina en nuestro país hacia apenas algunos años así como el testimonio que Don Antonio Velasco Piña vertía a través de sus libros acerca del trabajo que en pro del despertar de su sagrado territorio necesitaba México con urgencia, por lo que solicitaron unirse a los esfuerzos que con el mismo objetivo realizaba nuestro grupo “Don Uriel” en el occidente del país.
Debido al hecho evidente de que todos sus integrantes se encontraban en una etapa de aprendizaje y después de una seria reflexión y consenso mutuos en la cual gracias a nuestras pasadas experiencias y recordando los peligros que se ciernen sobre quienes son expuestos a la celebración de rituales sagrados y trabajos en los que cierta energía telúrica es manejada sin la adecuada preparación del fortalecimiento espiritual y la purificación personales, Paloma y yo, en vez de buscar la realización grupal de tareas inmediatas de servicio en pro del despertar, decidimos poner a este novel grupo en contacto con algunos lugares sagrados en los cuales fluye poderosa la energía de nuestro espíritu ancestral para ayudar de esta manera a lograr su cohesión grupal y su fortaleza individual.
Era esta la ocasión de sembrar una semilla que sabíamos podría germinar en un futuro en los corazones de este nuevo grupo así como de continuar aprendiendo en lo personal de la riqueza espiritual que nuestras experiencias con este joven grupo prometían.
En consecuencia, Paloma y yo entendimos que la tarea inmediata que el espíritu de México pedía de momento al centro “Don Uriel” no estaba relacionada con un trabajo de ecología espiritual en alguna zona especial de nuestro sagrado territorio, sino más bien con uno de agricultura sagrada en el cual quizás por haber transitado un poco más en el camino espiritual, Paloma y yo podríamos ayudar a los miembros de este pequeño grupo a fortalecerse para crecer un poco más como guerreros de la luz.
Lo anterior, dependería por supuesto y en gran medida de la propia voluntad y trabajo internos de cada uno de sus miembros. Sin embargo, bien valía la pena el esfuerzo de transmitir y compartir nuestras propias experiencias, aciertos y fracasos con este nuevo grupo, teniendo bien claro en todo momento, que ni Paloma ni yo nos considerábamos maestros de nadie, sino tan solo quizás hermanos mayores que dan testimonio de sus humildes experiencias en el camino del despertar.
Agricultura Sagrada
La historia sagrada de la humanidad nos muestra con claridad que nuestros hermanos y hermanas mayores que han logrado trascender su ego e importancia personales y han purificado sus corazones para ponerse al servicio del Altísimo, han buscado y encontrado una y otra vez las respuestas y la fortaleza interior que necesitaban para continuar su misión de servicio a la humanidad en el contacto con nuestra madre naturaleza y en ello Regina no fue la excepción. Por ello, ni a Paloma y a mí nos fue difícil encontrar el lugar ideal de trabajo y fortalecimiento espirituales para esta novel asociación, en la ribera norte de la Laguna Sagrada.
Nuestro objetivo inmediato seria el visitar los fines de semana y días festivos que nos fuera posible, algunos espacios sagrados y lugares especiales de la porción de la ribera norte de la Laguna de Chapala que va desde la población de Chapala hasta la población de Jocotepec y en donde fuera posible también interactuar con toda libertad en su medio natural.
En consecuencia con lo anterior, y durante nuestra primera reunión grupal tomamos la decisión de visitar en el futuro inmediato y cual devotos feligreses cinco iglesias católicas, a saber: Chapala, San Antonio, Ajijic, San Juan Cosala y Jocotepec, en las que por sus especiales características de ubicación, iconografía religiosa y simbología específica y por haber sido construidas por los españoles en antiguos asentamientos de origen náhuatl, existentes en la ribera norte de la Laguna Sagrada mucho antes de la llegada de Hernán Cortes al Valle del Anahuac conservan en su interior la energía divina de manera concentrada.
Posteriormente, intentaríamos ascender por algunos senderos conocidos con el objeto de alcanzar durante el día ciertos lugares especiales ubicados en las montañas de la ribera norte de la Laguna Sagrada los cuales son objeto de peregrinaciones y procesiones en días especiales y que se encuentran coronados por blancas cruces.
En uno de nuestros encuentros fortuitos en la universidad, Arturo un poco intrigado acerca de nuestros futuros planes de trabajo me comento:
Agustín, no me queda muy claro cuál será el mensaje o mejor dicho el aprendizaje que en lo individual o en lo colectivo podremos extraer de la visita a lugares totalmente naturales en donde no existe presencia ni vestigio alguno del intelecto humano; por lo demás, la visita a iglesias y espacios sagrados creados por el hombre tiene para mí, bastante sentido ya que de los mismos pueden extraerse bastantes conocimientos, creo yo –
Recuerda Arturo – comente – que la naturaleza, precisamente por no ser creación humana es necesariamente creación divina y por ello tiene en si misma toda la sabiduría que es posible extraer de la presencia de Dios en este limitado mundo tridimensional por todos aquellos capaces de verla y escuchar sus mensajes en adecuado silencio interno.
No en balde las auténticas tradiciones de la humanidad se han enriquecido constantemente por las enseñanzas de ella extraídas aprendiendo a vivir en armonía con su medio natural y con sus propios pueblos. Recuerda también como Regina recibió una parte importante de su entrenamiento y preparación espiritual para el cumplimiento de su misión en México en un alejado y bellísimo lugar natural en las montañas del Tibet.
Desafortunadamente, no podemos decir lo mismo de nuestra actual civilización occidental dominada por el materialismo científico y ateo producto precisamente del intelecto humano que considera a la naturaleza solo como materia prima a ser explotada para beneficio de unos cuantos grupos poderosos que han venido destruyéndola sistemáticamente –
El intelecto humano – continué – es capaz de proveernos tan solo con una interpretación imperfecta y distorsionada de la sabiduría divina por asombrosa o bella que pueda parecernos en su momento. En la naturaleza no encontramos ninguna interpretación, encontramos directamente a Dios quien ha sido su Creador y debo agregar que nosotros mismos al ser creación también de Dios podemos encontrarle dentro de nosotros mismos en nuestros corazones y para ello, nuestra madre naturaleza es una excelente ayuda ya que en su compañía somos ayudados a vivir únicamente en el momento presente que es donde esta Dios en todo momento –
– Después de un largo silencio Arturo pregunto:
– Entonces Agustín, ¿No sirve para nada todo aquello que sea creación del intelecto humano?
– No he dicho eso Arturo – conteste – Es solo su utilización egoísta, lo que es erróneo en mi punto de vista. La mente humana es evidentemente un enorme regalo de nuestro Creador y ha aportado enormes beneficios a la humanidad en su conjunto pero debe ser utilizada para colaborar con la voluntad divina y no para destruir su obra y oprimirnos a nosotros mismos, y ello solo es posible cuando nuestro intelecto y nuestra mente están balanceados por los dictados de nuestro corazón –
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