MENTIR:
Foto cortesía de esmivicio.blogspot.com
Ili
En los años que llevo de vida he llegado a la premisa de que mentimos por que mentir, es más fácil que decir la verdad, no con esto quiero decir que está bien hacerlo; pero es la manera más clara, de cómo puedo explicar dicha acción.
El acto de mentir es un factor aprendido, ya que desde muy pequeños observamos como los propios padres mienten. Ya sea para controlar un mal comportamiento, para motivarnos a hacer algo que no queremos, para mantener la ilusión de algún cuento infantil… al mentir por algo quizá tan inocente como lo último, al ir creciendo nos damos cuenta de que no existen malas consecuencias; por lo tanto, mentir se vuelve parte de la vida.
Siendo así, el mentir no del todo es únicamente algo negativo. Si en todo momento fuéramos brutalmente honestos; diríamos con franqueza y sin tacto lo que realmente pensamos. Entonces la tolerancia, el respeto y la prudencia; estarían completamente inexistentes dentro de la convivencia social. No a todos nos gusta que nos digan “nuestras verdades”, y la verdad siempre duele. Sin embargo, no importa la excusa, en todo momento es la mejor opción y no importa tampoco por cuánto tiempo se esconda algo o cuánta energía se inviertan, tarde que temprano, la verdad acaba por exponerse.
Todo esto lo hace dudar no? Y Volvemos a lo mismo, mentir es algo bueno o malo?
En cuestión de género, las mujeres tienen la tendencia a mentir con el propósito de proteger a otros; mientras que los hombres, mienten para mejorar su propia imagen personal. Yo diría, una mete las manos al fuego por otro; mientras que ellos, egoístamente lo usan para exaltar el ego.
No es una generalidad y no lo he dicho Yo.
Mentir es una de las mil y tantas actitudes emocionales, características del ser humano y su complejidad. Sea para bien o mal. Todo el mundo miente. Y así como está escrito en la Biblia: El que este libre de pecado que tire la primera piedra. Y yo le garantizo que todos, seguimos con la piedra en la mano.
Francamente no sé quién es peor; si el que dice las mentiras, el que se las cree o el que sabe que es mentira y aún así, se hace de la vista gorda y muy campante sigue su camino. He aquí en ejemplo claro, como la corrupción.
Mentiras piadosas, blancas, pequeñas, de omisión… es exactamente lo mismo. No se haga tonto, usted sabe lo que hace y por que lo hace. Yo no lo juzgo, pero tampoco se admire y señale.
No hay como el mejor argumento de que cada quien a lo suyo, y no se meta con lo mío. Será?
Los comentarios están cerrados.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala