Por Óscar España Ramos
Entro a tu cocina y trato de envolver tus recuerdos como tú lo hacías en aquéllas hojas de maíz al preparar tus ricos tamales, pienso que de esa manera los conservaré frescos, dulces, con sabor, con el sazón de tus manos, como se guarda lo más preciado, el tesoro de tu imagen, la figura de mi madre.
Cada vez que siento ese dolor que oprime mi pecho, me doy cuenta de la necesidad de recurrir a ti en mis momentos de debilidad, hace ya algunos años que tú viaje emprendió otro destino.
El llamado de Dios llegó de manera urgente, lo entiendo, le hacías falta en el cielo pero, a tu ausencia me es difícil acomodar, perderte y sólo poder decir: allá estarás mejor, allá vivirás en paz.
¿Cómo aprender a vivir sin ti? ¿Quién me puede enseñar?
Sólo conozco un lenguaje para poder dialogar contigo, son las lágrimas que brotan al recordarte, sé que tu ausencia se debe a que fuiste a atender su llamado, además mi padre ya te esperaba por allá y tú, como siempre, respetuosa de la ley de vida ahí estás.
Nunca dejarás de ser mi ejemplo de mujer fuerte, de convicciones, de principios, pero noble, con cuánto orgullo y admiración puedo decir que tuve una gran madre.
Hoy tus consejos llegan a mi mente para fortalecer, para respaldar; he intentado imitarte, discúlpame, no he tenido suerte. Entiendo que como tú no podré hacerlo jamás, pero eso no impide seguir adelante.
Me alegra mucho saber que estás bien, que eres feliz, que platicas con Dios, por cierto, quiero hacerte una pregunta: ¿Cómo celebra Dios el día de las madres? ¡Ah ya te veo!
Estás con tus amigas, mira qué bonita mesa, ahí están todas con sus iluminados rostros, están saludando, nos mandan besos, nos dan la bendición, que dicha poder verlas, estás rodeada de tus fieles escuderas.
Doña Lola, Doña Socorro no hizo tostadas; Doña Lupe, Doña Manuela, Doña Vicenta, Doña Cuca, Doña Emilia, Doña Aurora, ya no tortean.
Doña Lupe “La Colorada” no vende cena, con Rafles no hay ni sencillas ni arregladas.
Doña Concha y sus hijas ya no lloran, dicen que todos los días vas a desayunar en su casa, ahora si llegas.
Doña Angelita ya no pinta, Doña Elenita no tiene galletas de canelita, Hermelinda no trabaja, Doña Leobarda no hace sopes, Doña Chepa hoy no tiene mangos, Doña Transito está cantando, Doña Victoria se ve contenta, con mi abuela Cheta hay encanto.
Con Serna sólo hay un letrero que dice: “Cerrado, estoy en el Cielo y muy feliz”.
Doña Petra dice que en su tienda hoy no se fía, que todo es regalado, bueno hasta en tu licorería todos reniegan, es que se acabó el alcohol.
Mira por ahí esta Doña Chela platicando con Doña Cuca, tu comadre Angelina la del Chana trae su rebozo rojo, lo que se le ve mejor, Doña Loreto ríe sin parar, pues ¿Qué les estarás contando madre?
Todas están contentas llenas de satisfacción y no es que hoy no quieran hacer algo, es que en el cielo las atiende el gran Señor.
Gracias a usted mi Dios, mi buen amigo, por cuidarlas tanto, por servirles a ellas, que gran honor, por eso son felices, ahí contigo… ¿Quién las puede dañar?
Qué bonito viven, que bella labor la realizan, son ustedes quienes encienden el sol, la luna y las estrellas, se pasean en los hermosos jardines de Dios, perdóname Señor por haber dudado.
Perdóname Mamá por no haberte abrazado lo suficiente cuando estuviste a mi lado, por no haber expresado esa palabra de cariño en el momento indicado, por no interesarme cuando por mí te preocupabas, por no atreverme a secar tus lágrimas cuando por mí llorabas y ¿Sabes qué Julia? También por ser yo tan egoísta, porque aun cuando sé que te encuentras con Dios quisiera que estuvieras conmigo, sí, aquí… a mi lado.
Tu carácter, tu honestidad, tu pasión por servir a los demás, son el mejor legado que has dejado para la posteridad, no jefa, no te intento imitar, pues tu nombre no quiero manchar, pero, vive tranquila… tampoco te voy a defraudar.
Ajijic, alégrate, que nada empañe el regocijo que tengo como hijo, este diez de mayo habrá fiesta, el Señor ha dicho que tendremos lluvia de estrellas, pues a convivir bajarán tiernas y bellas todas ellas, el cielo nos llenará con pétalos de rosa, en mi pueblo se cantará, se bailará, saltaremos y sonreiremos de contentos pues estos no es usual.
Con respeto a las madres que han partido las seguimos amando y a las que siguen con nosotros todos les estaremos celebrando… FELIZ DÍA DE LAS MADRES.
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