Lago de Chapala. Foto: Cortesía.
Redacción.- El Lago de Chapala ha descendido 1.11 metros, lo que supone una pérdida de más de mil 191.85 millones de metros cúbicos de agua y lo sitúa a sólo el 51 por ciento de su capacidad, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua). La falta estacional de lluvias y las altas temperaturas han provocado el descenso vertiginoso.
Gran parte de la pérdida se debe a la canalización del agua del lago a la Zona Metropolitana de Guadalajara para su consumo. Eso, combinado con el aumento de la evaporación debido al incremento de las temperaturas, ha provocado la disminución de la capacidad del lago. Los datos de la Conagua muestran que abril ha sido el mes con mayor evaporación, seguido de mayo. La dependencia también informó que no ha habido escurrimiento normal en el lago.
Los niveles actuales del Lago de Chapala son superiores a los de 2021, cuando el lago estaba al 47.47 por ciento por ciento de su capacidad, pero son inferiores a los del año pasado, cuando estaba a 61.27 por ciento.
De acuerdo con la Conagua toda la cuenca Lerma-Santiago-Pacífico en la que se ubica el lago, registra algún nivel de sequía. El periódico MURAL informó que 45 por ciento de los municipios de Jalisco padecen sequía extrema, incluyendo partes de Chapala. Además, en el Estado de México, Guanajuato y Michoacán, que comparten la cuenca que alimenta el lago, están sufriendo una sequía severa.
El Lago de Chapala tiene aproximadamente 80 kilómetros de largo y 18 kilómetros de ancho en su parte más ancha, con una superficie total de unos mil 100 kilómetros cuadrados. La profundidad normal varía en función de la estación del año y de las precipitaciones, pero suele rondar entre los cuatro y los seis metros. Sin embargo, durante los periodos de lluvias torrenciales, el lago puede volverse más profundo.
El nivel más bajo del Lago de Chapala en la historia reciente se produjo en 1979. Esto se debió a una combinación de factores, como una grave sequía y el aumento del consumo de agua en las zonas circundantes. Desde entonces, el lago ha experimentado fluctuaciones en su nivel de agua, pero ninguna tan extrema como la sequía de 1979.
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