Desde la Vela hasta el parque de la Milagrosa (en la cabecera municipal) hay cinco callejones cerrados que no permiten el paso a locales ni visitantes
Durante la visita de Semanario Laguna a los sitios, el Callejón de la Azucena se encontró abierto y se puedo acceder al lago, pero al culminar el recorrido por el resto de callejones ya se encontraba cerrado con candado inhibiendo el paso de las personas. Foto: Manuel Jacobo.
Manuel Jacobo (Chapala, Jal).- Para vecinos, turistas, pescadores y habitantes del municipio de Chapala no es una opción visitar la orilla del Lago de Chapala a los largo de la Avenida Hidalgo, pues diversos pequeños propietarios han secuestrado estos espacios públicos.
Los vecinos de la Avenida en cuestión no ven con buenos ojos que algunos se apropien de estos espacios que por años han pertenecido a los ciudadanos, aunque también entienden que son espacios por donde se han conducido los delincuentes para acceder a las propiedades.
“Está muy mal hecho, que hayan bloqueado porque son callejones que tiene años y años que conducen a la gente al lago, a los pescadores, a los turistas y no sé, ahí las autoridades si están de acuerdo a que los habitantes de esas casas bloqueen esas calles”, señaló un vecino.
A pesar de que algunos entrevistados dicen que puede ser una buena opción tener puertas siempre y cuando se abran por las mañanas y se cierren por la tarde-noche, el Síndico Municipal, Isaac Alberto Trejo Gracián precisó que las vialidades no se deben obstruir.
“Son temas que tradicionalmente o históricamente lo ha estado manejando de alguna manera la sociedad y el gobierno normaliza este tipo de actuar, pero eso no significa que sea lo correcto”, precisó.
A pesar de que el alcalde, Moisés Alejandro Anaya Aguilar dice estar a favor de que los espacios públicos sean del pueblo y considera que muchos espacios de la ribera del municipio de Chapala han sido “secuestrados”, han pasado 21 meses desde que dicen estar investigando el tema y no se muestran resultados.
“Moisés Amezquita me hizo una relación de los pasos, no tiene en su expediente ningún sesión de derechos, ningún arrendamiento, ningún tema jurídico, pero también es delicado porque el hecho que no lo tengamos aquí no quiere decir que no exista”.
Pero lo que detiene el actuar municipal para no permitir este tipo de obstrucciones en las vialidades es que “si nosotros despojamos nos podemos meter en un tema de un delito penal por eso estamos investigando a fondo para no incurrir en una irresponsabilidad”.
A pesar de que Anaya Aguilar explicó que sindicatura y el Departamento Jurídico del Ayuntamiento tienen la encomienda sobre dicho tema, el síndico Isaac Trejo solo ha invitado a los pequeños propietarios que se acerquen para ver su situación.
“Si hay una situación para regularizar o que se haga a través de convenio y acuerdos con las personas y los particulares para su regularización del uso de esos cierres que se hacen y de lo contrario, para que se retiren si no hay elementos que justifique el actuar”.
No se sabe cuántas vialidades son en total las que obstruyen el paso al lago en todo el municipio y a eso se agrega que en algunos lugares como riberas del Pilar, algunas concesiones (aunque muchas son de tipo agrícola) obstruyen porque albergan casas de descanso.
Pero en cabecera municipal basta con recorrer la avenida Hidalgo para darse cuenta que desde La Vela hasta llegar al parque de la Milagrosa, hay por lo menos cinco callejones que conducen al Lago de Chapala, pero que estos están cerrados y no se permite el ingreso.
El primer acceso es el Callejón de la Azucena, un sitio que tiene una puerta con malla ciclónica con candado, y que según los vecinos está restringido por la familia Lomelí, es decir, ellos deciden quienes acceden y quienes no, y es usado exclusivamente por ellos ya que uno de sus ingresos es por este callejón.
El segundo sitio es el Callejón de las Palomas, un ingreso que tiene una puerta cerrada y que cuenta con videovigilancia, y a decir del Presidente Municipal, Moisés Anaya, en su momento fue vendido a particulares, pese a ser un espacio público.
El tercer espacio es un Callejón que no cuenta con nombre, pero está ubicado a un costado de Villa Marijo, marcado con el número 266 sobre la Avenida Hidalgo, y que a decir de los vecinos, esta familia es quien tiene las llaves para abrir la puerta del callejón que conduce al lago.
Posteriormente, se encuentra un pequeño callejón por el que pasa un arroyo y se ubica a un costado de Villa Hamburgo, este acceso también se encuentra cerrado y su acceso controlado por la villa antes mencionada.
Pero no solo eso, la Universidad de Guadalajara también se suma a la lista de los pequeños propietarios que obstruyen el paso al lago, pues Villas Montecarlo evita que se pueda acceder al espacio público.
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