Por: Leticia Trejo
Leticia Trejo es profesora de Yoga y entrenadora personal. Foto: Archivo.
Es inevitable que cuando tenemos una enfermedad, un malestar o algo que está incomodando nuestra salud, lo expresemos delante de los demás ya que nos preocupa; así que también es inevitable que alguna de esas personas se sienta identificada porque en algún momento también tuvo los mismos síntomas, por lo que se siente con la responsabilidad de compartirnos que tomó o que hizo para salir adelante. Pero no todos somos iguales.
No es adecuado creer que la prescripción y dosis de medicamentos de una persona le va a funcionar a otra, o que podemos usar los lentes de alguien y lograr que funcionen para nuestra particular graduación ocular, de hecho el resultado puede ser completamente opuesto a la intención de ayudar al otro. Sin embargo, todo el tiempo estamos tomándonos la libertad de recomendar.
Se nos ha dicho que no especulemos y estemos atentos a las noticias falsas y quizás a veces tenemos la precaución de checar que las fuentes de donde proviene una noticia sean auténticas y eso es importante, pero cuando se trata de nuestra salud esto es trascendental ya que nuestra vida podría estar en peligro. Probablemente tú te has asustado cuando tienes un síntoma desconocido y lo mismo pasa a otras personas por lo que te damos algunos consejos sobre cómo ayudar a quien ves preocupado por su salud:
Algunas veces, en nuestro afán de ayudar, entramos en zonas peligrosas que no son convenientes ni para nosotros ni para la otra persona. Moderación, mesura y ecuanimidad son claves. Dosifica tu entusiasmo por ser útil y aprende a dar apoyo.
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