El músico rarámuri Romeyno Gutiérrez Luna se ha presentado en Europa y Estados Unidos con su mezcla de temas clásicos y la música de su pueblo.
Redacción.- Romeyno Gutiérrez Luna es un músico rarámuri, que ofrecerá un concierto gratuito en el Centro Cultural González Gallo, en el municipio de Chapala, el próximo jueves 13 de enero, a las 18:00 horas.
En su repertorio, el pianista originario del municipio de Batopilas, Chihuahua, combina una selección de piezas clásicas de música occidental, con transcripciones, que él mismo ha realizado, a partir de la música de su pueblo.
La carrera de Romeyno comenzó en Retosachi, su tierra natal, donde su padre había forjado una amistad con el pianista e investigador estadounidense Romayne Wheeler, quien después sería su padrino y maestro. Durante años le transmitió su conocimiento musical y le mostró a Mozart, a Chopin, a Schubert, lo que encendió la llama de la inspiración en el joven rarámuri.
Con los años, el pianista perfeccionó sus habilidades y acompañaba a su padrino en algunas presentaciones, hasta que logró comenzar su trayectoria como solista, aunque siempre respaldado por su mentor. Desde entonces, Romeyno Gutiérrez ha viajado por Europa y Estados Unidos con su mezcla de temas clásicos y la música de su pueblo, además se presenta con indumentaria típica de su pueblo y se ha convertido en un embajador de los tarahumaras ante el mundo.
Pie de foto: Lago de Chapala. Foto: Héctor Ruíz
Por: Daniel Jiménez Carranza
Esta temporada de Guadalupe Reyes , implica múltiples manifestaciones: en lo personal, significa época de festejos, de convivencia familiar, de intercambio de regalos, de alegría; en lo comercial, una temporada ideal para recuperarse de las malas ventas que han padecido a lo largo del año los comerciantes, todo ello sin embargo, válido, en tanto no se llegue a la polarización de abusos y engaños al consumidor, que también ha sido afectado por la elevada tasa de inflación, encareciendo todos los productos, particularmente los alimentos y el combustible, y que con motivo de las celebraciones, a quienes afecta en mayor grado, es a la clase trabajadora, los asalariados que ven reducidas sus posibilidades de participar en estas .celebraciones.
Es el momento de evaluar las condiciones sociales, en donde nos encontramos involucrados todos, desde empresarios, considerados grandes consorcios, comerciantes medianos y pequeños, profesionistas independientes, empleados, y en el extremo opuesto, la gran masa trabajadora que constituye el mayor porcentaje poblacional, sujeta a un salario, con escasas posibilidades de incrementar sus ingresos.
Cuando observamos este factor, entendemos que existe un ofensivo desequilibrio en el volumen de ingresos de los grupos sociales, que debe ser compensado con mejores salarios para los trabajadores, que la clase empresarial, debe desarrollar una ética que les permita obtener un ingreso razonable, sin llegar a los excesos y exagerada anarquía en los precios que golpea fuertemente a los de menos ingresos, amén que todo ello, incide en un deterioro económico del país, como consecuencia de la inflación involucrada, ello implica una responsabilidad social en donde es necesario restaurar un equilibrio de convivencia sana, pues la época de enriquecimiento sin límites del pasado, está siendo rebasado por la extrema pobreza de todos esos grupos vulnerables contenidos dentro de las ataduras de sus fronteras, en donde finalmente se han desbordado, saltándolas hacia otros horizontes de bienestar que avizoran en países desarrollados, fenómeno que se ha venido reproduciendo en todas las latitudes del planeta, y que actualmente representa uno de los mayores retos para todos los países tanto emisores como receptores de este fenómeno.
Aquí, no se trata de criminalizar ni entronizar a ningún grupo, sino de desarrollar un consenso social, para encontrar un cauce que permita la sana y digna convivencia del individuo en sociedad, que le permita.
Que esta sea la tónica en el futuro!!!
Lago de Chapala. Foto: Héctor Ruíz
Por: Daniel Jiménez Carranza
Estimados Lectores, en este mi inicio, paradójicamente coincide con el final de este año, en el que nos hemos visto inmersos en una serie de acontecimientos que han afectado nuestra vida diaria, y obligado a adoptar medidas extraordinarias en cuanto a nuestro esquema de comportamiento cotidiano; por segundo año hemos estado sujetos a los vaivenes del desarrollo y evolución de un imperceptible virus, que ha modificado nuestros hábitos y costumbres, además de los cambios geológicos naturales de la tierra, no sólo a nivel local, personal, sino a nivel mundial catapultando las economías al grado que potencias como EE.UU. y la UE, se encuentran en una seria disyuntiva entre adoptar medidas restrictivas hacia la población, con los consecuentes efectos económicos, o bien permitir el desplazamiento regulado en reuniones familiares y eventos que congreguen un gran número de personas.
Esto no es sino el inicio de una modificación sustancial en la vida de la humanidad, que se ha venido gestando como consecuencia de los excesos cometidos por el ser humano en detrimento de la naturaleza, de las propias relaciones humanas, llegando a un bochornoso extremo que el propio hombre no ha logrado identificar, y que ahora un diminuto ser imperceptible a simple vista como lo es un virus, nos ha obligado a adoptar medidas hasta ahora inusuales a lo largo y ancho del planeta, mismos que serán parte de nuestro hacer rutinario en el futuro: las comunicaciones personales, se distancian, mismas que se verán sustituídas por equipos electrónicos de comunicación propiciando que los centros de reunión y concentración, antes obligados, pasen a un segundo término; aquéllos de esparcimiento y lujuria, estarán asimismo, restringidos en su uso, incidiendo en un reagrupamiento familiar, que en muchos casos, resultará en rompimiento, por la propia naturaleza de la inercia desarrollada en el pasado por todos los apetitos, existentes fuera de casa; los desplazamientos internacionales, se verán más restringidos y condicionados a diferentes regulaciones, así como aquéllos innecesarios que en forma habitual realizamos en nuestro alrededor, todo ello, amén de muchos otros cambios, porque esta pandemia, con su gran influencia desatada a nivel mundial, no podrá erradicarse en el corto o mediano plazo.
Debido a ello, es necesario reflexionar sobre nuestros propósitos para el año que se avecina, porque usualmente en estos tiempos, acostumbramos correr a comprar regalos, celebrar comidas de trabajo, preparar exquisitas cenas con la familia, olvidándonos del gran compromiso que tenemos con nosotros mismos y con la sociedad, de adaptarnos a los cambios que enfrentamos, asumirlos con responsabilidad suficiente, a través de profunda reflexión sobre nuestros excesos consumistas, sobre nuestra integración familiar, sobre nuestros semejantes, que ahora mismo, requiere mayor solidaridad, cohesión e integración, porque únicamente por medio del mutuo apoyo, podremos salir avante de las calamidades que nos agobian en el presente, y que en el mediano plazo no se visualiza su disminución, sino lo contrario, como consecuencia de la inercia de vida que nos precede, negándose a en muchos casos a adaptarnos a la nueva realidad.
Que el año nuevo se manifieste en todos nuestros corazones con este propósito.
Por Leticia Trejo
Bienvenidos sean todos los años nuevos por venir, no cabe duda de que las ideas colectivas nos ayudan a detener la agitación natural de la vida y reflexionar en el año que se ha ido y desear que nuestras mejores intenciones se manifiesten en el año que inicia. A mí me encantan las adivinanzas, espero que a ustedes queridos lectores también porque les tengo una muy buena: ¿Cuál creen que es el propósito más pensado para Año Nuevo? ¡Sí! Adivinaron: bajar de peso, también estar en forma, tener mejor estética corporal, empezar a hacer ejercicio y visitar a un nutriólogo, están entre los principales. Espero que puedan notar el patrón que sigue esa buena intención ya que éste es sobre nuestra salud y bienestar. Sería interesante saber cuántas personas lo logran. Pero yo, que tengo más de 20 años colaborando en el ambiente del fitness, los gimnasios y otras actividades de bienestar les puedo dar una idea:
De 100 personas que se inscriben a un gimnasio en enero solo 30 llegan a terminar el primer trimestre. De 30 personas que llegan a finales de marzo solo 20 continúan a fines de ese año, y al finalizar el año solo 10 van a renovar su membresía. ¿Cuál es el problema en estas estadísticas?, ¿por qué solo menos del 10 por ciento logra sostener su intención? Bueno, pues resulta que alguien ha logrado estudiar el patrón de cambio de hábitos durante más de 30 años, James Prochaska (Detroit 1942), psicólogo estadounidense que desarrolló el Modelo Transteórico del comportamiento del cambio, ha publicado más de 400 investigaciones sobre las causas por las cuales nos cuesta tanto trabajo establecer cambios en hábitos, aún teniendo toda la información que necesitamos o incluso la recomendación médica de que si no hacemos un cambio de estilo de vida nos esperan decenas de enfermedades en el futuro cercano. Es uno de los cinco autores más citados por las American Psychology Society. Su libro más vendido se llama Changing for good.
Su modelo de La Rueda del Cambio establece seis etapas: pre-contemplación, contemplación, preparación para el cambio, acción o cambio, mantenimiento y recaída. Entonces entendí que quizás uno de los motivos por los que las personas no pueden cumplir sus propósitos de salud y bienestar es porque quieren pasar de la etapa de pre-contemplación directamente al cambio sin haber pasado por las otras etapas. Como entrenadora me doy cuenta de que las personas quieren resultados rápidos, sin tomar en cuenta que debe haber un periodo de adaptación sumamente importante, así como una gradualidad en los cambios. Fisiológica, psicológica y anatómicamente el organismo tiene sus procesos, que son diferentes para cada individuo, por eso lo que le funciona a uno no necesariamente le va a funcionar al otro.
Si realmente queremos establecer un cambio hacia el bienestar en nuestro estilo de vida debemos ser pacientes, escuchar a nuestro cuerpo, conocer las metodologías existentes y tener la perseverancia de Tomás Alva Edison: prueba y error, recordemos que realizó más de mil pruebas buscando un filamento o alambre adecuado para que fuera el conductor de la electricidad. De la misma manera hagamos intentos, pre-contemplaciones, contemplaciones y preparaciones para el cambio y sobre todo seamos conscientes de que la etapa de la recaída es algo normal; recaída no significa fracaso, es una oportunidad para replantearnos el camino hacia cualquier cambio que nos ayude a mejorar nuestra calidad de vida. Te deseo mucha suerte con tus buenos propósitos e intenciones para este Año Nuevo. Deseo de todo corazón que en 2022 se establezca en tu vida lo que te haga sentir libre, feliz y saludable.
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