También los árboles de la ribera han sido olvidados pese importancia histórica tal como el Zalate del Ahorcado
Zalate de Felisa, en el malecón de Chapala. Foto: Internet.
Manuel Jacobo (Chapala, Jal).- El árbol de Felisa era un lugar de dolor, porque era la entrada al Camposanto y ahora se encuentra olvidado en la fiesta de Día de Muertos. “La iglesia no se ha movido desde 1500. El árbol está desde el 800, posiblemente antes, pero no tenemos datos que sustenten que está desde antes”, señaló el encargado de Archivo Histórico del Ayuntamiento de Chapala, Rogelio Ochoa.
Antes los cuerpos eran enterrados en los atrios de las iglesias y desde que se cambió el panteón, mucha gente se rehusó a llevar sus seres queridos al nuevo cementerio.
Al igual, el Zalate de Felisa es conocido por ser un lugar para los enamorados, por ser un punto de reunión para fiestas o eventos, en fin, uno de los árboles más famosos de Chapala.
Pese que Rogelio Ochoa menciona que actualmente no presenta ningún daño el árbol, sus ramas comienzan a tener sobre ellas algún tipo de planta parasitaria, aunque no cuenta con daño preocupante, por lo que es importante cuidarlos.
El árbol que lleva el nombre de la señora que vendía en ese sitio, Felisa, ha sido víctima de dos atentados: uno fue cuando un presidente municipal intentó tirarlo y otro cuando otro funcionario intentó cortarle sus ramas, señaló Rogelio.
El Zalate de Felisa está ligado al Árbol del Ahorcado, siendo el primero un posible hijo del segundo, ambos son árboles históricos, por lo que se debe dar protección a ambos, ya que están íntimamente ligados, uno más viejo y con otra historia, de otra época, enfatizó Ochoa.
El árbol del Ahorcado, por su parte, nos muestra el inicio de la evangelización. Ahí se ofició la primera misa. Ahí se colocó la primera Cruz de la evangelización, misma que fuera tumbada por el paso de la carretera.
Ambos son ahora lugares de reunión, y poco antes, cuando el agua estaba hasta ahí, eran lugares para bañarse y recolectar agua con sus cántaros. El árbol más antiguo, fue la entrada al pueblo.
Por otra parte, el árbol más antiguo de la ribera se encuentra en peligro, pese que el árbol no se encuentra en el municipio de Chapala. Rogelio señaló que es importante cuidarlo por ser un “árbol que ha visto la historia y su gente, él miró los indios de antes, miró la lucha de independencia en Mezcala, ha mirado todo”, “los árboles son mágicos, tienen vida”, expresó el entrevistado.
Sin embargo, las huertas de mangos también deben ser cuidadas, ya que ellas forman parte de la historia y se encuentran por toda la ribera de Jalisco y Michoacán.
También hay que cuidar las palmeras, como las del hotel Montecarlo, en la cabecera municipal de Chapala, ya que datan del año 1901 y que muestran la época de las haciendas, o la magnolia que transporta al Porfiriato, “el perfume transporta a una época”, dijo Rogelio.
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