El Vapor Libertad
Cronista: Mtro. Gabriel Chávez Rameño.
Viendo el hermoso lago desde un punto elevado en La Mojonera, vi como surcaba las aguas el barco llamado Batur, recordé por un instante como se habría visto por allá en los años de 1879 a 1885 el vapor llamado, “El Vapor Libertad”.
Bautizado así por el presidente de la República, Don Porfirio Díaz, un domingo 16 de septiembre que se festejaba un aniversario más de la Independencia de nuestro país.
Manufacturado por una firma alemana en Ocotlán que para esos tiempos del Porfiriato era una ciudad muy importante en nuestro estado ya que de ahí partían los trenes hacia el centro y norte de la república mexicana y repartían la riqueza en peces y granos de nuestra región, por lo que el comercio era muy importante en esos tiempos y además el tren servía como trasporte a los turistas que desde el norte y centro visitaban nuestro hermoso lago, que ya platicaremos en otra ocasión.
Antes de la construcción del Vapor Libertad sólo había embarcaciones de una o dos velas que trasportaban animales y granos así como personas, después del Vapor Libertad hubo otro llamado el Vapor Corona que lo bautizaron así por el entonces gobernador del Estado y general Ramón Corona, que les contaré de él en próximas ediciones.
El Vapor Libertad hacia su recorrido saliendo desde Ocotlán, paraba en Chapala y continuaba hasta Jocotepec, en un punto que hoy se le conoce como La Cristina, se paraba para ahí abastecerse de carbón que bajaban de las carboneras del cerro de San Juan Cosalá, de un lugar que le llamaban “La Ocotera” y surcaba de regreso por la parte sur del lago hasta Tuxcueca, donde se volvía a abastecer de carbón, que bajaban de la Manzanilla y Concepción de Buenos Aires, que para esos tiempos era un punto y puerto importante del comercio entre el sur del Estado y el centro.
Ya de Tuxcueca regresaba a las Islas de los Alacranes y del Presidio, sin llegar ahí, volvía a Chapala y regresaba a Ocotlán, era una travesía que duraba todo el día, y principalmente paseaba a los más acaudalados de Jalisco y Estados circunvecinos, eran paseos dominicales y este vapor tenía una tripulación de 14 personas y tenía una capacidad máxima de 180 personas y tenia compartimiento de carga de tres toneladas de capacidad, era de tres pisos y era muy vistoso.
Cada domingo que se reunían las personas en Ocotlán, lo hacían entre las ocho y ocho y media de la mañana, se escuchaba el silbatazo y todos preparaban sus boletos para poder acceder al Vapor Libertad, que zarpaba a las ocho y media en punto, el contramaestre izaba la bandera, del porfiriato, y al toque de la tercera campanada el Libertad iniciaba el recorrido.
Al dejar Ocotlán recorría las inmediaciones y cerca de Poncitlán estaba en su apogeo el hotel llamado “El Fuerte”, donde el vapor Libertad hacía tocar su silbato y los huéspedes del hotel saludaban eufóricos a los paseantes del Libertad, quienes con emoción meneaban las manos de un lado a otro.
La orquesta iniciaba su participación y todos acudían al desayuno que en el Libertad se ofrecía, al llegar a Chapala nuevamente el regocijo se vivía, ya que ahí ya había más paseantes haciendo fila para subir al Libertad, ya en Chapala algunos bajaban para quedarse ahí, otros se subían y continuaban su paseo hasta Jocotepec.
Había quienes iban de negocios y se bajaban en los distintos puntos de desembarque, en Jocotepec no había parada, sólo el Libertad pasaba y hacía sonar su silbato, la siguiente parada era Tuxcueca, donde lo esperaban con ansia donde descargaban y subían mercancías, los paseantes sólo observaban y disfrutaban de la música, comida y bebida, se contaban que había muchos que ya en las borracheras se aventaban al lago para demostrar su valentía, quienes eran encarcelados en la nave y llegando a Ocotlán por daños a la navegación.
Ya de la trágica decadencia del Vapor Libertad contaremos en la siguiente edición, y como muchas personas perecieron.
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