Foto: Cortesía.
Redacción.- Alrededor del 80 por ciento del arbolado urbano del municipio se encuentra enfermo, es por ello que la dirección de Ecología del Ayuntamiento de Chapala realiza la campaña “Adopta un Árbol y Ayuda a Salvarlo”.
La campaña se extenderá a árboles que se encuentren en propiedad privada, y se deberá realizar un donativo por parte del interesado para los agroquímicos que se utilizarán para el tratamiento del árbol enfermo, según explicó el titular de Ecología y Desarrollo Sustentable, José Guadalupe Jaime Ibáñez.
Por su parte, la dirección de ecología pondrá el conocimiento y la mano de obra para la aplicación del agroquímico que se utilice para curar el árbol, una vez cada quince días durante un periodo de cuatro meses.
La Floresta de Ajijic, es una de las zonas más afectadas por las plagas o parásitos, pero también la especie de huamúchiles es una de las que padecen más del muérdago, una planta parásita que seca los árboles que la padecen.
Los interesados en adoptar un árbol deberán de comunicarse a la dirección de Ecología al 376 765 80 25 y proporcionar la información correspondiente a la especie del árbol, así como el domicilio o lugar donde se ubica, además de pagar el agroquímico como ya se mencionó, y el Ayuntamiento proporcionará un recibo a cambio.
Funcionarios plantaron los primeros árboles que llevan nombres de recién nacidos del municipio.
Manuel Jacobo (Chapala, Jal).- Alexander von Humboldt fue el naturalista que se percató que el cambio climático era inducido por el ser humano. Hoy en día, el municipio de Chapala intentará revertir la deforestación con un mini bosque inducido en el Jagüey.
Se trata de una iniciativa que quedó plasmada en el Reglamento de Ecología y Desarrollo Sustentable para el Municipio de Chapala, pues en su artículo 27 se lee lo siguiente: “Se solicitará de manera voluntaria la donación de un árbol de al menos 1.5 metros de altura en especie o económico, por cada registro de nacimiento en el municipio”.
Con esto se busca generar conciencia y se entienda el sentido del vínculo directo que tienen los humanos con la naturaleza, pues cada uno de los árboles plantados llevará el nombre del recién nacido. Según el nuevo reglamento, el Gobierno Municipal está obligado a brindar los cuidados necesario a los árboles.
Los padres de los recién nacidos deberán elegir si las especies las siembran en el espacio que donó la comunidad agraria del Ejido de Chapala -una zona de cuatro hectáreas-, o si lo hacen en un lugar público donde puedan acudir a realizar los cuidados al árbol e informar a la autoridades.
“Si las personas que registran tienen la iniciativa y un espacio adecuado para plantar dicho árbol, se les permitirá hacerlo en ese lugar, debiendo probar de manera plena y fehaciente a la Dirección de Ecología y Desarrollo sustentable dicho acto”, se lee en el reglamento.
El área llevará por nombre “Bosque de la generación sustentable de Chapala 2020”, en él se plantarán árboles de roble, pino y otras variedades endémicas; según las estimaciones de las autoridades municipales, si un padre prefiere pagar el árbol para que sea sembrado en esta área, el costo de un árbol de estas características tiene un costo aproximado de 700 pesos.
Para dar inicio con la plantación, el Presidente Municipal, Moisés Alejandro Anaya Aguilar; el Director de Ecología, José Guadalupe Jaime Ibáñez; el Presidente del Ejido Chapala, César O. Pérez y parte de la mesa directiva del ejido, acudieron a plantar los primeros diez árboles y así dar por entregado el predio e iniciado los trabajo del mini bosque inducido.
Según las estadísticas presentadas por Moisés Alejandro Anaya, desde enero a la fecha se tiene registrados 350 nacimientos entre niñas y niños, por lo que falta plantar los 340 restantes. A decir del Alcalde, con esta iniciativa, el municipio de Chapala está poniendo el ejemplo para que más iniciativas de este tipo se realicen.
El mini bosque está ubicado en una zona donde el agua es abundante por lo que si las familias deciden ir hasta el sitio para cuidar se su árbol, tendrán los medios suficientes para hacerlo.
Los nombres de los árboles y de los recién nacidos son: Jocelyn, Valeria Guadalupe, Diane, Victoria, Mia, Jonathan, José Ignacio, Axel Jesús, América y Owen Mateo.
El encendido del árbol se realizó pasadas las 21 horas.
Redacción.- La navidad se adelantó en Jocotepec. El pasado 5 de diciembre se realizó el encendido del Árbol Coca Cola en la plaza principal.
Los festejos de la posada navideña comenzaron con la caravana de la misma empresa a las 19:00 horas, en la localidad de Nextipac, con personajes como Santa Claus y los osos polares que recorrieron las principales calles de la población, arrojando dulces a cientos de espectadores.
El encendido del árbol se realizó pasadas las 21:00 horas, para luego distribuir pelotas a los niños asistentes. También se repartir más de 3 mil tamales y 170 litros de atole.
La posada navideña 2019 estuvo amenizada por los grupos musicales “La más Cremosa” y la banda “M1”. Este año, la plaza lució totalmente alumbrada con series de focos navideños que fueron del agrado de los pobladores, quienes aprovecharon para tomarse fotografías.
Miguel Cerna. – El Zalate murió, pero su legado quedó en buenas manos. Será el artesano José Ramos Trujillo “El Monero”, el encargado de esculpir un Cristo de casi cuatro metros de alto, que será colocado en el lugar en dónde -por casi 100 años- vivió el árbol de la higuera.
Desde mediados de septiembre, el marro y el cincel del artesano empezaron a tallar el tronco del emblemático árbol que estaba ubicado en el entronque de la calle Morelos con la carretera Chapala-Jocotepec, en la localidad de Nextipac.
Luego de su caída, derivada de una tempestad -el pasado 13 de agosto-, “el Monero” recibió la encomienda por parte del Gobierno Municipal, de sacar por lo menos tres cristos de diferentes tamaños para ser distribuidos en las delegaciones; sin embargo, solo encontró uno.
Sin prisa, con las manos hábiles, usando su imaginación y el conocimiento de quien ha realizado figuras de santos por más de 50 años, trabaja el artesano, que poco a poco va figurando la parte frontal del cuerpo de la imagen.
Aunque el avance es mínimo, para algunos de los pobladores de Nextipac, “ya es un Cristo”, por lo que al pasar por la higuera se persignan. Otros simplemente se quedan admirando el trabajo de “el Monero”, quien se muestra dispuesto a contestar sus dudas.
La escultura medirá 3.80 metros de altura, desde las manos a los pies, y aunque tendrá rasgos parecidos al del Señor del Huaje (posiblemente una réplica de su cara), reemplazará a éste como el cristo más grande de madera de una sola pieza, pues la imagen -con tres siglos de historia- mide 3.20 metros.
José Ramos se dijo honrado de que el Ayuntamiento haya confiado en sus habilidades para la realización del crucifijo, ya que se trataba de un árbol que fue muy querido por los vecinos de la zona.
“Para mí es un honor que me hubieran llamado, que me hubieran dicho que yo lo hiciera, porque ese árbol para Nextipac era parte de la vida de muchos, o sea muchos lo ven como sus raíces, porque varias generaciones lo vieron. ¡Es más! No saben la edad que haya tenido ese árbol, pero sí confiaron en mí”, comentó.
Debido a que la higuera representa una madera corriente, el artesano sugirió no colocarlo a la intemperie, pues el viento y la lluvia lo podrían afectar rápidamente; por lo que sugirió la construcción de una pequeña capilla o terraza que sirva de protección al Cristo que los habitantes ya han bautizado como “el Señor de la Higuera”.
Las numerosas experiencias y anécdotas, que cientos de personas vivieron bajo la sombra de su majestuoso follaje o en sus raíces expuestas, convirtieron al Zalate en un elemento de referencia e identidad para los habitantes de la localidad, al considerarlo el orgullo de Nextipac.
El árbol de Zalate en pie.
Miguel Cerna.- Aunque la tempestad logró arrancar del suelo al emblemático Zalate, su recuerdo se arraigó en la memoria colectiva de los habitantes de Nextipac, municipio de Jocotepec.
Fue durante la madrugada del 13 de agosto, aproximadamente a las 02:30, que la tormenta arrancó de raíz al árbol también conocido como la higuera, que marcaba la puerta oriente de acceso a la localidad, en el entronque de la carretera Chapala-Jocotepec y la calle Morelos, frente a la escuela 15 de Mayo.
Pese a su colosal tamaño, su muerte fue discreta, pues además de la oscuridad propia de la noche, al doblegarse ante los fuertes vientos y caer atravesado en la calle, se desplomaron varios postes de electricidad que dejaron a la comunidad por más de 18 horas sin luz.
Para los vecinos de la zona, el amanecer de ese martes no fue igual; pues demás de la falta del trinar de las aves que acostumbran a posarse en su follaje, el vacío de no ver erguido su inmenso árbol que superaba los 20 metros de altura, les causó “tristeza”, “lástima” y “pena”, por momentos acompañada de lágrimas.
Pese a que no existe un registro fidedigno de su antigüedad, el testimonio vivo de personas longevas le confieren más de 100 años de vida en la comunidad, lo que le valió el título de “guardián”.
Es el caso de Vicenta Vega Anuario, de 96 años, quien vive a escasos 30 metros de donde permanecía estoico el Zalate desde que ella tiene uso de razón.
“Yo cuando lo conocí, el arbolito estaba de grande de como el ropero, pero así, chiquito y delgadito, yo tenía como unos 10 años y el arbolito ya estaba grandecito y fue creciendo, fue creciendo, echando sus ramas pa’ los lados”, rememoró con la voz aún firme y la mirada perdida.
Para Vega Anuario, hablar de la higuera evoca sus recuerdos desde la infancia, pues prácticamente creció con el árbol. Entre sus memorias más vividas, está el dulce sabor de los frutos de gran tamaño que daba el Zalate, mismas que fueron mermando en tamaño y dulzor, a medida en que envejecía.
El otro recuerdo más intenso de Vicenta relacionado con el árbol, es la muerte de un hombre en sus ramas, historia ampliamente trasmitida en la comunidad y que algunos consideran que pudo enfermar a la higuera.
“Fíjate lo que paso: andaba uno cortando zalates, hijo de Felisa la de Poncho, y otro lo vio y le tiró pa’ arriba y el difunto cayó. El hombre agarró una canoa de motor y se fue. Ahí quedó tirado el difunto: me acuerdo como que si ahorita fuera, fue como a las 10 de la mañana”, narró convencida.
“Ni modo, qué le hacemos”, fue la respuesta de Reyes Ramírez Reyes, de 87 años, al enterarse de la caída del Zalate, árbol que conoció desde que era joven, incluso antes de que se mudara de la cabecera municipal a Nextipac al casarse.
“Ira, yo me casé de 23 años con mi señora, pero el árbol ya lo conocía yo antes, porque yo duré, como 2 años y medio de novio de con ella, entonces yo me vine, porque yo soy del pueblo, no soy de aquí del barrio este; y (el Zalate) ya estaba grande” (sic), comentó con la voz cansada y a veces interrumpida por ataques de tos.
Para Ramírez Reyes, lo más memorable de la historia del árbol es que vivió sin que lo plantaran, pues le atribuyó su nacimiento a una semilla que depositaron los pájaros en el tronco de un guamúchil que anteriormente ocupaba su lugar.
“Ese árbol no lo plantaron, ese árbol fue de un guamúchil que estaba y allí los animalitos dejaron el injerto; fue un injerto y ya poco a poco se acabó el tronco del guamúchil y ya siguió el árbol, pero ese no lo plantaron”, compartió.
Las numerosas experiencias y anécdotas que cientos de personas vivieron bajo la sombra de su majestuoso follaje, o en sus raíces expuestas, convirtió al Zalate en un elemento de referencia e identidad para los habitantes de la localidad, al considerarlo el orgullo de Nextipac.
Sin embargo, para que su historia no termine, se plantará un árbol de la misma especie en su lugar, es decir, otra higuera que fue donada por el vivero Larios tras la tragedia, así lo informó el delegado Antonio Valentín Flores. Además de que, por iniciativa ciudadana, se pretende aprovechar su madera para la realización de una escultura que honre su centenaria vida.
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