El próximo domingo primer de junio, México vivirá las elecciones más fraudulentas, perversas y bochornosas desde que surgió el entonces Instituto Federal Electoral (IFE), hoy llamado Instituto Nacional Electoral (INE) y que actualmente se encuentra secuestrado por MORENA a través de su impresentable presidenta, Guadalupe Taddei Zavala.
El origen de la presunta reforma al poder judicial fue propuesta al final del mandato del expresidente Andres Manuel López Obrador y surgió con un doble propósito. En primer lugar, rencoroso como es AMLO, como forma de venganza a una Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que durante casi todo su sexenio se dedicó a defender la Constitución, el Estado de Derecho y las libertades civiles de la ciudadanía ante las reformas despóticas que el expresidente intentó imponer a través de su mayoría parlamentaria en el Congreso de la Unión.
En segundo lugar, mucho más preocupante que una vulgar vendetta, es el interés de López Obrador y la sucesora que él impuso, por apropiarse del único poder del Estado que aún genera un contrapeso, el Poder Judicial. De esta forma podrán reformar la Constitución y todas las leyes y reglamentos federales a contentillo, sin siquiera leer lo que se vota en el legislativo, como ya lo hemos visto, para terminar de desarticular las instituciones que hasta hace poco generaban contrapesos al poder.
Esta elección que se avecina no es más que una muy mala representación teatral, mitad cómica, mitad trágica y de muy bajo nivel de producción. Es tan pobre el libreto, que ya hasta conocemos el final: Primero, el abstencionismo será brutal. Segundo, ganarán los candidatos de la presidenta y nuestra SCJN terminará conducida por gente del nivel de Lenia Batres, otra militante impresentable.
La corrupción existente en el sistema judicial del fuero común, la que padecemos la mayoría de los mortales, seguirá intacta. No se tocará un pelo a los jueces, corruptos o no, que resuelven la mayoría de los juicios del día a día entre la sociedad, porque esas faltas o delitos son responsabilidad del sistema judicial local en Jalisco. Y hasta ahora, el congreso del estado no ha dado a conocer cómo es que la justicia local habrá de adaptarse a las nuevas reglas impuestas por MORENA.
El gobierno decidió politizar la elección de ministros, magistrados y jueces federales. Tiró por la borda el servicio profesional de carrera y los exámenes de oposición para elegir a los más adecuados. Ahora tendremos al frente de la justicia federal a improvisados que gozan del beneficio de estar en una lista corporativista, ya sea de algún partido político (en especial en los que hoy detentan el poder en México y en Jalisco), de alguna religión (la Luz del Mundo postuló candidatos en alianza con MORENA) o de algún grupo de poder que cuente con la capacidad mínima necesaria para la movilización de votantes acarreados (Grupo Universidad de Guadalajara, por ejemplo).
Millones de mexicanos se negaron a participar como funcionarios de casilla ante la desconfianza del proceso. Los pocos entusiastas que saldrán a votar, lo harán sin realmente saber por quién (o para quién) lo están haciendo, en un complejo y confuso sistema que incluye seis boletas y diez opciones por cada una, o algo así. Las boletas restantes no serán inutilizadas y los votos serán contados, no en la casilla, sino en la sede del INE. Por supuesto, tardaremos días en conocer los resultados, los suficientes como para que el aparato de alquimistas y mapaches operen, trasquilen y maquillen los resultados. Yo no voy a ser partícipe de este montaje. Simplemente, en esta ocasión no iré a las urnas.
En los juzgados del Poder Judicial del Estado de Jalisco, con sede en Chapala, una red de corrupción institucional sigue operando con total impunidad, poniendo en riesgo a víctimas, defensores de derechos humanos y a cualquier ciudadano que exija justicia real.
Hoy, quienes alzan la voz con fuerza y claridad son las integrantes de la Red de Acompañamiento a Supervivientes de Violencia, un colectivo de mujeres valientes que ha apoyado durante años a víctimas de agresión, acoso y violencia de género. Este grupo, formado íntegramente por mujeres, ha denunciado que ellas mismas están siendo acosadas, violentadas legalmente y perseguidas por un abogado que se presume protegido por estructuras internas del mismo Poder Judicial.
Mientras sus denuncias de fondo son entorpecidas o bloqueadas, las demandas en su contra avanzan con velocidad inusual. Esta manipulación institucional ha sido posible —según señalan— gracias a vínculos de corrupción interna que permiten a ciertos actores usar a su favor juzgados, procedimientos y tiempos judiciales.
Esto no es nuevo. En octubre del año pasado, el Colegio de Abogados del Estado de Jalisco hizo público que tan solo el Juzgado Segundo Civil de Chapala acumulaba ya más de dos mil quejas formales por actos indebidos, como cobros irregulares para “acelerar” casos. Y sin embargo, ninguna autoridad ha emprendido una investigación profunda o sancionado directamente a los jueces responsables. El Consejo de la Judicatura del Estado apenas ha movido fichas menores. Traslados de personal. Reubicaciones. Ningún cambio real. Ninguna purga ética.
A este clima de impunidad se suma el caso del empresario Omar O’Rourke, detenido desde hace casi tres años en un proceso penal lleno de irregularidades, obstáculos y estancamiento. Su situación es grave, pero sobre todo ilustrativa: el sistema judicial tiene la capacidad de congelar, manipular o enterrar casos cuando así conviene al poder. Lo que le ocurre a Omar es una consecuencia del mismo patrón que hoy amenaza a las integrantes del colectivo: un sistema que puede castigar a quien denuncia, favorecer a quien paga y someter a quien se defiende.
La justicia en Chapala —como en muchas regiones del país— al parecer ya no opera como un principio constitucional, sino como un bien sujeto al mejor postor. Se paga por atención. Se paga por omisión. Se paga por retraso. Se paga por castigo. Quienes deberían ser guardianes de la legalidad, actúan como mercaderes del poder.
¿Qué tipo de sociedad estamos dispuestos a ser?
¿Cuántas mujeres más deben ser perseguidas por exigir justicia?
¿Cuántos ciudadanos deben caer en manos de jueces corruptos?
¿Qué tan lejos vamos a permitir que llegue este modelo de injusticia institucional?
Los ciudadanos de Chapala y de toda la ribera merecemos algo más que discursos vacíos o promesas administrativas. Merecemos justicia real: ética, funcional, profesional, transparente. Y quienes hoy levantan la voz —como las mujeres perseguidas del colectivo— no piden privilegios. Exigen lo que la ley ya reconoce: el derecho a no ser silenciadas por defender a otras.
Registro del aspirante del partido naranja. Foto: Cortesía.
Por Santiago Baeza.
La designación de Jorge Álvarez Máynez como precandidato único de Movimiento Ciudadano (MC) a la presidencia de la república, pone en graves aprietos a ese partido en Jalisco. El encargado de “destapar” al diputado zacatecano, fue Samuel García, Gobernador de Nuevo León, aspirante fracasado a la presidencia y esposo de su principal promotora, la “influencer” creadora de contenidos banales de política, entre ellos sus tenis “fosfo-fosfo”, Mariana Rodríguez.
De mantener la misma estrategia que Samuel, es decir, el ataque sistemático a la candidata opositora, Xóchitl Gálvez, como es de suponerse, en lugar de captar el voto “útil” de quienes nos oponemos al régimen autoritario y corrupto de Morena, lo único que obtendrán es el voto de “rechazo” a Pablo Lemus y demás aspirantes a los distintos cargos públicos, que se disputarán a nivel local en Jalisco.
Si bien Lemus se mantiene en un buen nivel en las encuestas, hoy nada está decidido, pues Morena mantiene en el estado un alto índice de aprobación. Además, la irrupción de Laura Haro como aspirante al gobierno estatal por la alianza PAN, PRI y PRD, ha comenzado a mover los números, ya que se trata de una mujer joven, inteligente, entrona y con mucho carisma. Esta situación comienza a dar una imagen de que la elección local será en tercios, pues en poco tiempo, Haro ha logrado sumar muchas simpatías.
¿Cómo le hará Pablo Lemus para promover el voto del golpeador de Xóchitl y al mismo tiempo, pedir el voto opositor para él y los demás candidatos de su partido? Parece una tarea titánica. Ya el Gobernador Enrique Alfaro se deslindó públicamente del nombramiento de Jorge Álvarez, mediante un demoledor post de X (antes Twitter), en el que expresa lo siguiente: “Quienes usan la idea de lo nuevo para disfrazar lo absurdo, los que nos metieron en el callejón de la banalidad, el callejón de la no política, no son líderes de este proyecto, ni mucho menos del movimiento social que construimos en Jalisco”.
Movimiento Ciudadano tuvo la oportunidad de unirse a la alianza que Xóchitl Gálvez encabeza. Pero prefirieron jugar al esquirol de Morena para dividir el voto opositor. Su problema ahora es que su aspirante, un perfecto desconocido para la mayoría y con un historial de chapulineo partidista (PRD, PRI, Nueva Alianza, MC), variará entre la candidatura testimonial y el ridículo electoral. Perdieron la oportunidad de sumarse a un proyecto de rescate nacional, por supuestamente consolidar su base de apoyo, pero ahora incluso corren el riesgo de perder su principal bastión y hasta el registro de su partido.
A los naranjas de Jalisco sólo les queda una oportunidad y esta es, deslindarse públicamente de Dante Delgado, cacique de su partido, de Samuel García, el bufón que gobierna Nuevo León y de su flamante aspirante (es un decir) a la presidencia, Jorge Álvarez Máynez. De lo contrario, lo más probable es que ese partido sufra la suerte del perro de las dos tortas.
Por: Santiago Baeza
El Centro para la Cultura y las Artes de la Ribera (CCAR) dio inicio a su programa de actividades con una agenda de buena calidad y diversa en sus contenidos y perfiles de público. Si bien la coordinación general quedará por lo pronto en Guadalajara y por lo tanto, las decisiones importantes se tomarán allá, también se está conformando un interesante equipo de trabajo integrado por mujeres con talento y experiencia en la gestión cultural.
Me ha tocado acudir a varias actividades, todas en compañía de mi hija menor. Visitamos los talleres infantiles dominicales y hemos acudido al auditorio a ver teatro o a escuchar al cuarteto de cuerdas de la Filarmónica de Jalisco. Más allá del rescate físico del antiguo auditorio, el rescate de la agenda de actividades oxigena y diversifica la oferta cultural de esta zona del estado. Se aprecia la oportunidad de no tener que desplazarse hasta la capital para poder apreciar este tipo de eventos.
Si bien como en todo arranque de un proyecto tan ambicioso como lo es este nuevo espacio cultural que gestionó y administra la Secretaría de Cultura de Jalisco, al principio siempre hay detalles que se pasan por alto y poco a poco se van corrigiendo. Se trata de detalles mínimos que pueden pasar desapercibidos para el público menos quisquilloso. Entre ellos, el poder contar con un programa escrito si se acude a escuchar música clásica, para saber con exactitud qué es lo que se está tocando.
Lo que más me ha llamado la atención, es la escasa cantidad de público asistente a las funciones del auditorio, tomando en cuenta de que se trata de un espacio relativamente generoso, pues cuenta con más de cuatrocientas butacas. Independientemente de si la presentación es gratuita o de paga, hasta el momento en las dos ocasiones que he estado ahí, con mucho trabajo se ha llegado a un centenar de asistentes por función.
Aunque esa situación de público escaso también es entendible, ya que el recinto está iniciando actividades y poco a poco se irán dando a conocer entre las comunidades que cohabitan de forma temporal o permanente alrededor del lago de Chapala. Además falta que se empiecen a incluir en la agenda, producciones de corte local, para que se intercalen con los proyectos visitantes y así nutran sus contenidos, para generar un mayor atractivo.
Por lo pronto ya arrancaron y lo hicieron bien. Sin duda este espacio se convertirá con el tiempo en uno de los enclaves artísticos, no solo de la ribera, sino de todo Jalisco, ya que permitirá potenciar el talento y la creatividad que aquí convergen, pero también será un espacio para el encuentro del público con propuestas de Jalisco, de México y de otras partes del mundo.
Ahora solo falta que la gente se acerque, se apropie de este espacio que es público y para que lo usemos; que lleven a los niños y lo recorran por completo; que visiten la galería, la biblioteca y los salones; que se informen sobre las actividades gratuitas y la forma de obtener los boletos vía internet; que se convierta en un espacio cotidiano de encuentro con el arte, con la creatividad, con la expresión.
Por Santiago Baeza.
El pasado ocho de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer. No se trata de una fecha para celebrar, como si fuera el día de la madre, sino para crear conciencia sobre lo lejos que está nuestra sociedad en términos de equidad de género, no solo en México, sino en básicamente en el mundo entero.
La mexicana, es y ha sido siempre una sociedad machista y patriarcal. En general, los mexicanos hemos sido educados en una lógica de superioridad. En mayor o menor medida, el hombre de la casa se asume como una autoridad sobre el resto de la familia; el que tiene la última palabra; el que puede imponerse incluso con violencia, cuando considera que existe la necesidad de usarla para dejar en claro quién manda.
Esta dinámica abusiva funcionó relativamente todavía durante el siglo pasado, debido a la ausencia de leyes, instituciones y movimientos sociales organizados que hoy sí existen. Pero sobre todo, al importante cambio que se dio en las dinámicas laborales, ya que hoy el hombre por sí solo no tiene, en la mayoría de los casos, la capacidad de mantener un hogar. La mujer hoy es parte fundamental del ingreso familiar y por lo tanto, una aliada en la toma de decisiones.
El problema es que nosotros los hombres nos negamos a reconocer que los tiempos ya cambiaron, que las épocas de superioridad sexual son cosa del pasado, que nuestra única superioridad, la física, nos deshumaniza, nos convierte en bestias, en criminales. La mujer no es un objeto, sino un ser humano con derechos igual que nosotros. Las mujeres no nos pertenecen. Ellas deciden si quieren o no ser nuestras compañeras y pueden dejarnos en el momento que así lo quieran.
No tenemos ningún derecho a decidir por ellas, a callarlas porque creemos que no saben, a burlarnos de su físico o de sus ideas. Tampoco tenemos derecho a humillarlas, o a faltarles el respeto cuando caminan por la calle solo porque se ven “bonitas”. Hostigarlas, acosarlas e incluso amenazarlas para obligarlas a algo que no quieren, resulta ruin y asqueroso. Poseerlas por la fuerza es un crimen atroz y quitarles la vida, un acto de crueldad indescriptible que debería castigarse con la mayor de las penas.
Pareciera que lo anterior resulta obvio y que todos lo sabemos, pero las estadísticas sobre violencia contra la mujer en México nos desmienten: el feminicidio ha incrementado en un 78 por ciento en los últimos siete años; hasta este momento hay más de veintiséis mil mujeres desaparecidas y la cifra aumenta día con día; nueve de cada diez asesinatos de mujeres queda impune, solo por ofrecer algunas cifras. Esto demuestra que aunque se han dado cambios importantes en materia de equidad, nuestra sociedad se resiste a adaptarse a esta nueva realidad.
Por eso salen año con año enfurecidas, por eso la destrucción queda como rastro tras sus marchas. Es la furia contenida por cada abuso, violación y muerte acumulados. Porque ahora, lo que le pasa a una, les pasa a todas. El dolor es compartido, la angustia generalizada por cada desaparecida se traduce en una búsqueda masiva. Se tienen a ellas, se acompañan y defienden entre ellas, porque en general, los hombres no somos capaces ni siquiera de entender que es con nosotros con quienes ellas corren peligro.
Sirva esta fecha para que meditemos sobre lo que cada uno de nosotros hace o ha dejado de hacer para permitir que el machismo se mantenga como un vicio cultural en nuestra sociedad. Ese chistecito denigrante, esa actitud lasciva e insistente, ese manotazo en la mesa, por más que queramos justificarlo, corresponde a una actitud machista. Y vaya que no escribo estas líneas desde la superioridad moral. Yo también fui educado en una familia tradicional mexicana, yo también he cometido errores amparado en mi “hombría” y yo también tengo mucho que aprender sobre respeto y equidad.
Por Santiago Baeza.
Con motivo del segundo encuentro del eje Jalisco-Nuevo León, el Gobernador del estado, Enrique Alfaro, recibió recientemente a su homólogo Samuel García, a un grupo de empresarios originarios de ambas entidades, además de una participación muy selecta de políticos, todos ellos del mismo partido político, el que gobierna aquí y allá.
Se habló de economía, competitividad, innovación agropecuaria, fortalecimiento de lazos de colaboración, amistad y voluntad. Según testimonios de quienes estuvieron presentes en el encuentro, los “objetivos se cumplieron”, ya que al parecer las participaciones fueron de gran contenido y los resultados, muy positivos. Hasta ahí todo bien.
Lo que llama la atención es que a esta reunión, que se llevó a cabo en una de las más lujosas y legendarias residencias de Ajijic, poblado turístico que pertenece al municipio de Chapala, no se le haya corrido invitación a Alejandro Aguirre, el alcalde de ese municipio. Todo parece indicar que no fue requerido, debido a que no es naranja, sino azul.
Esta descortesía pone en evidencia la estrategia de los gobiernos de Movimiento Ciudadano para excluir al resto de autoridades e instituciones públicas emanadas de otras opciones políticas. De esa forma, se garantiza que el recurso y la promoción pública beneficie exclusivamente a sus políticos preferidos. Por eso el único alcalde presente en ese evento fue Pablo Lemus de Guadalajara, por cierto, también aspirante a gobernador. Y también por eso Aguirre no fue requerido.
Y hablando de ausentes, llama la atención la notable ausencia de Luis Donaldo Colosio, alcalde de Monterrey y cuyo nombre suena junto con el de Alfaro, para encabezar la opción de MC en las elecciones presidenciales de 2024. Da la impresión de que no hubo como tal un descuido, sino que deliberadamente se excluyó a quienes no representan los intereses de algún grupo o proyecto político. Todo esto con recursos públicos.
La residencia por cierto, perteneció a Gustavo Díaz Ordaz. Se la regalaron los ex gobernadores de Jalisco, Francisco Medina Ascencio y Juan Gil Preciado, para congraciarse con él cuando dejó la presidencia, en 1970. Es la representación arquitectónica de las prácticas de poder desmedido, del gobierno a capricho, de la exclusión y de la autoridad de un solo hombre.
En Jalisco esperamos haber trascendido ya esos tiempos de un régimen que absorbió todo lo público y lo reservó a una élite, una minoría selecta que imponía todas las decisiones, incluso sobre las mayorías, quién sería su sucesor. Hoy Jalisco es plural en lo social, lo religioso, lo cultural y lo político. No queremos un régimen hegemónico, sino un gobierno incluyente, que exprese la diversidad que nos representa. Ojalá la próxima vez que organice algún evento público en Chapala, tenga la cortesía de correr la invitación al alcalde anfitrión. Eso es de gente educada.
El día 23 de febrero de este año se realizó el segundo encuentro del Eje Jalisco-Nuevo León, en el poblado de Ajijic, Jalisco. A dicho evento acudieron como invitados empresarios de ambos estados, senadores por Jalisco, ex secretarios de Estado en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, así como el alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus.
La asociación Misión Humanista, conformada en su mayoría por militantes de Acción Nacional. hacemos un extrañamiento al señor gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, por no haber invitado a dicha reunión al presidente municipal de Chapala, Alejandro Aguirre, representante y autoridad de dicho municipio. Nos sorprende que esta reunión celebrada a puerta cerrada, haya tenido como invitados a Medina Asencio y Gil Preciado.
Por Santiago Baeza.
La pasada elección para decidir quién sería el próximo o próxima presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), resultó ser el entorno en el que estalló un caso de corrupción sucedido décadas atrás dentro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Según una investigación realizada por el periodista y escritor Guillermo Sheridan, la ministra Yasmín Esquivel, candidata oficial del presidente de México a presidir la SCJN, habría plagiado la tesis con la que se tituló como abogada, en contubernio con Martha Rodríguez, su asesora, quien por cierto acaba de ser despedida por la UNAM, ya que se detectaron más copias del mismo documento, a nombre de por lo menos otros tres estudiantes. En lugar de disculparse y separarse dignamente de su cargo por haber sido descubierta, la ministra Esquivel intentó infructuosamente engañar a la opinión pública, por medio de mentiras y acusaciones falsas, situación que terminó por hundirla aún más.
A más de un mes de iniciado el escándalo y a un par de semanas posteriores a la elección en la Corte, en la que por cierto, resultó triunfadora la ministra Norma Piña, reconocida por su imparcialidad y lejanía al grupo en el poder, el escándalo está lejos de diluirse. Ningún otro suceso bochornoso ha durado tanto tiempo en la prensa, las redes y la opinión pública, salvo el caso de la llamada “casa gris”, mansión en Houston en la que habitó José Ramón López, hijo de Andrés Manuel López Obrador. Se trata sin duda de una situación que pone de manifiesto la doble moral con la que se conducen quienes presumen de haber logrado una supuesta “transformación” en la moral pública y en el gobierno federal.
Este intento de AMLO por imponer a una colaboradora cercana, es decir, a la esposa de José María Riobóo, uno de los contratistas favoritos y al que este gobierno le ha otorgado millonarios contratos de obra pública sin licitación, pretendía ser la jugada maestra para que el presidente se apropiara del poder judicial, pero terminó siendo un verdadero fiasco y puso en evidencia la estrategia presidencial para apropiarse de los poderes del Estado en beneficio de su proyecto personal. Todo le salió mal. Ulises Báez, autor de la tesis original y que cínicamente había sido denunciado por la ministra de supuestamente haberle copiado el texto, anunció que presentará acciones penales por el robo de su tesis. Enrique Graue, rector de la UNAM, no ha mostrado una posición enérgica con relación a la necesaria anulación del título universitario de Esquivel, hecho que la inhabilitaría de inmediato no solo como ministra sino también como licenciada con derecho a ejercer, seguramente por el riesgo que implica para la institución universitaria, ya que la venganza presidencial pondría en riesgo su autonomía y los recursos que obtiene del erario.
Por lo pronto la ministra plagiaria sigue ocupando un cargo que no le corresponde. Los integrantes de la corte deben ser ciudadanas y ciudadanos ejemplares, con una indudable trayectoria académica que por cierto inicia en la licenciatura; con una demostrada autonomía frente al gobierno en turno y no ser comparsas de un presidente autoritario; además de garantizar una vida proba, apegada siempre al derecho, la verdad y la ética. La ministra Yasmín Esquivel carece de todo lo anterior. Si ella no renuncia por dignidad, algo que al parecer tampoco tiene, entonces corresponde a los demás ministros buscar el mecanismo adecuado para expulsarla, ya que su sola presencia pone en duda la legitimidad, imparcialidad y calidad moral de nuestra Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La opinión es responsabilidad de quien la escribe y no refleja el sentir o pensar de Semanario Laguna.
Por Santiago Baeza
Finalmente llegó el día y el nuevo Centro para la Cultura y las Artes de la Ribera abrió sus puertas el pasado mes de diciembre. Luego de varios retrasos en las fechas propuestas, este espacio que antiguamente albergaba un auditorio equipado con más de cuatrocientas localidades, fue remodelado y al lugar se le dotaron de otros espacios, entre ellos una galería para la exposición de artes visuales, e incluso dormitorios para los artistas que vengan de otras partes de México y el mundo a mostrarnos sus creaciones.
Si bien el complejo no está totalmente terminado, el resultado arquitectónico, obra de Alejandro Guerrero y Andrea Soto, luce impecable. El manejo del ladrillo aparente, la monumentalidad de su barda y puerta de acceso, una imponente fuente y las áreas jardinadas del fondo, todo mezcla de materiales tradicionales y un diseño contemporáneo, conmina a los paseantes a ingresar y recorrer el espacio, solo para tener la oportunidad de admirar tan magnífico resultado.
Este proyecto forma parte de una estrategia de descentralización de la gestión que realiza la Secretaría de Cultura Jalisco, a través de lo que desde el gobierno han bautizado como Cultura Cardinal. La intención es que desde Ajijic se atiendan las necesidades de los distintos municipios de esta zona, en materia de promoción de la cultura y las artes. Más que un espacio diseñado para albergar este tipo de actividades, desde allí se diseñarán y ejecutarán políticas para el desarrollo de la población en toda la región.
El eje turístico que conforman las poblaciones de Chapala y Jocotepec tiene una comunidad y una actividad cultural de primer orden en Jalisco y Ajijic es su epicentro. Músicos, artistas plásticos y profesionales de otras disciplinas, originarios de la región o avecindados que migraron de otras partes de México y el mundo, conforman un mosaico muy plural y diverso que enriquece la identidad de la población. Por eso resulta más que atinado el esfuerzo que desde la Secretaría de Cultura ha realizado el Gobierno de Jalisco, encabezado por Enrique Alfaro.
Lo que falta por conocer es cómo va a operar la agenda de este flamante centro cultural. Si bien ya hay una cartelera inicial de actividades, entre las que se incluyen cine, conciertos y actividades infantiles, da la impresión de que se trata de una propuesta generada desde alguna oficina de la Secretaría de Cultura en Guadalajara. No está mal, procuraron incluir presentaciones de calidad, de propuestas tanto de la capital como del municipio de Chapala, que forman parte o dependen de los apoyos y recursos del gobierno estatal. Aún así, falta que se integren los proyectos independientes de la zona y de Guadalajara, para enriquecer y diversificar su oferta.
Lo que sí es un hecho, es que poco a poco, este Centro para la Cultura y las Artes de la Ribera irá acoplándose a la dinámica cultural de esta parte del estado e impactará de forma muy positiva en el desarrollo artístico y cultural de Chapala y sus alrededores. Celebro esta iniciativa que inició la ex titular de la Secretaría de Cultura Giovana Jaspersen y que con éxito concluye su sucesora, Lourdes González.
Santiago Baeza.
El pasado viernes 5 de noviembre fui testigo de una actividad cultural sin precedentes en Ajijic. Tres jóvenes vecinas de esta zona gestaron todo un acontecimiento en el que se conjugó el arte, el deporte, la antropología, el ambientalismo, la espiritualidad y la celebración, en un espacio y momento privilegiados a los que integraron: un atardecer frente al Lago de Chapala.
Una maestra de yoga, una artista del tatuaje y una fotógrafa y alpinista, con menos de veinte años cada una, convirtieron un recién estrenado estudio ubicado en el núcleo de la “vieja posada”, frente a la playa, en una fugaz galería en la que se expusieron una selección fotográfica de paisajes inalcanzables, rostros anónimos, arqueología y cultura del Perú.
Un pedacito de playa pegada al malecón y que usualmente se utiliza como vil estacionamiento, se convirtió por unas horas en un centro ceremonial a través de un modesto, pero significativo altar que poco a poco fue llenándose de flores y ofrendas de tabaco; pero también se transformó en un elegante, cómodo y generoso centro de intercambio social, gracias a un centenar de educados, sensibles y emocionados asistentes que disfrutamos al máximo la velada.
Rebeca, Claudina y Albertina se estrenan apenas en el ámbito de la producción y gestión cultural. Esa falta de experiencia, esa ingenuidad, hicieron fluir frescura, creatividad y propuesta. Se valieron de sus propias herramientas y sin necesitar el apoyo de nadie; crearon su propia atmósfera, plantearon su propio proyecto, ofrecieron su propia celebración.
Por si todo esto fuera poco, la capacidad de convocatoria de estas tres mujeres derivó en un muy amplio espectro, que igual atrajo a jóvenes como a adultos mayores; tanto extranjeros como originarios; mujeres y hombres; ricos y pobres. Un abanico de personalidades, intereses, orígenes y creencias. Algo sano y deseable, si queremos que el intercambio social y cultural de nuestra comunidad sea plural e incluyente.
Este tipo de propuestas son justamente las que Ajijic necesita. Las que plantean nuevos discursos. Las que resignifican espacios públicos que a pesar de ser privilegiados hoy están en abandono, en completo desuso, como es el caso de la playa que se ubica al oriente del malecón. Estas iniciativas nos recuerdan que, en el pueblo aunque es un destino de descanso para adultos mayores, también hay oferta y demanda de esparcimiento y consumo cultural, por parte de una población joven cada vez más involucrada y exigente.
“Tiempo-Espacio”, es el más que adecuado, revelador título de su exposición. A estas dos coordenadas, un mágico atardecer entre la “Vieja Posada” y nuestro lago, hay que añadir una tercera, dedicada a este trío que con su creatividad, energía y voluntad, creó un acontecimiento que será referente para la vida cultural de Ajijic.
A este pedacito de la nueva generación de artistas y promotores culturales de la ribera le doy mi reconocimiento y le invito a seguir siendo parte activa de nuestra comunidad. El pueblo les necesita a ustedes y a todo aquel que esté dispuesto a asumir riesgos y dedicar energía y creatividad para garantizar en Ajijic opciones para el fortalecimiento cultural de nuestra comunidad, el goce de la estética y una convivencia enriquecedora. Espero que pronto vuelvan a darnos otra sorpresa.
Santiago Baeza.
El pasado lunes primero de noviembre fui testigo de un evento inédito en la ribera de Chapala. A iniciativa de un puñado de músicos, en su mayoría intérpretes del género jazz, se logró una amplia convocatoria a la que acudieron decenas de artistas musicales, tanto mexicanos como extranjeros. Se trató de una reunión, la primera de muchas más que seguirán teniendo, con el objetivo de organizarse, contar con un directorio en el que todos estén incluidos, generar comisiones de trabajo y proponer iniciativas en conjunto, en beneficio de ese gremio y de la oferta cultural de esta población, hecho que seguramente generará un mayor impacto en el turismo y por consiguiente, en la economía de la región.
Este tipo de acciones colectivas rompen con la inercia individualista que suele caracterizar a los artistas. Promueven una actitud incluyente y solidaria, pues anteponen el interés colectivo a los beneficios personales. Generan comunidad y por lo tanto, garantizan un mayor impacto en su resultado. En esta breve pero muy fructífera sesión de trabajo, se resolvieron algunas dudas sobre cómo trabajará la Dirección de Cultura de Ajijic, en qué espacios se podrá trabajar y cuáles serán las políticas de apoyo a esta comunidad.
Pero lo más interesante, es que apenas iniciada la reunión, comenzaron a llover propuestas de actividades, que van desde pequeñas intervenciones en el espacio público hasta grandes festivales de talla internacional para esta población. En poco más de hora y media, la expectativa con la que arribaron creció al calor de la discusión y terminó convirtiéndose en la certeza de que vienen muy buenos tiempos para el desarrollo de la cultura y las artes en Ajijic, sobre todo, por la gran experiencia acumulada, el talento y la evidente voluntad que han manifestado nuestros músicos, para generar proyectos clave que seguro incidirán en resultados concretos y palpables para esta tierra.
Al término de la cita, estos artistas se marcharon con el compromiso de involucrarse, seguir participando y traer propuestas específicas para desarrollarlas en conjunto; incorporarse a las distintas comisiones que se propusieron y convocar a más intérpretes, autores, productores y promotores musicales, para que este colectivo siga creciendo y logre una amplia representatividad de los distintos géneros que cohabitan en esta comunidad.
Esta iniciativa merece de mi parte todo el reconocimiento, pues hoy los músicos de Ajijic han puesto el ejemplo al constituirse en un equipo sólido, propositivo y activo, para beneficiar no sólo su trabajo, sino la oferta artística y el desarrollo económico de la comunidad en general. Espero que esos mismos pasos sean seguidos por artistas plásticos, bailarines, teatristas y demás agentes creativos de aquí, para que sus proyectos y propuestas tengan un beneficio colectivo. Ajijic es un gran espacio cultural que trasciende cafés y galerías. Cada plaza, calle y metro cuadrado del malecón representan un escenario ideal para el desarrollo y el intercambio cultural y artístico. Lo dije al término de mi participación en aquella reunión y hoy lo repito: vienen buenos tiempos para Ajijic, de eso estoy seguro.
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