Por Lety Trejo.
Algunos miembros de mi familia fuimos deportistas desde muy jóvenes, en un ambiente de clase media baja más bien pobre el deporte era lo que sacaba adelante a la juventud y además se considera una actividad saludable. Pero cuando no tienes un Entrenador Profesional, un Nutriólogo preparado y ni siquiera noción de la preparación adecuada para un Deportista, esta actividad puede ser peligrosa.
¿Por qué lo digo? Porque con los años me he dado cuenta que la gran mayoría de las personas que se aventuran al mágico mundo del ejercicio no tienen idea de lo importante que es la hidratación adecuada. Siempre nos dicen “toma agua” y uno toma agua: del garrafón o de las botellas de plástico que venden la diferentes marcas, bueno, pues estas aguas no hidratan, o por lo menos no lo hacen de la forma adecuada. Según la Nutrióloga Marcela Torres, especialista en Medicina Funcional y Epigenética existen dos tipos de hidratación: la celular y la intracelular y esta es la más importante, cuando tomamos aguas que pasan por muchos procesos de tratamientos, éstas pierden sus minerales naturales por lo tanto solo impactan al exterior de las células y además salen de forma muy rápida del organismo, en cambio, las aguas de manantial natural, o las que pasan por procesos de mineralización llegan al interior de las células siendo absorbidas y aprovechadas por todo nuestro organismo.
Decir que somos 75% agua es algo simplista, es reducir un proceso mucho más importante a algo casi irrelevante. En realidad somos SUSTRATOS, líquidos que pasan por procesos químicos que solo el organismo sabe producir, medir y combinar. La sangre, el plasma, la linfa, el líquido cefalorraquídeo y otros más son este 75% que tanto mencionan y dependen de una producción y distribución precisa y refinada de nutrientes, minerales y proteínas que cuando estamos sanos lo hacen en armonía. En el famoso libro La enfermedad como camino, de los Alemanes Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke describen al proceso de la enfermedad como una falta de armonía, no solo orgánica sino mental. A lo que puedo entonces agregar que nuestra calidad de sustratos depende del consumo adecuado de alimentos nutritivos, agua con todas sus propiedades, el tipo de pensamientos que tenemos, la actividad física y el descanso apropiado. Y esto hace que logremos el equilibrio para vivir en plenitud.
¿Sabías que puedes hacer tu propio suero hidratante en tu casa? La fórmula es muy sencilla:
Un litro de agua
Limones al gusto
Una pizca de sal rosa del Himalaya (o sal de Mar)
Una pizca de bicarbonato de sodio
Jarabe de agave como endulzante en cantidad moderada
Si la persona es hipertensa debe consultarlo con su Médico. La hidratación adecuada es la piedra angular del equilibrio orgánico de todos los seres en el planeta, no hagas actividad física intensa si no te has hidratado de forma correcta. Algunos de los síntomas por falta de hidratación pueden ser irritabilidad, confusión mental, desorientación, dolores de cabeza e insomnio. Consulta las tablas de cantidad de hidratación que proporciona Wikipedia tomadas de publicaciones médicas de importantes instituciones. Salud con agua querido lector.
Por Leticia Trejo.
Desde que tengo uso de razón recuerdo haber sufrido problemas digestivos, mis problemas más graves: estreñimiento, gastritis, colitis y evacuaciones irregulares. Espero que este tema no te incomode querido lector ya que siendo tan común en tantas personas todavía es un tabú hablar de ello. Gracias a esa salud tan precaria, que tuve durante tantos años, me esforcé por llevar un estilo de vida saludable y he aprendido mucho en el camino, lo que no sabía hasta hace algunos años es que cuando tus emociones se desbordan y no tienes una buena gestión del estrés estarás teniendo trastornos digestivos, aunque comas solo lechuga y manzanas.
El estrés es algo natural, nacemos del estrés, en tensión muscular con los tejidos conectivos (fascias) en constante encogimiento, esto afecta a nuestros órganos y estructuras musculares y óseas. Por este motivo es un deber que encontremos herramientas para enseñarle a nuestra mente que se puede vivir de otra forma, y a nuestro cuerpo que podemos relajarnos de vez en cuando para lograr un equilibrio. Si hacemos un recuento del estrés generalmente lo sentimos por situaciones que ni siquiera están pasando en tiempo real, es decir, por ejemplo: en este momento ¿alguien te está atacando? ¿estás teniendo un infarto? ¿estás peleando con alguien?, en este momento, mientras lees TU estás bien. Sin embargo, constantemente estamos imaginando tragedias que disparan la respuesta natural del cuerpo hacia una situación que, cuando es real, nos ayuda a responder a la emergencia, pero cuando no es real ¿Qué es lo que pasa?:
Cuando te estresas tu sistema endócrino libera ciertas hormonas adecuadas y eficientes para que tu mente y tu cuerpo entren en estado de alerta y respondan a la situación, algunas de estas hormonas son el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina, y entonces el estómago produce una mayor cantidad del vital ácido clorhídrico que es el sustrato más caliente del organismo, es básicamente fuego. Entonces ¿qué pasa cuando TODO el tiempo o la mayor parte del tiempo tú estás generando emociones intensas de emergencia? Que TODO el tiempo hay una gran cantidad de ácido clorhídrico en tu bolsa estomacal quemando la pequeña tapa que separa al estómago del esófago (se llama píloro) y eso, querido lector es la gastritis. Como te puedes dar cuenta es una respuesta sana del organismo, pero nosotros la convertimos en una enfermedad. Entonces ¿qué haces? Tomas omeprazol, sinuberase y toda una gama de antiácidos para quitarte la molestia.
Pero aquí viene lo más grave: la función más importante del ácido clorhídrico es desestructurar y transformar los alimentos para que se vuelvan líquidos y pasen a ser absorbidos para separar los nutrientes de los desechos. Entonces cuando tomas muchos antiácidos debilitas al ácido clorhídrico que al perder su fuego es incapaz de transformar los alimentos generando lo que conoces como indigestión, sientes que la comida no pasa, está atorada y no se absorbe, no se asimila y genera múltiples molestias. Tengo tres consejos para ti:
No son muchos consejos pero espero te ayuden a lograr cambios positivos en tu forma de ver el estrés, y también en la forma en que nutres tu preciada vida humana.
Por Leticia Trejo:
Estoy reacomodando mis libros, es impresionante la cantidad de libros que llega uno a acumular con los años. Mis favoritos, claro, son los que hablan de la Salud y el Bienestar y encontré uno que habla de la relajación, su primera edición fue en 1973 y lo escribió Marianne Kohler. ¡Han pasado más de 40 años! Y todavía no hemos logrado que la cultura del buen descanso, la relajación y el reposo penetren en nuestras sociedades, en nuestras culturas ni en nuestras células. Me parece muy relevante que la autora mencione que el descanso es importante para el dominio de sí mismo. Generalmente nos metemos en problemas, porque ante un estímulo que nos incomoda reaccionamos en lugar de responder.
Tuve un maestro de meditación que nos explicaba que cuando se logra el autodominio somos capaces de vivir el estímulo, ver el pensamiento consecuente, sentir la emoción inevitable, pero con el entrenamiento adecuado tenemos la capacidad de hacer una pausa y eso, queridos lectores, hace la diferencia entre una reacción y una respuesta. Una reacción es primitiva, generalmente irracional y va cargada de adrenalina, es veloz y si le pusiéramos un color sería roja, como la señal de peligro. Una respuesta es racional, en milésimas de segundo, pasa por un análisis en el que conscientemente se toma la decisión de cuál es la mejor forma de actuar ante ese estímulo y si tuviera color sería quizás verde como la señal de adelante. Puedo confesar ahora que, el motivo por el cual hace 22 años cambié mi vida fitness de gimnasio, spinning y música electrónica por el estudio, la práctica y la enseñanza del Yoga, es porque estaba harta de reaccionar ante cualquier estímulo, siempre sintiendo que los demás me hacían cosas de las que debía defenderme o atacar, como en estado de alerta. No es de extrañar que este libro, al final, también hable de Yoga.
Para reposar y descansar no necesitamos grandes inversiones ni de tiempo ni de dinero, solo una revisión honesta de qué tanto estamos apegados a nuestro amado estrés; sí, así es, hemos tatuado en nuestro ADN la tensión crónica, el encogimiento muscular, el endurecimiento de los tejidos conectivos, de modo que el día que intentamos bajar la velocidad y el ritmo llegamos a sentir ansiedad y la mente dando su opinión dice que “eso de relajarse no sirve para nada, que no estamos para perder el tiempo en tonterías, mejor sigamos estresándonos que eso nos sale tan bien”. Aprender a relajarse es aprender el arte de preservar el mayor tiempo posible la juventud en la mente y en el cuerpo. Quiero ser honesta contigo, al principio odiarás intentar relajarte, te dará ansiedad o te sentirás muy, pero muy incómodo, pero si continúas y sabes ser paciente los beneficios son ENORMES.
Mejora la calidad de tu piel, duermes mejor y te despiertas descansado, la energía te dura más, tu mente está más clara y enfocada, tu digestión mejora y no estarás cansado todo el día. Hay dos pautas vitales para lograrlo: aprender a estirarse y aprender a respirar. Si queremos prevenir el cansancio crónico debemos divertirnos sanamente, la fatiga nace generalmente del aburrimiento.
Estírate, visita a algún amigo o amigos, haz ejercicio físico, respira conscientemente, practica mindfulness, practica meditación, y hazte consciente de que cuando tu logras el equilibrio entre estrés y reposo estás mejorando tu calidad de vida y tus relaciones con los demás.
Por Lety Trejo.
La práctica del Yoga es un sistema con varios procesos bien definidos, concretos; pasos a seguir que nos ayudan a transitar por este mundo tomando decisiones conscientes y asertivas, en lugar de reacciones inconscientes que muchas veces generan dolor y sufrimiento a nosotros mismos y a nuestros semejantes. En la edición pasada escribimos sobre los 8 brazos del Yoga del Filósofo Patanjali, específicamente los tres primeros pasos: Yamas, Niyamas y Asana, así que continuamos:
4. Pranayama. Son las prácticas de ejercicios de respiración enfocados en el Prana (energía vital). A nivel tangible tiene que ver con lograr que el sistema respiratorio logre su máximo potencial y recibamos los beneficios. A nivel sutil, si tu Prana o energía vital es saludable los efectos positivos tienen que ver con una mejor gestión emocional, es decir, el reconocimiento profundo de nuestras actividades mentales.
5. Pratyahara. Una vez que tenemos una mejor relación con nuestros semejantes, con la naturaleza y con los animales, y también una mejor relación con nosotros mismos, y que además nuestro cuerpo goza de buena salud y vitalidad y hemos realizado ejercicios de Pranayama podemos acceder a las práctica de la regulación de los sentidos, que nos da el hecho de tener una gestión más precisa sobre las actividades de la mente y que después de los primeros cuatro pasos hemos logrado aprender a disminuir la agitación natural de la mente.
6. Dharana es la concentración precisa, cuando podemos lograr un mindfulness o atención plena en donde las fluctuaciones inquietas de la mente disminuyen y logramos enfocarnos y estar presentes y conscientes de nosotros mismos y del entorno sin perturbaciones.
7. Dhyana se considera el estado profundo de meditación con sus múltiples beneficios para el sistema nervioso y el organismo en general los cuales la ciencia moderna ha documentado en miles de estudios realizados por Instituciones acreditadas a nivel mundial.
8. Samadi es el estado del cese del sufrimiento, el desapego de lo material y la conexión con un Ser superior, o la energía pura del Universo. Difícil de explicar ya que es una experiencia única para cada individuo, que además muy pocos conseguimos.
Podemos darnos cuenta que lograr la escalada de los 8 brazos del Yoga de Patanjali no es tarea ni fácil ni rápida dado que el mundo en el que vivimos, las culturas a través de las que nos integramos en comunidades implican un estado de actividad mental intenso y generalmente caótico, en el que además nuestra atención está más conectada a conseguir estatus social, objetos materiales (que creemos que necesitamos para vivir), y apego a nuestras posesiones y relaciones personales basadas en la co-dependencia. Nuestra atención volcada hacia afuera impide que le demos a la auto exploración y el autoconocimiento la importancia que realmente tiene en nuestra vida y la sabiduría que, en teoría, podríamos lograr al final de nuestros días.
En la parte III escribiré sobre otro de los procesos de Yoga que nos ayuda a reflexionar sobre las causas del sufrimiento y que se denominan KLESHAS. Por lo pronto querido lector, te invito a que practiques Yamas y Niyamas, será realmente liberador.
Por Leticia Trejo, Salud y Bienestar.
Como muchas personas, tengo un chat conformado por compañeros de la escuela secundaria, todos en ese grupo tenemos edades entre los 54 y 55 años; nuestra niñez y adolescencia fue muy parecida: mismo grupo económico, mismo entorno familiar, similar educación y estilo de vida. Sin embargo, cinco de estos compañeros fallecieron por causa del Covid-19; algunos de forma muy penosa y dolorosa, y a otros les fue muy mal durante la enfermedad. Aparentemente ellos estaban sanos antes de que se infectaran, pero yo estoy segura de que eso no era verdad.
Si algo nos ha quedado claro con este virus es que, la gran mayoría de las personas tenían latentes una o varios padecimientos, que todavía no se habían manifestado. Si traducimos como FUERZA la resistencia del sistema inmunológico, entonces, en realidad a las personas que les va mal o muy mal es porque no están fuertes.
En la práctica física del hatha yoga hay un pequeño grupo de asanas (posturas) que se denominan Guerreros 1, 2 y 3. En sánscrito son Virabadrasana haciendo honor a un respetado y admirado Guerrero llamado Virabadra. Estas asanas son desafiantes a nivel muscular y de sostenimiento; la mente empieza a desesperarse ante el reto físico y se agita e inquieta, luchando por salir de la postura. Con constancia y disciplina podemos darnos cuenta que, la mente lucha cada vez menos, se concentra más y los músculos responden mejor, logrando estados de atención plena (mindfulness). La persona se siente y comprueba que ha desarrollado fuerza integral, mente y cuerpo en sincronía.
Les digo a mis alumnos que los guerreros o soldados, en la vida real, siempre están preparados, aunque no haya guerra, aunque no haya conflicto; siempre entrenan física y mentalmente, para tener un dominio eficiente y estar listos en caso de ser necesario confrontarse con el enemigo. La auto complicación, evitar el dolor físico al entrenar los músculos, evadir lo que no les gusta, no tiene cabida en el pensamiento de un guerrero. Por el contrario, adentrarse en la incomodidad de la disciplina, trascender la inquietud de la mente y lograr un buen gobierno emocional y físico tienen como resultado garantizar el éxito al enfrentar los desafíos.
La disciplina de la actividad física es una prueba de autodominio; si a ello añadimos el componente de la auto reflexión y el reconocimiento de nuestros patrones de pensamiento, entonces somos guerreros y estamos fuertes. Si fuéramos realmente fuertes, también nos contagiaríamos de Covid-19, pero habría muchas más probabilidades de conservar la vida y evitar la devastación que podemos observar en el organismo de un gran número de personas, que han sufrido este padecimiento.
¿Hasta qué edad puedes ser un Guerrero?
Cuando inicié el proyecto de Clases para la 3ra. Edad, esta disciplina no se impartía en ningún gimnasio de Guadalajara, así que no tenía referencia del éxito o fracaso que podría resultar de estas actividades. Muerta de miedo recibí a mi primer alumno: don Pedro, tenía 82 años y tuvo once hijos, a todos les dio universidad y además cuidó por diez años a su esposa enferma. Llegó a la clase con un bastón y casi no podía hacer ninguno de los ejercicios que le enseñaba; gracias a su disciplina y buen ánimo, a un año de iniciar esta actividad, don Pedro dejó el bastón, eliminó su grasa abdominal, se volvió más ágil y se independizó (cuando lo conocí vivía en casa de una de sus hijas que no lo dejaba hacer nada, porque ya estaba “viejito”). Así que te invito, querido lector, a que tú mismo te hagas la pregunta: ¿Y si fuera realmente fuerte? Y que al responderte, encuentres áreas de oportunidad que le den un giro positivo a tu salud y bienestar.
Por Leticia Trejo.
Las creencias que habitan en lo más profundo de nuestra mente son las más difíciles de erradicar. Durante muchos años creí firmemente que 30 minutos de actividad física al día eran lo que todas las personas necesitaban para estar en forma y mejorar su salud. Hasta que leí una interesante investigación en la que se demostró contundentemente que esa afirmación de los 30 minutos al día era un mito.
En este documento explicaron que los investigadores eligieron a 300 colaboradores de una empresa con un horario laboral de nueve de la mañana a cinco de la tarde y a 150 de ellos (trabajadores administrativos de oficina) les pidieron realizar 30 minutos de ejercicio al día; podían elegir entre ir al gimnasio, subirse a una caminadora o salir a caminar al aire libre. A los otros 150 les pidieron que siguieran sus actividades cotidianas (estos trabajadores eran del servicio de limpieza y mantenimiento de las oficinas en todo el edificio). La forma de evaluar era medir en un análisis de sangre los niveles de triglicéridos, colesterol y azúcar. Esa evaluación se llevó a cabo al principio del estudio y después de seis meses se repetía la prueba. La sorpresa para todos fue que los trabajadores de limpieza y mantenimiento siempre tuvieron mejores resultados en sus análisis a diferencia de los que integraron 30 minutos de ejercicio al día en su rutina cotidiana.
Esto no quiere decir que el ejercicio no funciona, sino que el sedentarismo es lo que nos mata, incluso dicen algunos científicos que estar sentado frente a un escritorio durante ocho horas equivale a fumarse una cajetilla de cigarros al día.
Ian Jansen PhD es Profesor del Departamento de Ciencias Públicas de la Salud y de la Escuela de Kinesiología y Estudios de la Salud en el Instituto de Investigación de Actividad Física y Obesidad en Canadá y además de este estudio, ha llevado a cabo muchos más acerca de la influencia del comportamiento sedentario en la salud.
Lo anterior, me recuerda la vez que escuché la fórmula perfecta para conservar la salud física. Estaba en un Congreso Internacional y un conferencista muy importante impartió una charla llena de conocimiento y sabiduría sobre estrés, ejercicio, hábitos de vida, etcétera, y al final, en el segmento de preguntas y respuestas alguien le preguntó: “Profesor, ¿cuál es la fórmula ideal para estar en forma?”, y él contestó: “Salir a pasear con tu perro tres veces al día, después de cada comida… tengas o no tengas perro”, el auditorio se llenó de risas pero tenía razón, nuestra vida debe ser físicamente más activa. Por ejemplo: usar menos el coche, caminar más hacia las tiendas, bancos y centros comerciales, realizar la limpieza de la casa por nosotros mismos, caminar 20 minutos después de cada comida.
Un doctor que fue mi amigo y alumno en clases de Yoga me lo dijo de otra manera, me contó que cuando un paciente le preguntaba con qué frecuencia tenían que hacer ejercicio él les contestaba, nada más cada que comas.
Lo mencionado se aplica perfectamente para las personas que no son físicamente activas, porque el doctor Jansen estudia el sedentarismo. Pero para personas que han sido deportistas, amantes del gym, amigos del fitness o intensos corredores de maratones, aplica una regla diferente: deben relajarse la misma cantidad de tiempo que entrenaron, o pueden aplicar la regla que dice que después de un trabajo físico muy intenso no se repita la actividad sino hasta después de 24 horas para que haya una buena recuperación. Pero, de estas personas intensas escribiremos en la siguiente edición. Mientras tanto, espero que hayan tenido un feliz Día del Amor y la Amistad y hayan recibido y entregado grandes cantidades de amabilidad y gentileza.
Trejo acompañada de sus mascotas.
Por: Leticia Trejo.
Antiguamente la recomendación para estar saludable era: “haga ejercicio y coma saludable”; actualmente los especialistas en Salud y Bienestar reconocemos que esa fórmula no es suficiente ya que deja afuera la Salud Mental/Emocional para lograr un equilibrio adecuado. Pero en realidad, a un nivel muy profundo lo que estamos buscando todos es vivir más años, y lo hemos conseguido, estamos logrando vivir más años, pero lo que no estamos logrando es que esta longevidad sea con buena calidad de vida; nos vamos desgastando y deteriorando lentamente a partir de los 50 años, perdemos movilidad, agilidad, perdemos el refinamiento de los sentidos, nos vamos quedando sordos, perdemos la vista y de forma muy triste perdemos la memoria y la cordura.
Pero, esto no es así en todas partes del mundo. Hay algunos lugares en donde las personas llegan a vivir entre 100 y 110 años con excelente calidad de vida; en estos territorios no existen las enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes, la hipertensión, el Alzheimer o el cáncer. Cerdeña, Italia; Okinawa, Japón; Loma Linda, California: Península de Nicoya, Costa Rica; Icaria, Grecia; son los lugares estratégicos que reportan esta longevidad saludable.
Este maravilloso descubrimiento lo ha logrado el periodista Dan Buettner, quien fue colaborador del New York Times (Bestselling Author) ganador de un Emmy como Periodista y Productor. Una de las pasiones de Dan era romper récords Guinness, así que decidió trasladarse en bicicleta desde Alaska hasta La Patagonia, y en este viaje descubrió estos lugares. Solicitó apoyo de National Geographic para invertir en sus investigaciones, invitó a doctores en antropología, médicos y otros especialistas para documentar cuales son los motivos, costumbres, hábitos y estilo de vida que siguen estas personas. Cada lugar tiene sus propias características, pero hay algunas coincidencias muy especiales, entre ellas podemos destacar:
Es fácil apreciar que la convivencia social y comunitaria es clave para un buen estado de salud, física, emocional y espiritual. Dan Buettner escribió su libro Las Zonas Azules, en donde profundiza en este interesante tema. Y en donde también encontramos cual es la dieta que siguen estas personas, algunas recetas y más consejos para tener una excelente calidad de vida.
Si tu objetivo, querido lector, es una mayor longevidad y una buena calidad de vida, ahora ya cuentas con una referencia científica y comprobada de cómo lo puedes lograr. Los cambios no se dan de la noche a la mañana, ten paciencia, ama el proceso y alégrate de los pequeños o grandes pasos que logres.
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