Por: Leticia Trejo Escobar.- Tengo la rutina de pasear a mi perro varias veces al día, y a medio día siempre paso por la misma calle en donde saludo a un hermoso peludo que se llama Rufino, pero que invariablemente siempre está en la cochera. Eso me pone muy triste y casualmente hace unos días me encontré con la dueña de Rufino, una mujer de aproximadamente 65 años y de forma muy educada le pregunté por qué nunca lo sacaba, y me respondió que le habían diagnosticado osteoporosis. Por supuesto que tuve que contenerme para no darle mi opinión, basada en evidencia científica y médica, en la que los que nos dedicamos al medio de la actividad física sabemos que las personas con osteoporosis DEBEN hacer actividad física para regular este proceso y algunas veces detenerlo.
Eso lo veo mucho, personas que cuando los diagnostican con osteopenia u osteoporosis toman estos diagnósticos como un “prohibido moverte porque te rompes”, es preocupante que algunos médicos no orienten a estas personas sobre las actividades físicas adecuadas para ellos. Claro que es una situación delicada, en donde por supuesto que por ningún motivo deberían practicar deportes peligrosos como futbol, voleibol, basquetbol, ciclismo de montaña, o algo así en donde se pueden caer fácilmente. Pero existen decenas de formas de abordar el cuerpo para que no se deteriore o se debilite más. Pero veamos la diferencia entre un diagnóstico de osteopenia y uno de osteoporosis:
Osteopenia:
Osteoporosis:
Ante estos diagnósticos el error más grave sería llevar una vida sedentaria, es indispensable activar al cuerpo y estas son algunas de mis recomendaciones: Pilates de cama y de piso, Hatha Yoga, salir a caminar tres veces al día 20 minutos, bicicleta fija, elíptica, caminadora, gimnasio (con un buen experto) y claro, comer y descansar adecuadamente.
Leticia Trejo Escobar.- Se oculta, se disfraza, avergüenza y da pena. Se acaba de revelar un secreto a voces sobre el padecimiento de Alzheimer en un famoso poblado de este Estado: Los Altos de Jalisco. Desde 1840 los mismos pobladores se dieron cuenta de que algo no estaba bien, pero se convirtió en una superstición ya que la explicación que daban ellos mismos es que era un castigo divino por casarse entre familiares y Dios les quitaba sus recuerdos y memorias por lo que lo ocultaban. ¿Qué hacían los médicos cuando alguien fallecía ante esta enfermedad? Escribían en el acta de defunción cualquier otra causa como: gripe hospitalaria, demencia senil, tos, o parálisis. No se diagnosticaba como Alzheimer.
Fue hasta 1999 que una mujer decidió acudir con un especialista en la Ciudad y fue el Neurólogo John Ringman quien identificó la mutación del gen PSEN1, causante de esta enfermedad. Al mismo tiempo, los investigadores detectaron que en Antioquía, Colombia ocurría lo mismo, y los recursos para investigación crecieron y se pudieron realizar estudios comparativos para poder tener algunas respuestas y que las personas dejaran de vivir con ese miedo y vergüenza ante lo que hasta antes de 1999 se consideraba un castigo eterno.
Aunque no se tiene cura, se tienen respuestas y gracias a esto se puede aplicar la herramienta más importante que es la prevención. Aunque hay algunas variantes de la enfermedad los síntomas son casi iguales en todas:
También se reflejan cambios en la personalidad como depresión, pérdida de interés por actividades que antes nos gustaban, aislamiento social, ira o agresividad, cambios en los hábitos de sueño, desorientación, desinhibición, ideas delirantes, como creer que le han robado algo cuando no es así.
Por supuesto que, aunque no se sabe qué es lo que causa esos cambios en el gen PSEN 1 si se han reconocido algunos factores de riesgo:
Existe la falsa idea de que esta enfermedad forma parte de la vejez, y aunque, claro, entre más avanzada la edad mayor es el riesgo de padecerla, no es una regla. Como siempre, la prevención es el camino para seguir, visitar a los especialistas médicos y tener un estilo de vida saludable nos ayudará a tomar cartas en el asunto.
Leticia Trejo Escobar.- La teoría de las ventanas rotas fue introducida en 1982 en un artículo por los científicos sociales james Q. Wilson y George L. Kelling, pero se popularizó en 1990 cuando el comisario de la policía de la ciudad de Nueva York William Bratton y el alcalce Rudy Giuliani lo llevaron a cabo en esa ciudad.
Consistió en colocar un automóvil sedán limpio y sin daños estructurales en un barrio de Manhattan y otro con las mismas características en el barrio de Queens, considerado uno de los más peligrosos en los años 90’s. Los autos se dejaron ahí durante varias semanas como si estuvieran abandonados, y en ninguno de los dos barrios sufrieron vandalismo. Pero en algún momento se les desprendieron los espejos laterales, se les rompieron algunas de las ventanas y a partir de ahí, en ambos barrios los coches sufrieron vandalismo.
Con esto se demostraba, según los organizadores del experimento, que el entorno es afectado cuando hay caos, suciedad, desperfectos, basura, fachadas sin arreglar, ventanas rotas y otros y que estos conducen a la delincuencia y el comportamiento antisocial, por lo tanto, si se cuida el entorno en las calles, los edificios, los parques y los espacios públicos esto ayuda a crear una atmósfera de orden y legalidad.
De hecho, se demostró con estadísticas, que los índices delictivos bajaron cuando se cuidó el orden, la limpieza y la apariencia de estos puntos comunitarios.
La empresa Toyota aplicó esta teoría del orden y la limpieza convirtiéndola en el método de las 5S (cinco eses) por la letra con la que inician los cinco conceptos: seiri, separar lo que es innecesario, seiton, ordenar los materiales y elementos para tu trabajo cotidiano, seiso, suprimir la suciedad limpiando de forma sistémica tu espacio laboral, seiketsu, estandarizar procesos y shitsuke, mantenimiento de la disciplina. Toyota demostró este método logra mayor eficiencia y productividad, mejor calidad en el trabajo, mayor seguridad en el lugar de trabajo, reducción de desperdicios y tiempo perdido, motivación y compromiso de parte de los colaboradores.
El orden y la limpieza son herramientas poderosas para la prevención de enfermedades físicas y mentales.
En el caso de nosotros y nuestro propio entorno personal, el orden y la limpieza ayudan a reducir la propagación de gérmenes, previniendo así infecciones, mejora la higiene personal, reduce el riesgo de enfermedades físicas y mentales, y desarrolla un estado de bienestar y armonía que nos ayuda a tener una convivencia más relajada.
Por lo tanto, si queremos que nuestro entorno nos invite y forme parte de un estilo de vida saludable se recomienda:
Limpieza regular de nuestro hogar
Descartar las cosas que ya no usas y la ropa que ya no te pones, entre otros.
Mantener los closets y bodegas o cuartos en donde arrumbamos cosas bien organizados.
Tener el hogar ventilado.
Como en todo intento de adquirir mejores hábitos de vida esto será al principio incómodo y quizás difícil. Pero vale la pena intentarlo.
Leticia Trejo.- Fui educada desde niña en la fe católica y me fasciné con la historia de los santos, esos seres ejemplares que vivían valores y cualidades que los mayores nos decían que debíamos de practicar, siendo tan intensa y disciplinada me avoqué “portarme bien” esperando la recompensa de la felicitación y el “que buena niña”. Hasta que empecé a ver que había personas crueles, resentidas y amargadas de las que debíamos alejarnos. Pero lo mejor empezó cuando yo me descubría teniendo comportamientos negativos con mis semejantes y la culpa se apoderaba de mí. Y bueno, menciono esta pequeña reseña porque yo creí, durante muchos años que religión era igual a espiritualidad.
Como profesora y practicante de Yoga muchas personas me dicen que algunos sacerdotes o credos les dicen que no practiquen Yoga porque el “maligno” puede apoderarse de su alma. Antes intentaba convencerlos de que el Yoga no es una religión hasta que me di cuenta de que, precisamente, la espiritualidad implica muchas cosas, entre ellas la compasión y el amor incondicional que no está juzgando ni tratando de cambiar al otro.
Esta revoltura entre religión y espiritualidad vino a desenredarse para mí cuando leí el libro de Viktor Frankl: El hombre en busca de sentido. Escrito en su confinamiento en los campos de concentración Nazis. Se publicó en 1946 y sus enseñanzas siguen vigentes en todo el mundo.
Entre todos los temas que trata en su libro, el que más me impactó fue el hecho de que la mayoría de los prisioneros que lograban sobrevivir eran aquellos que tenían un propósito en la vida: volver a ver a su esposa, regresar con sus hijos o ver nuevamente a sus padres.
Y así es como se describe en algunas filosofías la espiritualidad: “la sensación de propósito y significado en la vida, la armonía interna que se alcanza al relacionarse positivamente con uno mismo, con los demás y con el mundo”. También se describe lo siguiente:
Armonía interna, satisfacción, paz interior, fe, confianza, esperanza.
Amor a uno mismo, con los demás, con la naturaleza, con los animales y con Dios.
Lo que me queda muy claro es que alcanzar esos estados necesita de práctica constante y comprometida. Las actividades que nos pueden ayudar a lograr una sana espiritualidad son:
Meditación, yoga, ser voluntario en alguna organización benéfica, ayudar a los demás empezando con nuestros seres queridos, personas vulnerables y animales, llevar un diario, estar en contacto con la naturaleza, practicar el agradecimiento diario, formar parte de una comunidad que apoye causas sociales, cultivar valores y cualidades nobles para nosotros mismos y con los demás.
Si alguno de ustedes ya ha vivido ese tipo de armonía y paz interior que nos hace seres espirituales sabe que vale la pena el esfuerzo del autoconocimiento y la conciencia. Dejemos de querer cambiar a los demás o que el mundo sea como nosotros queremos que sea, empecemos con nosotros mismos y seamos ese pequeño grano de arena de bondad y compasión que tanto se necesita en este mundo para tener bienestar espiritual.
Leticia Trejo.- Si bien es necesario ir a un médico, a un especialista, realizarnos pruebas de laboratorio, comer de forma saludable, hacer ejercicio y dormir bien para lograr el bienestar integral, hay algo que estamos pasando por alto: el poder curativo de la naturaleza.
La naturaleza no viene en un frasco o en una lata, hay que ir hacia ella. Un estudio reciente, en el que se encuestó a más de 16 mil personas en 18 países, arrojó como resultado que las personas que vivían en zonas verdes o costeras declaraban un mayor bienestar general positivo. Otro estudio publicado en 2022 en la revista Medicina Ocupacional y Ambiental descubrió que las personas que visitan frecuentemente espacios verdes cinco o más veces por semana consumen mucho menos medicamentos psicotrópicos, antihipertensivos y para el asma que las que pasan menos tiempo en la naturaleza.
En él área que yo vivo hay varios parques de ciudad, en donde los vecinos se reúnen por las tardes con sus perros para que ellos jueguen y socialicen, pero en realidad quien recibe el mayor beneficio es el dueño del perro al conectar con otros propietarios de estas peludas mascotas, comparten sus problemas, sus alegrías y hasta se muestran las fotos de sus perros con mucho orgullo. De hecho yo soy una de esas afortunadas personas a quien los perros y los gatos me ayudaron a superar la apatía y los momentos densos por los que pasaba hace algunos años.
En Japón se acostumbra la práctica del “baño de bosque” (Shinrin-yoku), que consiste en caminar lentamente por un bosque e inhalar sustancias perfumadas llamadas fitoncidas que liberan los árboles, reducen la presión arterial, alivian los síntomas de la depresión y mejoran la salud mental.
También existe un estudio publicado en 2019 en la revista Fronteras en la Psicología que demostró que cuando los niños dan un paseo de 30 minutos al día en un entorno natural tenían un patrón de respuestas más rápido y estable a una serie de pruebas relacionadas con la atención que aquellos que habían hecho su caminata en un espacio urbano.
Otros de los beneficios de conectar con la naturaleza son:
Pero claro, no todos tenemos la fortuna de tener a la naturaleza a la vuelta de la esquina, es por ello que los especialistas recomiendan:
Leticia Trejo.- Como muchas personas yo también caí en la trampa de las dietas milagro, en mi juventud anhelaba un cuerpo escultural, sobre todo mi abdomen que desde niña tendía a ser como una bolita que destacaba de forma muy incómoda en mi postura. La información que se tenía en el siglo pasado no era ni la mitad de precisa con la que se cuenta en la actualidad. Al igual que mucha gente tenía la creencia de que debía dejar de consumir muchas calorías; había la dieta de la manzana, la de la lechuga, la de la luna, etc. Y también llegué a creer que la pancita disminuiría ejecutando cientos de abdominales al día. ¡Errores! Que solo dañaban mi microbiota y mi columna lumbar.
Afortunadamente ahora se cuenta con evaluaciones, pruebas o test muy concretos que dan una respuesta personalizada para saber qué es lo realmente necesitamos para apoyar nuestra salud física y mental a través de una sana alimentación. Utilizando la genética y epigenética de cada individuo para crear una solución integral.
¿Cuáles son y qué es lo que miden estas pruebas modernas?
La nutrigenética es el área de la nutrición que estudia las interacciones entre genes y nutrientes específicos de la dieta. Las pruebas se dividen en:
La aplicación de estas utiliza diversos medios como:
Sus beneficios son lograr el equilibrio entre la salud física y mental a través de la nutrición, así como la prevención de enfermedades tan graves como el cáncer y evitar el abuso de medicamentos que dañan al hígado y los riñones. La información que arrojan estas evaluaciones es muy valiosa ya que pueden determinar:
Esto solo por mencionar algunos de los parámetros que nos dan una respuesta integral sobre nuestro estado de salud.
Leticia Trejo.- En algún momento de nuestras vidas todos seremos víctimas de los sistemas de salud, ya sean privados o gubernamentales, no importa si es para ti o para algún familiar, la carga financiera que genera un problema de salud es ineludible.
Según la encuesta nacional sobre salud financiera del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en el año 2023 dos de cada tres mexicanos padecieron estrés financiero en niveles moderados y altos. La Universidad Nacional Autónoma de México está de acuerdo con esta afirmación y además indican que el 34.9% de los entrevistados mayores de 18 años experimentó este estrés con malestares físicos como: dolores de cabeza, gastritis, colitis, enfermedades auto inmunes y cambios en la presión arterial; un 30.7% sufrió impactos psicológicos, manifestados como problemas del sueño o trastornos en la alimentación y con trastornos de ansiedad, entre otros, mermando la calidad de vida de las personas debido a una inquietud constante.
Las esferas de la salud se afectan una a la otra: salud espiritual, laboral, social, física, emocional y financiera se conectan constantemente, pero lo que es cierto es que cuando tienes salud física eres capaz de sobrellevar y resolver los puntos bajos de las otras.
Algunos consejos para que no empeores tu salud física, mental y financiera:
Cuidar tu salud física y mental no va a evitar que te enfermes o que tengas un accidente, pero te puedo asegurar que a tu organismo le va a costar menos trabajo salir adelante si cuenta con las herramientas necesarias y por supuesto, la salud mental y emocional será un punto clave en tu pronta recuperación. Hay personas que caen gravemente enfermas y lo que retrasa su integración a su vida normal es el estado de ánimo, por eso uno de los consejos de los psicólogos es que vayas a visitarlos cuando te sientas bien, el optimismo y la fe de que la tormenta pasará es algo que debe practicarse diariamente.
Ya lo dijo Benjamín Franklin: “Cuida los pequeños gastos: un pequeño agujero en un barco, puede hundirlo”.
Leticia Trejo Escobar.- La mente necesita que nos acerquemos a ella como observadores, como testigos imparciales, sin emitir juicios o descalificaciones, si aprendemos a escucharla y conocer su contenido podremos tener una consciencia más amplia sobre nuestras conductas y su impacto en nosotros y las personas que nos rodean, eso es lo que hacen las terapias psicológicas, nos ayudan a reconocer el contenido de nuestra mente y determinar con qué nos quedamos y qué rechazamos, darnos cuenta de los pensamientos y creencias productivos o improductivos.
La corriente o modalidad de Terapia que cada uno decida que le va a dar buenos resultados a corto, mediano y largo plazo es muy personal, lo que a mí me parece muy importante es abordarla desde un lugar de agradecimiento por recibirla y tener beneficios de ella. Escribo esta opinión agradeciendo por una terapia que ha demostrado ser muy eficiente, sobre todo en casos difíciles en donde la pobre regulación emocional o los traumas de gran impacto afectan a una persona al grado de pensar en el suicidio.
Aaron Temkin Beck nació el 18 de julio de 1921 en Providence, Rhode Island, se graduó en la Universidad de Brown en 1942 y en la Escuela de Medicina de Yale en 1946. En la década de 1960 desarrolló el sistema de psicoterapia llamado terapia cognitivo conductual. Sus teorías se utilizan en el tratamiento de la depresión clínica y de varios trastornos de ansiedad. A él le debemos el inventario de depresión de Beck que se convirtió en uno de los instrumentos más utilizados para medir la gravedad de la depresión. Se destacó por sus investigaciones en psicopatología, suicidio y psicometría. En 1989 la publicación The American Psychologist lo nombró uno de los cinco psicoterapeutas más influyentes de todos los tiempos. El contenido de una sesión de terapia cognitivo conductual incluye:
¿Quiénes pueden beneficiarse de la terapia cognitivo conductual?
Algunos Psicólogos de renombre que se inspiraron en Aaron Beck para innovar en este tipo de terapia y creas sus propios métodos fueron Albert Ellis y Martin Seligman.
Para que una Terapia Psicológica sea eficiente y nos aporte grande beneficios es importante documentarnos de fuentes fidedignas. En un mundo en donde son tan fuertes quienes tienen más likes y más seguidores y no más y mejor conocimiento es imperante el uso de la tecnología y su gran acervo cultural para estar bien informados.
Por: Leticia Trejo.
Hace unos años quedé sorprendida cuando estaba visitando a mi hermana en la Ciudad de México, eran las fiestas navideñas y yo me había llevado a mis perros al viaje, pero los fuegos artificiales estaban en toda su potencia y mis pequeños estaban muy asustados, no sabía qué hacer para calmarlos, así que pensé que si podía mitigar el sonido de los cohetes y demás ruidos escandalosos con otra cosa, eso les ayudaría a calmarse. Entonces abrí una de mis aplicaciones de música y busqué “música para calmar perritos” y decenas de listas se abrieron. Efectivamente la música relajante ayudó a que estuvieran un poco más tranquilos.
Ahora existen listas de música para todo: “música para iniciar el día de buenas”, “música para concentrarse en el estudio”, “música para enfocarse en el trabajo”, etc.
Claro, si todo en el universo es vibración y toda vibración tiene un efecto en el mundo físico es lógico que entonces exista esta disciplina.
La Organización Mundial de la Salud reconoce desde el año 2000 a la musicoterapia como tratamiento complementario para restaurar la salud de las personas.
La antigua Grecia se considera la cuna de la musicoterapia, lugar en donde se plantearon sus fundamentos científicos. Según Pitágoras, había música entre los astros y que cuando se movían lo hacían a través de la relación que existe entre la música y las matemáticas. Le concedía a la música el poder de restablecer la armonía del alma cuando había una enfermedad, ya fuera física o mental.
Platón señala en su obra La República la importancia de la música en la educación de los jóvenes. Aristóteles fue el primero en teorizar la gran influencia de la música en los seres humanos. En su teoría del Ethos (Teoría de los modos griegos), considera que los elementos para crear música como la melodía, el ritmo, la armonía, el volumen y el tono ejercen efectos variados en nuestra fisiología y el estado emocional, incluso impactar la fuerza de voluntad y llegar al espíritu.
Es importante saber que los que están calificados para aplicar la musicoterapia en ciertas patologías deben tener conocimientos médicos, psicológicos, pedagógicos y musicales y tener la suficiente experiencia tanto práctica como teórica de esta terapia.
La música tiene su orígenes en la prehistoria, cuando se usaban percusiones para lograr las vibraciones que las personas convertían en danzas, también se hacía uso de la voz y sus diferentes tonalidades, incluso existen papiros egipcios, que datan del año 1500 a. C. en los cuales se asienta la utilización de ésta como un agente capaz de curar el cuerpo, calmar la mente y purificar el alma.
Actualmente se ha descubierto que los nuevos ritmos o estilos de música tales como el reguetón o la banda, alteran de forma negativa el desarrollo de la cognición en los niños y los adolescentes y perturban la sinapsis entre las neuronas de los adultos. Vale la pena cuidar lo que damos como alimento a nuestros oídos y reflexionar en formas más sutiles y profundas de activar nuestra curación e inteligencia por medio de la música.
Leticia Trejo es profesora de Yoga y entrenadora personal. Foto: Archivo.
Por Leticia Trejo
Cuando empecé a estudiar Yoga como sistema integral quedé muy sorprendida porque fue la primera vez que me hice consciente de que desde hace más de tres mil años los rishis o sabios de la India ya hacían una diferenciación entre la mente como unidad del contenido de nuestra historia personal y almacén de nuestra experiencia vivencial del mundo además del entorno que nos rodea y el cerebro cómo sistema esencial y operador de todos los demás sistemas del organismo.
Primero me interesé en el cerebro, ya que éste se divide en dos procesos complementarios y fascinantes:
El sistema nervioso simpático que se conoce también cómo autónomo y que es el que regula funciones cómo la secreción de hormonas, dilata la pupila, dirige la frecuencia cardiaca, ralentiza el proceso digestivo, así como el sistema urinario y el respiratorio. Sus conductos son los nervios, las neuronas y los ganglios linfáticos. Estimula todas las funciones necesarias para sobrevivir los momentos de estrés alto en que necesitamos huir, luchar o congelarnos, nos da los recursos para reaccionar cómo corresponde. Es decir, genera respuestas naturales importantes, sin embargo, el abuso de su activación provoca aumento de cortisol, adrenalina y noradrenalina, así como de dopamina que a la larga “asesinan”, por así decirlo, miles de células que se convierten en radicales libres (basura) que sobrecarga a los riñones y las glándulas suprarrenales acelerando el envejecimiento de todo el organismo. Otro de los problemas que podría generar su exceso de activación es que produce inflamación en la totalidad del cerebro.
Para saber si tú tienes un sistema nervioso simpático demasiado activado contesta si tienes estos indicadores:
Dificultad para digerir la carne roja
Si consumes grasas saturadas te caen fatal
Si cenas tarde en la noche y te altera la digestión, es decir, te genera gastritis.
Si cenar tarde te genera insomnio y dificultad para conciliar el sueño.
Si tu sueño es muy liviano y te despiertas con el menor ruido
El sistema nervioso parasimpático (que forma parte del sistema simpático) se activa para crear un estado de calma corporal, disminuye la frecuencia cardiaca y respiratoria, reactiva el sistema digestivo y también tiene cómo conductos las neuronas, los ganglios y los nervios ya que el cuerpo debe tomar reposo de las situaciones estresantes. Si en las situaciones anteriores te diste cuenta que tu sistema nervioso simpático está sobre excitado tendrás que buscar prácticas y herramientas para ayudar a tu sistema parasimpático a activarse y generar el descanso necesario. Un descanso profundo ayudará a dar equilibrio y permitirá que su cerebro funcione mejor.
Nos conviene analizar cuál es el sistema más activo en nuestro día a día ya que otra de las características de la sobre excitación del sistema nervioso autónomo son la acumulación de grasa visceral y grasa abdominal, contribuye a la ansiedad, aumenta el dolor articular y altera el metabolismo. Larga vida al cerebro y sus dos importantes sistemas.
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