“Siempre me he sentido orgullosa de ser quien soy, de venir de donde vengo”, Rosalina Manzo
Mujeres Purépechas bailando en la plaza de Ajijic, donde cada año (primera quincena de diciembre) vienen a vender sus artesanías.
Miguel Cerna (Jocotepec, Jal.).- Radicada en Jocotepec desde el año 1984, Rosalina ha quedado postrada a una silla de ruedas por un accidente.
Vestida con prendas tradicionales purépechas, con rasgos faciales autóctonos, mirada profunda, hablando con dificultad el español, sobre una silla de ruedas y en una casa de techos altos y patio central muy al estilo mexicano, Rosalina Manzo nos comparte un poco de su vida.
Según la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), desde 1992 México se reconoció como una Nación pluricultural, y que reconoce los derechos de sus pueblos indígenas a partir el año 2001 gracias a la reforma Constitucional.
En México hay más de 15 millones de personas indígenas, quienes poseen alrededor de una quinta parte del territorio nacional, con 62 pueblos indígenas reconocidos extendidos por todo el país y en los que se hablan más de 60 lenguas de acuerdo a datos de la CDI.
En los últimos años, los problemas socioeconómicos que se viven en estas comunidades y en todo el país son el principal motivo de su migración interna. Cada vez más hombres, mujeres y niños indígenas abandonan sus culturas en busca de trabajo. Este no es el caso de Rosalina Manzo, una mujer purépecha de 47 años de edad, quien tuvo que salir de su comunidad en el año de 1983, con tan sólo 16 años de edad, por motivos de salud.
Luego de una caída accidental, Rosalina tuvo que dejar su comunidad étnica asentada en el estado de Michoacán para mudarse a Jocotepec en Jalisco, por su cercanía con la ciudad de Guadalajara, debido a que en su pueblo no contaban con los medios clínicos necesarios para tratar su problema y continuar su tratamiento de recuperación. Rosalina Manzo agradece estar viva y reconoce que no hubo mejoría en sus pies, pues quedó paralítica desde el año 1984.
Al cuestionarla sobre si fue difícil el cambio de una sociedad a otra, considerando las diferencias lingüísticas y culturales, ella responde que no. Comenta que en su comunidad siempre se ha hablado el idioma español aparte de su lengua “raza purépecha”. Además también celebran el Día de Muertos (aunque de forma diferente, pues sólo se celebra a los que perecieron en el año vigente), el Corpus y la Semana Santa, aunque reconoce que extraña a su gente; es por eso que los visita constantemente.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS 2010), 54.8% de las personas afirma que a la gente se le insulta por su color de piel, 15% de los encuestados sintieron que sus derechos no ha sido respetados por esa razón. Esto no fue así para esta mujer purépecha, quien dice siempre haber sido tratada bien: “Yo siempre me he sentido orgullosa de ser quien soy, de venir de donde vengo y de tener mi idioma”.
Debido a su estado físico, Rosalina Manzo se gana la vida vendiendo jugos naturales y aguacates, además de ser famosa por las piñatas que realiza. Dice sentirse más feliz con su actual vida y su única aspiración a futuro es seguir trabajando.
Foto: Domingo Márquez.
Los comentarios están cerrados.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala