Las sustancias tóxicas contenidas en el cigarrillo detienen el crecimiento fetal y pueden provocar enfermedades crónicas en la infancia
Sin los químicos del cigarro, el bebé crecerá normalmente; la madre será menos propensa a cáncer, patologías cardiacas y cerebro vasculares. Foto: Internet.
Redacción.- El epidemiólogo, José Luis Canales Muñoz, detalló que los tóxicos contenidos en un cigarrillo “con frecuencia detienen el crecimiento fetal, de manera el bebé nace con bajo peso y su capacidad respiratoria se ve disminuida causando problemas de desarrollo y aumentando su proclividad a presentar afecciones crónicas como asma”.
Parto prematuro o un bebé demasiado pequeño y con problemas respiratorios incluso después de cursar un embarazo de nueve meses, son sólo algunos de los riesgos que corre el binomio madre-hijo en caso de exposición al humo de tabaco, ya sea porque la madre fuma o porque el padre u otro familiar tienen este hábito y vuelven al feto “fumador pasivo”.
Hablar de un parto prematuro es delicado, advirtió, porque entre menos semanas tiene el bebé al nacer, más probabilidades tiene de presentar problemas graves de salud que pongan en riesgo su vida.
Además de las vías respiratorias, otros órganos pueden sufrir daño directo al estar expuestos al humo de tabaco, continuó el experto, tales como el cerebro ─dando como resultado la parálisis o problemas de aprendizaje hasta la adolescencia─, el aparato auditivo y/o los ojos, de manera que el niño tenga discapacidad en diversos grados al ver o escuchar.
“El hábito tabáquico puede provocar también patologías como el labio leporino”, detalló Canales Muñoz, condición que implica un tratamiento multidisciplinario a temprana edad, porque entre otras cosas el menor presentará problemas para alimentarse y articular palabras.
En este sentido recomendó a las mujeres que planeen embarazarse dejar de fumar antes de la concepción y a aquellas que ya son gestantes, abandonar cuanto antes este mal hábito, así como evitar todos los lugares donde haya fumadores.
Un bebé desarrollado lejos de los químicos del tabaco crecerá de manera normal, con más oxígeno, mientras que la madre respirará mejor y será menos propensa a desarrollar patologías cardiacas, cerebro vasculares, o algún tipo de cáncer.
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