Debido a los daños en el recinto religioso, la capilla lleva alrededor de dos años cerrada al público
El altar de la capilla de Nuestra Señora del Rosario se encuentra vacío. La escultura que data del siglo XVIII, está resguardada en el templo de la parroquia de San Andrés Apóstol.
Sofía Medeles (Ajijic, Jal.).- La capilla de Nuestra Señora del Rosario, siempre tan presente pero tan olvidada por la mayoría de los Ajijitecos, hoy en día se encuentra cerrada, abriendo sus puertas solo para las reuniones de “Sumando Voluntades”, un grupo de voluntarios que nació con la intención de generar recursos económicos para la rehabilitación del recinto religioso -que tiene varias grietas en su estructura-.
Una mirada al altar vacío trae melancolía y recuerdos de aquellas visitas que se hacían cuando estaba presente la llamada “Reina de Ajijic”, la Virgencita del Rosario. Las paredes son testigo del entusiasmo del grupo que persigue la meta de la recaudación de los fondos necesarios para el arreglo del templo.
Tras el fallecimiento de Armando, impulsor del grupo, sus compañeros siguen con el trabajo de sus últimos años, especialmente Josué Ramos, que es el arquitecto que ahora lleva y gestiona el proyecto, ateniéndose siempre a la idea de que no va a ser tan fácil y menos con los requisitos de inspección que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pueda tener.
Josué recorre el perímetro del recinto, sus conclusiones sobre el daño son varias: la cimentación en un terreno que no es firme, aguas pluviales siendo inyectadas directamente en la base de una construcción -que data del 1700 “poquito más, poquito menos”- realizada de barro o lodo, la inclinación transversal del edificio hacia el lado de la calle que la está trozando y, quizá, dice Josué: “Cada quien tiene sus ideas, pero quizá también los nidos de hormigas y definitivamente las raíces que hay dentro de los cimientos”.
Aunque con tranquilidad asegura que el proyecto ya se tiene, y con un lenguaje técnico, explica cómo se tiene que excavar e inyectar concreto y piedra braza en pequeños tramos para no comprometer la estructura. Y con un poco de apuración, añade: “Ojalá no haya inconvenientes a la hora de reparar del lado derecho, ya que por allá hay casas”.
La señora Josefina Gutiérrez “Pina” interviene y con enorgullecimiento del trabajo hecho, comentó que en la rehabilitación que casi no se ve. Ya han gastado 100 mil pesos, entre trabajos de emergencia con tubos PVC para cambiar de dirección el agua –los cuales quieren cambiar para que mejore el aspecto-, pago de honorarios a trabajadores, arquitectos, impermeabilizados, que con orgullo la hacen comentar. “Este año no se metió el agua” al recinto.
Mientras tanto, no tan lejos de su hogar, se encuentra la Virgen del Rosario, resguardada en la parroquia de San Andrés Apóstol, esperando volver a su sitio, donde fue testigo de tantos momentos tanto felices como tristes.
Para ayudar a llegar a la meta de al menos 700 mil pesos, e iniciar con las obras que se requieren, bajo los distintos protocolos que tienen que seguir por ser un monumento histórico del poblado, se puede donar al número de cuenta: BBVA 4152 3137 0415 7622 a nombre de Honorata Gómez.
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