PROPÓSITOS
La laguna de Chapala. Foto: Héctor Ruíz.
Por: Daniel Jiménez Carranza
Una vez rebasada la pandemia decembrina de celebraciones y la alegría de los pequeños por sus regalos de reyes, ahora nos corresponde emprender los cambios que nos hemos propuesto este año, para mejorar en todos aspectos, no solo el económico, que es consecuencia de estos previos: el familiar, político, social. Los tiempos que nos corresponde afrontar como individuos y como sociedad, requieren del mejor desarrollo de una auténtica conciencia.
Los aspectos enunciados, empezando por el familiar, son piedra angular en la construcción de una nueva sociedad mejor preparada, más libre, más capacitada, a todos los padres nos incumbe la responsabilidad irrenunciable de formar adecuadamente a nuestros descendientes, no podemos delegar esta responsabilidad a los profesores, al estado, y ocuparnos egoístamente sólo de nuestro trabajo, de nuestros amigos, de actividades que se nos presentan y distraen nuestra atención de la tarea primordial y fundamental que es la formación de nuestros hijos dentro de una sana convivencia familiar.
El aspecto político, sin duda es otro de los elementos que debemos de fomentar a nivel de formación personal, e impulsar en nuestros descendientes el interés por la información crítica de los acontecimientos con los que convivimos diariamente, y que regulan nuestra vida en todos nuestros actos; importante es el hecho de crear una conciencia objetiva libre de partidismos o ideologías, lo importante que debe impulsarse es la inquietud por la investigación y la formación de un criterio personal, que contribuya a la diversidad y evolución positiva de la sociedad, pues el círculo familiar es la semilla que engendra a la sociedad de un país.
El contexto social de formación, podemos decir que representa también un punto medular familiar, pues el individuo como tal, convive y se desarrolla en un ámbito en el que se relaciona con diferentes entes, al interior, lo que es el círculo familiar, y hacia el exterior, lo que es la escuela, los compañeros de clase, amigos, profesores, compañeros de trabajo, etc. Todos ellos, individuos y espacios que requieren ser vistos como entidades autónomas en donde el respeto por la identidad de la persona, por lo ajeno, deben ser considerados elementos esenciales de la diversidad, con la aceptación de todo lo que involucra sus hábitos, sus costumbres, forma de vida, etc., evitando caer en el enjuiciamiento que divide a la sociedad; importante también es la consideración de apoyo a las personas en condición de necesidad, que no pueden valerse por sí mismas, o que atraviesan por situaciones de crisis, en donde cualquiera de nosotros puede contribuir a paliar su condición.
Emprendiendo sanos propósitos, iniciaremos el camino hacia la construcción de una nueva prosperidad personal, familiar y de nuestro país, en todos los ámbitos.
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