La habitante de Ajijic alimenta a al menos a 30 animales que, aunque tienen dueño, se encuentran descuidados en las calles
Olivia Solano Romero. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.- Ante la indiferencia de muchos, surge el amor y la empatía de Olivia Solano, quien por varios años ha alimentado a animales callejeros y en situación de descuido, como perros y gatos, en Ajijic.
La señora Olivia Solano Romero, de 62 años, originaria de Ajijic e hija de Juan Solano Martínez y Olivia Romero Flores, desde muy niña ha sentido amor por los animales. Según compartió a Semanario Laguna, desde niña, cuando su familia contaba con animales de granja como cerdos, a ella le gustaba alimentarlos. Además, contó que siempre le gustaron los perros.
«A mí no me gusta ver a los animales con hambre, prefiero darle de comer a los animales que comer yo. A veces creo que comen mejor, porque yo puedo comer frijoles, pero a un animal nunca les daré frijoles. Antes, les daba sopita, o un taquito, pero decía yo, pobrecitos, no se llenan. A veces, cuando el pollo está barato compro, y les hago caldo con arroz o sopa de fideos a los animales de la cuadra», comentó Olivia.
Actualmente alimenta a más de 30 animales, de los cuales al menos son 13 perros y más de 20 gatos. Aunque aseguró que le molesta el problema, ya que son mascotas, y aunque tienen dueño, sus propietarios pocas veces se preocupan por ellos, como es el caso de los más de 20 gatos, que todos salen de una misma residencia a una cuadra de su hogar.
«Hay gente que se molesta, pero yo no soy capaz de dejarlos morir de hambre, me regañaban por darles en la banqueta, que porque se ensuciaba, pero ahora llevo una bolsa de basura y les doy sobre ella. No se me hace justo, me duele que los animales estén sin comer, porque no saben si hay o no hay. Cada vez salen más gatos, y me molesta, ¿cómo es posible que el dueño tenga para una cerveza, y no para darles de comer? La responsabilidad es del dueño, y debe operarlos», dijo.
Aunque normalmente el descuido en mascotas se debe de denunciar al departamento de Ecología, ella se ha mostrado renuente a hacer reportes, ya que aseguró que la dependencia no tiene la capacidad de atender de manera debida a los animales, y en ocasiones, su solucion es aplicar la eutanasia, es decir, sacrificarlos.
«Tuve una perra que recogí de la calle. Le puse Negra porque estaba negra. Esa perra la vinieron a tirar, y los vecinos comenzaron a quererla dormir porque les molestaba y decían que era agresiva. Reportaron a Ecología y ya se la querían llevar a dormirla. Yo me pelié con media cuadra, y la terminé trayendo a mi casa porque se enfermó de cáncer. A esa pobre perra le quitaron sus perritos, los niños le aventaban cuetes, los drogadictos la querían golpear. Cuando la llevé al veterinario, me dijeron que la durmiera, porque sus quimioterapias eran caras, pero yo dije, ‘cómo la voy a dormir, si esa pobre perra ha sufrido tanto’, y se quedó conmigo por tres años», compartió.
La señora Olivia ha evitado hablar con los dueños irresponsables para evitar peleas, aún así reconoció que el descuido hace sufrir mucho a los animales, tal es el caso de los gatos, ya que presenció que por un tiempo, envenenaron a un gran número que andaban en la calle. «Si no hubieran hecho el matadero de gatos, les andaría dando de comer a unos 60 gatos, pero aún siguen reproduciéndose».
No sólo ha alimentado a animales domésticos, sino también a otro tipo de animales, como una yegua y un becerro que alimenta con alfalfa, maíz y en ocasiones, residuos de jugo de zanahoria y naranja, además de un gallo de nombre Macario y una paloma llamada Chencha, que llegaron a su casa, además de lanzar comida de ave para que los pájaros y palomas silvestres lleguen a comer.
Su consejo, es que la gente sea responsable, que no deje a sus animales en la calle, y los esterilicen, sean machos o hembras, para parar el problema de la reproducción descontrolada y todo lo que acarrea. Por otro lado, deja el mensaje: «quieran mucho a sus animales, son muy leales y son muy agradecidos».
Si la gente desea apoyar a la señora Olvia, ya sea con alimento o ayudando a redireccionar a los animales callejeros para la esterilización, pueden preguntar por ella en el barrio de San Sebastián, en Ajijic.
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