“Bagres del diablo”
Cronista: Mtro. Gabriel Chávez Rameño.
Por fin retomamos las pláticas sabatinas, ojalá no se me hayan desesperado y de nueva cuenta disfruten de los siguientes sábados con estas historias.
Por cierto quiero mandar un saludo a todos los lectores que me han reclamado por dejarlos con ganas de más crónicas de nuestros pueblos y aquellos lectores que sábado a sábado hacen de Semanario Laguna su deleite en la crónica…y un saludo a las personas de Jocotepec y a los lectores del mercado municipal que me siguen todas las semanas.
Hace muchos años en nuestra población de San Juan Cosalá, se hablaba de la pesca del bagre en “cuevas”, así les llamaban a los sitios donde se encontraba este pez. También se le conocía como “ranchos de tepetate” y en San Juan había dos sitios exclusivos para esto, uno se encontraba donde ahora es el balneario y el otro en Jaltepec, claro los dos dentro del lago.
Los ancianos platicaban que era algo mágico, ya que por las tardes se metían a tapar con rocas las cuevas que ahí había y que para la mañana siguiente había dentro un bagre, incluso se creía que cuando había tormentas con relámpagos los bagres eran mucho más grandes.
Se decía que esta práctica de pescar se realizaba desde la época de los indígenas y antes de la llegada de los españoles, por lo que los españoles prohibieron que se comiera este pez por miedo ya que decían que era una práctica pagana y que eran peces del diablo. Sin embargo esta práctica de pesca, se siguió practicando a escondidas lo que hacía del bagre un misterio.
Don José Rameño † comento “era un muchacho, tendría como trece o catorce años y un día me puse de acuerdo con mi amigo Antonio V. para ir a sacar unos bagres, me dijo que sí y nos fuimos como a las cuatro de la mañana, era en octubre y la luna está muy bonita, se veía re bien.
Cuando llegamos a donde esta ahorita el agua caliente, nos quitamos la ropa y nos metimos al lago, llegue a una de las cuevas y metí la pata, así se pescaba en ese tiempo, se metía el pie al pozo y si había bagres te mordía los dedos y así los podías sacar, no se soltaban.
Estaba metiendo mi pie y no sentí nada, ahí no había, en eso oí a Antonio V. que gritó y sacó su pie, traía un bagre y corrí a agarrarlo, lo saqué y lo aventé a la playa… cuando te muerde un bagre el pie se siente muy raro… Mira muchacho cuando, en eso metí mi pie en otro hoyo y sentí un jalón muy fuerte, era un bagre grande como de unos cuatro kilos, estaba bien aferrado a mi pie que me jaló y me hundió un poco, me acomode bien y me fui saliendo a la orilla poco a poco hasta que pude sacarlo y Antonio me ayudo a sacarlo, estábamos muy contentos y decidimos seguir esculcando las cuevas… poco después sentí que un bagre más grande me golpeó los pies, cuando me animé a sumergirme toque al pescado y de pronto lo abracé, cuando lo iba jalando para afuera le grité a Antonio, porque estaba muy grande, casi como de diez o doce kilos, cuando Antonio llegó me ayudo a sacarlo del agua y la sorpresa que nos llevamos fue muy grande… tenía la cara de niño y nos sonrió muy feo, lo soltamos en ese ratito y nos salimos corriendo, dejamos nuestra ropa y los otros pescados ahí tirados, hasta en la mañana cuando ya había claridad nos regresamos a cambiar y ya no volvimos a ese lugar… yo creo que era el diablo el que se nos apareció, Antonio no quiere hablar de eso…”
Don Antonio V. † platicó, “cuando llego el padre Sánchez le platicamos de eso y le ofrecieron caldo de bagre, antes le gustaba mucho y después ya no quiso comer, no quería de los bagres del diablo, decía que eso no le dieran… el padre hubiera preferido que no lo pescaran más, ya ahora la gente no pesca bagres ahí, ya no hay, los tienen que pescar en lo hondo de la laguna y las muchachas de hoy ya no cocinan, no saben preparar los bagres ni el caldo, ya no les gusta el olor. ”
Lo cierto es que este tipo de lugares los famosos “ranchos de tepetate” o “ranchos de bagres” ya no existen, con el descenso del agua en la laguna, ahora están descubiertos, el mito de la pesca de bagres con los pies es muy raro y quizás poco creíble, y lamentablemente el bagre de nuestro lago poco a poco se ha ido extinguiendo, como le sucedió al delicioso pescado blanco y las famosas popochas
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