Por: Fernando Davalos
El pequeño compacto que nos transportaba estaba ya por llegar a la casa de Félix, el último de los integrantes de Nuevo Camino que subiría para apretujarse con el resto de la comitiva. La madrugada estaba iniciando un poco tensa debido a que íbamos retrasados rumbo a nuestra cita con nuestra querida generala, la Virgen María de Zapopan en aquel frío 12 de octubre.
Eran ya las cuatro y media de la mañana y desconocíamos por ser aquella nuestra primera romería, si debimos haber llegado más temprano aun a la catedral de Guadalajara debido al enorme número de personas que año con año se congregaban en un número cada vez más creciente a sus alrededores y sobre la avenida 16 de Septiembre de la ciudad para acompañar a su Virgencita.
Para colmo, al llegar a la casa de Félix, la encontramos completamente a oscuras y sin vestigio alguno de su presencia pues ya debía estar esperándonos en la banqueta. Alicia, que manejaba su pequeño compacto, salió con rapidez del mismo a investigar y escudriñar por sobre la baja barda de ladrillo que delimitaba el jardín de Félix para ver si lograba ver actividad o luz en su habitación.
Repentinamente y surgido de la nada, Félix cayo de un salto justo al lado de Alicia quien se llevó un susto mayúsculo. Todos reímos ruidosamente ante la ocurrencia de nuestro querido compañero quien estuvo tranquilamente esperándonos en medio del frío y la oscuridad más completa encaramado sobre su barda para simplemente descender de la misma con un salto felino en cuanto vio a Alicia acercarse.
Aquel fortuito y chusco evento disipo por completo la tensión del momento y nos ayudó a encarar nuestra jornada con buen ánimo. Apretujados viajábamos, Krista, Alicia, Rosana, Tomas, Félix y Agustín.
Al irnos acercando a la catedral pudimos reconocer de inmediato los rítmicos y ancestrales sonidos producidos por los tambores de los grupos concheros que estaban organizados en “mesas” o comunidades y dirigidos por “capitanes” según la tradición prehispánica de origen Chichimeca que está unida históricamente a los ritos solares de la nación Náhuatl.
Varios grupos de Concheros estaban ya danzando afuera de la Catedral ya que siempre han tenido una importante participación en la romería que camina con la Zapopana desde la Catedral metropolitana hasta su santuario en la Basílica de Zapopan rindiéndole con ello todos los honores y tributándole todas las muestras de amor y afecto de que es digna merecedora.
En esta ocasión seria el conocido y respetado grupo de concheros de los hermanos Plasencia quienes tendrían el honor de ir con su mesa por delante de la romería. Nos llevó al menos otra media hora hacer el recorrido desde la Casa de Félix hasta que por fin logramos no sin dificultades -a pesar de la temprana hora- encontrar un espacio donde estacionar el carro de Alicia en las inmediaciones de la catedral. Expectantes y silenciosos salimos del vehículo. Eran ya las cinco de la mañana.
El día del sincretismo nacional
Era este un día de oportunidad espiritual por muchas y validas razones: Se celebraba el día de la raza, el día del sincretismo en nuestra nación. El alma poderosa y ancestral de nuestro México había sabido a través de enormes sacrificios, sintetizar lo mejor de los sagrados elementos que unen a nuestras dos culturas y la romería de Zapopan junto con otras romerías y celebraciones religiosas en nuestro país, constituían un importante testimonio religioso, mágico-ritual de la fusión creativa y complementaria de lo más sagrado que nos sustenta desde hace milenios.
Concheros, organizaciones religiosas, clubes de admiradores de nuestra señora de Zapopan, contingentes a caballo, organizaciones de oración del santo rosario, feligreses católicos, diversos grupos de oración, ordenes monásticas de hombres y mujeres, monjas, sacerdotes, diáconos, seminaristas, presbíteros, ancianos, niños, participantes de todas las denominaciones, comerciantes y vendedores, curiosos y escépticos, sin olvidar las infaltables representaciones del mal con sus chamucos y demonios con látigos; todos asistían congregados alrededor de nuestra querida generala, nuestra señora madre María de Zapopan, la madre del Dios vivo.
Nuevo Camino, cuyo objetivo primordial busca la fusión creativa y respetuosa de lo mejor de nuestras dos culturas madres a través del mestizaje del que somos participes, no podía faltar en ese día especial en el que las poderosas y telúricas energías de tipo masculino que estaban depositadas en la catedral Metropolitana de Guadalajara eran transportadas a la Basílica de Zapopan de manera segura y fervorosa por una multitud de creyentes que acompañaban a su generala a su casa.
En ese día especial, las energías de tipo masculino con sede en la catedral metropolitana y las de tipo femenino cuyo asiento era la Basílica de Zapopan lograban equilibrarse en beneficio de todos los habitantes de la región.
Estas visitas han venido realizándose cada año desde el 20 de mayo hasta el 9 de octubre a través de todas las parroquias de la ciudad de Guadalajara. Esta tradición inicio en 1721 cuando las visitas de nuestra señora disminuyeron sensiblemente una epidemia causada por un virus mortal que estaba matando a miles de sus habitantes. Esta caminata ritual, es la culminación de las visitas que la Zapopana ha realizado desde 1721 a todas las parroquias de la ciudad de Guadalajara, llevando de parroquia en parroquia su energía característica y sus bendiciones y recibiendo y transmutando las energías específicas recibidas en cada parroquia para concluir después su sagrado peregrinaje en la catedral Metropolitana.
La representación de la Zapopana es una bella y pequeña escultura de la inmaculada concepción de la Virgen María que fue un regalo del franciscano español Fray Antonio de Segovia y que lleva el nombre del santuario donde se le venera hoy dia, en el viejo asentamiento conocido como Zapopan, que proviene de la palabra Nahuatl, Tzapotl o “lugar entre arboles de zapote”.
Este asentamiento fue habitado desde 1160 por familias de origen Maya, Zapoteca y Náhuatl y fue dependiente del Señorio de Tonallan de origenes Chimalhuacanos. La Zapopana fue hecha con madera y corazón de maíz probablemente a petición de Fray Antonio por indígenas de la nación p’urhépecha or Purépecha perteneciente al antiguo Señorío de michhuacan (hoy dia estado de Michoacan en México) y fue traida por este devoto franciscano al entonces reino de Nueva Galicia (hoy estado de Jalisco en Mexico).
En 1724, la Zapopana gracias a sus constantes favores y milagros fue oficialmente llamada y honrada como la santa patrona y protectora de la ciudad de Guadalajara contra rayos, tormentas y epidemias. Desde entonces, la Zapopana ha recibido muchas otras distinciones como milagrosa, pacificadora, estrella de la evangelización, generala de armas y protectora del estado de Jalisco, reina de Jalisco y madre de la ciudad de Guadalajara.
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Domingo Márquez (Chapala, Jal.).- El grupo Jóvenes católicos Grumis y ciudadanos de Chapala se dieron cita en Morelia, Michoacán para recibir al Papa Francisco el martes 16 de febrero.
Provenientes de la cabecera municipal de Chapala los 37 ribereños vieron al Santo Padre en dos ocasiones; la primera alrededor de las 9:30 de la mañana cuando se dirigía del aeropuerto al Estadio Venustiano Carranza al encuentro y misa con Religiosos.
Aunque el Papa Francisco no se reunió con los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la prensa informó que antes de la llegada del Pontífice al estadio Venustiano Carranza, el público comenzó a contar del uno al 43 para recordar a los estudiantes desaparecidos.
La segunda ocasión que los Chapalenses vieron al Papa fue en el estadio Morelos en su encuentro con los jóvenes, las lágrimas de los ribereños durante su mensaje no se hicieron esperar.
Según dijo el joven de Chapala, Antonio Velazco, que aunque no traían pases para verlo en el estadio Morelos se arriesgaron a ir y la suerte se puso de su lado, ya que la gente les regaló boletos.
El estadio Morelos abrió desde las ocho de la mañana y el Papa arribó a las 3:49 de la tarde y según testimonios de uno de los presentes, era un desorden el acontecimiento.
Velazco indicó a este medio que percibió una mayor cantidad de gente cuando Benedicto visitó Guanajuato el 23 de marzo del 2012.
Sin embargo, el entrevistado aclaró que esto se debió a que la logística de los eventos anunciada por los medios provocó que muchos no fueran.
“La gente al no conseguir boleto pensó que no lo verían”, indicó el joven.
Esta es la segunda vez que el grupo católico de Chapala Grumis viaja a otro estado para ver al Vicario de Cristo; la primera vez fue en Guanajuato, cuando vieron a Benedicto XVI.
El Papa Francisco visitó México del 12 al 17 de febrero; su gira abarcó el Estado de México; Morelia, Michoacán,; Chiapas (San Cristóbal de las Casas) y Chihuahua (Ciudad Juárez).
Lo inesperado:
Durante su visita del Papa a Morelia trascendió en la prensa que un seguidor jaló al Pontífice del brazo para recibir su bendición, haciéndolo casi caer sobre una persona en silla de ruedas.
“No seas egoísta”, le espetó con visible enojo el vicario de Cristo al joven.
Redacción: Alrededor de 40 ajijitecos se trasladaron a Morelia, Michoacán para ver al Papa Francisco el martes 16 de febrero.
Alrededor de las 2: 45 de la tarde los ribereños lograron ver pasar al Santo Padre por la avenida Francisco I. Madero cuando éste se dirigía a la Catedral de Morelia, el llanto y las porras por parte del grupo no se hicieron esperar.
Los ajijitecos quienes se fueron en un viaje organizado por Armando Parra no pudieron acompañar al primer Papa Latinoamericano a su reunión con los jóvenes en el estadio Morelos.
Durante su visita del Papa a Morelia trascendió en la prensa que un seguidor jaló al Pontífice del brazo para recibir su bendición, haciéndolo casi caer sobre una persona en silla de ruedas.
“No seas egoísta”, le espetó con visible enojo el vicario de Cristo al joven.
Fueron seis días los que el papa Francisco permaneció en México; visitó: el estado de México (Ecatepec uno de los municipios más violentos, pobres y abandonados del país); además el estado más pobre de México, Chiapas (San Cristóbal de las Casas); la ciudad de Morelia en Michoacán y Ciudad Juárez, en Chihuahua, ciudad violenta y pobre.
Arturo Ortega (Chapala, Jal).- Después de 12 días de fiesta de Carnaval, con la imposición de ceniza en la Parroquia de San Francisco de Asís, inició la Cuaresma este 10 de febrero, miércoles de ceniza.
Cientos de fieles se congregaron en la parroquia y capillas en Chapala para ser “tiznados” con las cenizas del Domingo de Ramos.
La ceniza en la frente de los fieles significa que de las cenizas surgimos y a las cenizas volveremos. La Cuaresma busca recordar los 40 días que Jesús pasó en el desierto, en la reflexión y bajo las tentaciones del diablo, según las santas escrituras.
El cura Enrique Monteón Curiel dijo que la Cuaresma es un regalo de Dios, es tiempo de gracia y bendición para renovarse. “La Cuaresma es la oportunidad que Dios nos da para purificarnos”.
La Cuaresma culminará con la celebración de la pasión y sacrificio de Jesús. Durante este periodo, los cristianos, católicos y apostólicos ayunarán todos los días y se les prohíbe comer carne roja los días viernes.
Foto: D. Arturo Ortega.
Arturo Ortega (Chapala, Jal).- El cura de Chapala, Enrique Monteón Curiel, adelantó que el mensaje de la palabra del Papa Francisco en México será muy oportuna para los compatriotas quienes viven tiempos de crisis, desempleo y pobreza.
Por ello, el sumo pontífice invita a compartir a los que más tienen, dijo Monteón Curiel. También agregó que la visita del Papa, de origen argentino, significa la presencia de Dios en nuestro país puesto que él es el vicario de Cristo en la tierra.
Añadió que en esta visita el Papa invita a poner en práctica las obras de misericordia corporales como visitar a los enfermos y espirituales como la caridad.
Del 12 al 17 de febrero, el Papa visitará la Ciudad de México, el estado de México, Chiapas, Morelia, Michoacán, y Ciudad Juárez, Chihuahua.
Foto: D. Arturo Ortega.
La imposición de ceniza en la Parroquia de San Francisco de Asís en Chapala inició con una misa a partir de las 8:00 horas. En las capillas la imposición de ceniza será a partir de las 18:00 a 21:00 horas.
Laguna. La noticia como es.
Doña Irene dijo que era una tradición ( la Fiesta de San Sebastián) que había visto desde que era niña, y que, junto con la señora Bertha Barón y vecinas del barrio de San Sebastián, decidió rescatarla.
Domingo Márquez (Ajijic, Jal.).- Pipián, mole, arroz y frijol fue la comida que doña Irene Martínez hizo en ollas de barro para alimentar a un centenar de personas que participan cada año en la fiesta de San Sebastián. Pero no sólo da de comer, sino que también invita el desayuno a los que asisten a las mañanitas, a las seis de la mañana, y a la misa oficiada en el barrio ubicado al pie del cerro en Ajijic.
Doña Irene ha realizado esta tradición durante más de 35 años, sin embargo, debido a su edad ya quiere dejar “el cargo de San Sebastián” a alguien más. Las vecinas planean hacer una junta, ya que desean que la próxima organizadora de la fiesta, que comienza a las seis de la mañana del 20 de enero y termina con un baile a altas horas de la noche, sea del mismo barrio.
Este año, llegaron a la comida numerosas personas, ya que se les da de comer antes de ir a la procesión y también la bebida durante el baile, ponche de frambuesa y “vampiritos” cargados de tequila. Uno de los botes donde estaba el famoso trago tenía hasta 15 litros de tequila.
Doña Irene dijo que era una tradición que había visto desde que era niña, y que, junto con la señora Bertha Barón y vecinas del barrio de San Sebastián, decidió rescatarla.
El catequista Manuel España, quien no es del barrio pero sí originario del pueblo, expresó que él quiere rescatar las tradiciones de Ajijic, y por eso participa en esta fiesta tan colorida.
Cada año San Sebastián visita el barrio que lleva su nombre.
Domingo Márquez /Jocelyn Cantón (Ajijic, Jal.).- Pasaban las cuatro de la tarde del 20 de enero. Todo estaba listo para acompañar a San Sebastián de regreso a su capilla. Danzantes y dos niños disfrazados del santo, uno en un carro alegórico y otro arriba de un burro, éste encabezando el recorrido, esperaban ansiosos que diera comienzo la procesión.
También esperaban las tres reinas en la parte trasera de una camioneta, sayacas, hombres vestidos de mujer y señoras vestidas con atuendos mexicanos, quienes llevaban en el brazo cascarones de huevo rellenos con confeti.
Poco a poco y de manera natural, los contingentes se fueron agrupando para comenzar el recorrido. Doña Irene, la encargada de la organización de la fiesta, pedía a señores su ayuda para cargar la imagen del venerado santo, que ya iba de regreso a su capilla, ubicada en el centro de Ajijic, después de haber visitado como cada año el barrio que lleva su nombre.
Los contingentes comenzaron a tomar su lugar. Encabezaban el recorrido las sayacas, que llevaban puestos sombreros, pelucas, máscaras de papel mache y vestidos multicolor, y a lo largo del camino arrojaban a la gente harina y confeti.
Detrás de los coloridos personajes, le seguía el niño Israel Martínez, que, representado a San Sebastián, iba montado en su burro, como se acostumbraba en los tiempos del santo, quien fuera un soldado del ejército romano.
Detrás de “Israelito”, le seguía el grupo de danzantes que llevaban penachos de plumas multicolores y taparrabos, además de un sahumerio que dejaba en la calle el olor a copal. El retumbar de su tambor, cada vez más insistente, daba ánimos a las más de cien personas que iban en la procesión.
Doña Irene, la encargada de la fiesta de San Sebastián, y el catequista del pueblo, Manuel España, se veían pasar con una canasta con huevos pintados de colores, colaciones y dulces de anís de diferentes colores que entregaban a los espectadores.
En la calle Emiliano Zapata, se incorporaron tres hombres que llevaban sobre sus hombros ollas con comida. Cerca de ellos, otros tres hombres iban cargando una madera horizontal sobre sus hombros, en la que llevaban el tradicional pan Tachi-hual embetunado, ese que sólo se embetuna para las ocasiones especiales.
Cuatro hombres cargaban la imagen de San Sebastián, acompañada del tronido de los cuetes que anunciaban a los pobladores que la procesión ya estaba recorriendo algunas calles del pueblo.
Las risas de los niños que iban delante de la procesión tratando de huir de la harina que les arrojan las sayacas, avisaban en lo inmediato que la procesión “ya venía”. Las sayacas no bailaron como acostumbran debido a que la banda de música “La Nueva Banda” llegó tarde al recorrido, puesto que tenían otro compromiso.
Durante el recorrido, numerosas personas se integraron a la procesión del santo que llevaba su tradicional atuendo rojo. Para sorpresa de muchos, al arribo del santo la capilla se encontraba cerrada, y como los grandes personajes, tuvo que ser ingresado por la puerta de un costado, no sin su comitiva, integrada por los danzantes, la banda de música y más de cien feligreses. El último en entrar a la pequeña capilla fue un danzante que en su espalda llevaba tatuada a la virgen de Guadalupe, y en su pecho un águila devorando una serpiente. Llevaba, además, puesto un peculiar taparrabo hecho de corcholatas.
Ya en la capilla, sonaban los tambores y los cascabeles que los danzantes llevaban en sus pies. Con gritos de “¡Viva San Sebastián!”, y “¡Viva Cristo Rey!” se anunciaba que San Sebastián había llegado a su casa.
Ver a los danzantes arrodilladlos ante un santo español, me recordó la conquista y la aceptación de la religión por parte del pueblo indígena.
Al dejar a San Sebastián, la procesión cada vez más numerosa, llena de mexicanos y extranjeros, continúo su camino rumbo al barrio de San Sebastián, donde se iba a realizar el baile amenizado por “Parritas Musical”, pero no sin antes hacer el “papaqui”, que consiste en quebrarse los cascarones llenos de confeti en la cabeza.
La música y el baile se prolongaron hasta las once de la noche.
Fue también la despedida de doña Irene, encargada de la fiesta por más de 35 años. Hoy, está buscando quién la cupla.
A la Fiesta del Señor del Monte, patrono del pueblo, llegan cada año cientos de Jocotepenses radicados en Estados Unidos.
Jocelyn Cantón (Jocotepec,Jal.) .- Las fiestas del Señor del Monte en Jocotepec dejaron un saldo de 30 personas detenidas por faltas administrativas y agresividad, informó el titular de la policía en el municipio, capitán Amador Baena Pinzón.
Las fiesta del pueblo que se desarrolló del 4 al 18 de enero, y a la que asistieron miles de personas cada noche, sólo registró dos conatos de pleito en el núcleo de la plaza, sin llegar a incidentes de gravedad.
Baena Pinzón calificó a las fiestas con saldo blanco, ya que los detenidos no incurrieron en faltas de gravedad.
Foto: Jocelyn Cantón.
Durante el recorrido la tradicional Sayaca, hombres disfrazados de mujer, aventaron harina a niños y jovenes.
Sayacas,mujeres con canastos llenos de huevos con confeti, pan Tachihual embetunado, carros alegóricos, ollas de comida, danzas y decenas de feligreses acompañaron a San Sebastián de regreso a su capilla, ubicada al norte de la plaza principal de Ajijic, luego de estar varios días en el barrio de San Sebastián, donde por alrededor de 35 años se le celebra su fiesta.
La señora Irene Martínez encargada de hacerle su fiesta al venerado santo, anunció que dejaría el cargo, y se encuentra en busca de alguna persona que se quiera hacerse cargo de la fiesta, pero dejó en claro que tiene que ser del barrio de San Sebastián, un barrio ubicado casi al pie del cerro en Ajijic.
La Fiesta comenzó a las seis de la mañana con mañanitas y la misa que se le realiza al santo en el conocido barrio, luego se regalo menudo a los presentes , por la tarde se regaló mole y pipian, alrededor de las cinco de la tarde el santo fue llevado en procesión a su capilla, la fiesta continúo con baile en el barrio de San Sebastián hasta pasadas las 10 de la noche.
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Fotos: Domingo Márquez.
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