Edgar Tomás “Pikolín” Rameño López es un joven ajijiteco de 22 años que vio su vida perturbada por un diagnóstico de insuficiencia renal en 2015
Edgar y a su lado sus familiares: su abuela María Luisa Leja (izquierda) y su madre Margarita López Leja.
Manuel Jacobo (Ajijic). – Edgar Tomás Rameño López, de 22 años, pide apoyo económico para poder realizar un trasplante que le ayudará a rehacer su vida. Pese a que Edgar cuenta con un donante de riñón, él no cuenta con los 257 mil 300 pesos que se necesitan para realizar la intervención.
Edgar es oriundo de Ajijic. Desde pequeño mantiene un gusto por el fútbol y la superación académica, logrando tener de las mejores notas en su escuela. Después de concluir su preparatoria, decidió hacer trámites para cirujano dentista; tan sólo un punto sobre su resultado en el examen de admisión fue la razón de que no ingresara.
Después de diversos procesos psicológicos a los que se enfrentó por no haber aprobado para realizar uno de sus sueños, decidió entrar a trabajar en Farmacias Guadalajara.
El carnaval de Chapala estaba en su máxima expresión cuando él sintió un dolor sobre su espalda, dejándolo casi imposibilitado, por lo que tuvo que llamar a sus familiares para que fueran a recogerlo a su trabajo y derivarlo a un hospital. Ahí lo diagnosticaron como enfermo renal. Era febrero de 2015.
Pese que su abuela, María Luisa Leja, es mayor de edad, fue ella quien estuvo a su lado mientras sufrió vómito, dolor de cabeza, mareo y un fuerte dolor de pies. Fue ella quien recibió su primer diagnóstico, después de recibir los resultados de orina que se le hicieron.
Pese a que él ya sabía su diagnóstico, hubo una renuencia a aceptarlo. Por lo tanto, no permitió que hicieran su diálisis peritoneal y fue hasta que llegó su padre que él aceptó la intervención para salvar su vida.
Hace casi dos años que llegó la insuficiencia renal crónica a espantar sus sueños de estudiar una carrera y salir adelante como cualquier joven. Después de trabajar un tiempo en Farmacias Guadalajara, por fin había tomado nuevamente la decisión de volver a estudiar, pero la enfermedad lo sorprendió.
En ese arrebato de una vida “normal”, Edgar dejó de jugar fútbol, actividad que realizaba desde niño. Ahora ya no puede ser portero y recordar su apodo de cancha, el “Pikolín”, mientras formaba parte del equipo de León.
Pese al apego que ha tenido con su abuela, su madre, Margarita López Leja, no lo ha dejado en este proceso, y desde entonces, acompañada de sus familiares, han conseguido los 2 mil 800 pesos que le cobran por el “agua” (así se le dice al agua que se usa para las diálisis) que recibe cada mes y los mil pesos para su eritropoyetina que se aplica cada tercer día, así como los gastos especiales para mantener su dieta.
Estos gastos serían imposibles de cubrir sin el apoyo familiar. Las primeras semanas de la enfermedad tuvieron incapacidad de parte de su trabajo; sin embargo, no fue posible continuar trabajando debido a que él debía realizarse cada cuatro horas una diálisis, y por indicación médica no podría trabajar más de medio tiempo.
Farmacias Guadalajara, conociendo su situación, lo incitó a seguir con su jornada laboral de ocho horas, por lo que Edgar decidió dejar sus labores para dar seguimiento a su tratamiento.
Ahora, como desempleado y sin seguridad social, su familia tuvo que cubrir sus casi cinco mil mensuales que se requieren para darle su tratamiento adecuado durante los dos años de enfermedad que le aquejan.
La esperanza que mantiene a Edgar es la posibilidad de realizar un trasplante de riñón, del que asegura su hermano es compatible, pues ya se realizó las pruebas. Su madre también pretende hacérselas para ver si ella también es compatible. Es ahí donde reside la posibilidad de rehacer su vida, de regresar su sueño de estudiar la carrera de médico general para apoyar a más personas con su condición.
La única limitante que tiene Edgar es el costo. Deben juntar 257 mil 300 pesos. Esto es casi imposible, ya que su padre trabaja como jardinero y apenas le alcanza para alimentar a sus hermanos y apoyarlo con parte del tratamiento.
Su madre, con voz quebrada, pide apoyo para su hijo, ya que considera que nunca ha sido una mala persona. “Siempre se ha dedicado a estudiar, siempre hace lo que uno le dice”, menciona la madre, quien dice que tendrá en sus oraciones a quienes le apoyen.
Según datos del Instituto Mexicano del Seguro social Jalisco, el 2016 fue el año que más trasplantes se han realizado, 319 procesos quirúrgicos, superando el año anterior en el que se realizaron 303 intervenciones.
Por otra parte, César Padilla, doctor por la universidad de Liverpool y que ha dedicado parte de sus estudios en salud pública a la enfermedad renal en la Ribera de Chapala, en agosto de 2016 mencionó que de estas intervenciones quirúrgicas, sólo el 10% son realizadas en instituciones públicas y para personas que no cuentan con seguridad social, tal como el caso de Edgar, quien tiene que pagar por estos servicios al Centro Médico del Riñón Puerta de Hierro.
Pese que el joven ha realizado bazares, venta de tacos y actualmente vende dulces en su domicilio, el dinero no es suficiente para poder dar un tratamiento que brinde una mejor calidad de vida.
Según datos obtenidos vía transparencia Chapala, cuenta desde 2010 hasta 2016 con mil 23 enfermos renales. Esto en el corte de los meses de enero y mayo del 2016.
Por otra parte, los gatos para el trasplante no serán suficientes debido a que una vez realizado el procedimiento, el paciente se someterá un tratamiento que mínimo tiene un costo de 12 mil pesos mensuales.
Si usted está interesado en ayudar a Edgar “Pikolin” Rameño, puede contactarlo al Teléfono: (33) 1473-1120. O en su página de Facebook: Edgar Pikolín Rameño o en una página de Facebook “Edgar Trasplante de Riñón”.
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