El icónico árbol fue plantado hace 90 años
Manuel Jacobo/ Domino Márquez (Ajijic, Jal.).- Después de los rumores desatados en redes sociales por la supuesta intención de talar el antiguo árbol laurel de la India (Ficus Retusa) que se encuentra en la plazoleta del barrio de las Seis Esquinas en Ajijic, el Gobierno Municipal de Chapala, por medio de su página de Facebook, desmintió los rumores y aseguró que se encuentra en busca de las mejores opciones para la preservación del mismo.
Una de las recomendaciones es que se necesita retirar el cajete para proporcionar oxigenación, retirar todo lo que esté seco, fumigar e inyectar vitaminas, señaló el ingeniero agrónomo Roberto Delgado, experto consultado por el Ayuntamiento de Chapala para el rescate del antiguo árbol, ubicado al poniente de la pintoresca población.
Al parecer, el árbol de 90 años se encuentra enfermo desde hace mucho tiempo. Está siendo atacado por hongos e insectos que han provocado que varias ramas se presenten ya secas y en peligro de caer, explicó por medio de un mensaje de Facebook el delegado de Ajijic, Jesús “Chuni” Medeles.
La polémica sobre el derribo del laurel de la India se desató después de que un trabajador del ayuntamiento se acercó —hace unas semanas— a querer derrumbar el cajete del árbol y el hijo de Juan Blas, señor que hace 90 años plantó el árbol, le dijo que si no dejaba e hacer lo que estaba haciendo, le iban a tomar una foto.
Los vecinos del barrio de las Seis Esquinas previamente habían sido avisados por la delegación, según cuenta Abel Blas, de que no arreglaran el altar de la virgen que se encuentra sobre el cajete que rodea al árbol, puesto que probablemente derrumbarían el cajete. Sin embargo, los vecinos hicieron caso omiso y prefirieron arreglar el altar de la Virgen.
Pese que no se recuerda con exactitud cuándo fue la colocación del altar de la virgen, fue don Francisco Antolín —cuando tenía una verdulería— quien le pidiera permiso a Abel Blas para colocar el “Brocalito” (altar) que actualmente se encuentra, mismo que ha recibido mantenimiento por su hija actualmente y que fue la apercibida por las autoridades para que este año no lo hiciera.
Después de que se desatara el falso rumor sobre el derribo del árbol mediante redes sociales, el ayuntamiento manifestó su compromiso de preservar la ecología, además de haber mencionado mediante este medio —en octubre— que una de las primeras intervenciones sería el derribo del cajete para tratar de preservar el laurel; sin embargo, se conservará el altar dedicado a la Guadalupana.
El altar de la Virgen de Guadalupe.
Pese que en la memoria histórica de los cronistas y pobladores hay unas variantes que hacen crecer el misterio y el misticismo del lugar y del árbol sobre su origen, es el hijo de Juan Blas quien preserva la historia tal como su padre le contó.
“Venía en un bote alcoholero, y eran dos ramitas”, así recuerda Abel Blas cuando su padre le contó la historia del árbol. Aunque no recuerda el año exacto, según le contó su padre, el árbol tiene una edad de 90 años.
Su padre trabajaba por aquellos años en el Rancho del Oro plantando papayas. Fue ahí que unas personas le regalaron sus dos ramitas de laurel de la India, mismas que trajo hasta su casa y decidió colocarlos sobre el carcado en forma de triángulo que había colocado para tener su lavadero y donde actualmente se encuentra la plazoleta de las Seis Esquinas.
Abel recuerda lo que su padre le contaba y dice que su alambrado fue colocado en los tiempos que no había ni empedrado, por lo que su padre colocó su lavadero y dejó un espacio para que los pobladores pasarán, ahí habitaban gallinas y no había casas.
De las dos “ramitas” colocadas en el sitio, que con el paso de los años se convirtieron en dos árboles, cuenta Abel Blas, una de ellas se cayó hace más de 30 años sobre la casa de una señora ya mayor. Pese a que no le pasó nada, sí recibió un susto y es por eso que su padre antes de morir le pidió que le hiciera una poda al árbol que quedó. A éste toda la gente lo conoce como el árbol de las Seis Esquinas.
Frente al olvido de las autoridades, hace seis o siete años, el ayuntamiento de entonces realizó un poda; sin embargo, dejó las ramas secas que propiciaron la aparición de hongos y por ende la pudrición y deterioro laurel.
Algunos otros pobladores culpan a parvadas de pájaros que se anidaron en el árbol, lo que, según dicen, proporcionó hongos y que se enfermará. “Por tanta cagada de pájaros”, manifestó una vecina del lugar.
Hace algunos años, según los recuerdos de Abel, el árbol era tan frondoso que las ramas daban una sombra espectacular a su casa, que actualmente se encuentra a unos metros del icónico árbol.
Aún con la polémica desatada, Abel Blas, hijo de quién plantó el árbol de las Seis Esquinas, pidió a las autoridades hacer lo posible para rescatarlo, ya que el árbol es muy querido por los pobladores.
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