EL TLC, UN FRACASO PARA EL PUEBLO
Por: B. Manuel Villagómez R.
Sí, al lago de Chapala.
Henry Kissinger presionó a Luis Echeverría a firmar tres propuestas para integrar la economía de México a la E.U., y éstas fueron: un Acuerdo Comercial del Norte, el Banco Mundial de las Materias Primas y el Plan Energético Continental. Echeverría lo mandó a freír espárragos, pero aceptó lo siguiente: Nosotros teníamos un crecimiento poblacional en el que íbamos a cerrar el año 2000 con 130 millones de habitantes, y el imperio nos obligó a inhibir el nacimiento de 30 millones de niños y lo hicimos. Esto para que veamos quién manda en nuestro país.
Al llegar López Portillo a la presidencia, también fue presionado por el imperio yanqui a firmar el Mercado Común del Norte, y el 30 de mayo de 1982, ante el Congreso de Canadá, expresó “México se niega a firmar un Acuerdo Comercial del Norte, porque sería un proveedor de materias primas y de mano de obra barata a favor de los países industrializados”. Así defendieron el sistema de economía mixta que nos permitió crecer en promedio entre 6 y 7% al año. Con Richard Nixon, los E.U. reconocen su déficit financiero, devalúan el dólar en 10%, abandonan el patrón “oro” y flota el dólar naciendo dos palabras: inflación y deflación, crece la deuda externa de los países en vías de desarrollo al grado de asfixia económica, el imperio nos aplica a todos los países la política de “comiendo yo, friéguese quien se friegue”.
López Portillo encabeza el grupo de los ocho países que expresan su deseo de irse a la moratoria. La banca americana y la inglesa sacan bonos Brady, nacen los derivados financieros, papeles sin respaldo, crecen personas como Soros, que pueden comprar la moneda de un país, y se le impone a México el TLC salinista para salvar al dólar hundiendo al peso, porque se cumple el deseo de los E.U. de reglamentar a su favor los medios de producción, las leyes laborales, salvan su agricultura terminando a su favor la última ronda de Uruguay y obligándonos a ingresar al GATT ya con su obediente presidente Miguel de la Madrid, que fue escogido por Ronald Reagan con la bendición de Margaret Thatcher, pues era el hombre indicado por haber sido educado con sus valores. De esta manera, se implantó el sistema económico del neoliberalismo. Salinas se consolida con la firma del TLC aplicándonos los principios de Milton Friedman de “primero es el dinero y al final el ser humano”.
Estoy convencido de que es oportuno referirnos a estos temas, hoy que el imperio yanqui tiene al presidente Peña Nieto, a su Canciller Videgaray y a su Secretario de Gobernación preparados para que acepten lo que Trump y su gabinete les exijan, porque ellos saben del entreguismo de nuestros representantes que siguen las recomendaciones de Salinas y de un gabinete paralelo siempre ligado y cabildeando a favor de que se continúe acumulando la riqueza en esos grupos, ahora ya dueños de influencias políticas y económicas que Salinas formó desde su presidencia para que pudieran compartir con grupos del mismo poder económico de otros países, lo que ha resultado una tontería que generalizó la pobreza en nuestro país.
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