Los mitos del bienestar
Por Leticia Trejo, Salud y Bienestar
Aquí estoy, escuchando un sencillo de la famosa banda Toto, Hold the Line, incluida en su primer álbum debut y veo que se estrenó en ¡1978! Y esto me trajo algunos recuerdos que quiero compartirles. Todavía no cumplía ni siquiera los 15 años, pero quedó grabado en mi memoria que mi padre iba al gimnasio casi todos los días, jugaba fútbol y viajaba en su bicicleta de la Ciudad de México a Puebla, era mi ídolo: fuerte y delgado, lleno de músculos por todos lados. Pero, también recuerdo que la gente del gremio del ejercicio tenía algunas ideas sobre la actividad física como: “si no duele no sirve”, y que ser “avanzado” era ser el que más peso cargaba en los discos y las barras del gym (viene a mi mente Arnold Schwarzenegger).
Cuando una mujer o un hombre pasa de la niñez a la adolescencia generalmente experimenta cambios difíciles en su cuerpo, y mi caso no fue la excepción; acumulación de grasa abdominal, lonjas y un enorme busto me hacían sentirme incómoda e inadecuada. El consejo de las “que sabían” era que, cuando hiciera ejercicio debería de envolver mi cuerpo con plástico (y de hecho vendían los trajes tipo pants deportivos) y recomendaban también el uso de fajas hechas de vendas, incluso algunas con yeso como cuando te protegen una fractura, esto para hacer delgada la cintura. Me decían que las mujeres no deberíamos hacer pesas, porque la espalda se haría ancha y pareceríamos hombres.
Los lectores que nacieron después de los años 90´s probablemente se están riendo de estas creencias o mitos, pero si siguen esta columna seguramente leyeron aquella en la que les narraba que otro mito muy común es que si sudabas mucho estabas quemando mucha grasa. Lo cual se ha demostrado que no es verdad; el sudor es agua, y sí, se lleva algunas toxinas, pero no es grasa. Y así podríamos quizás escribir un libro con todos los mitos sobre la salud y el bienestar que creíamos ciertos, como el gran daño que hicieron durante tantos años los “medicamentos para adelgazar y quemar grasa”, que incluso tenían efectos negativos en el estado de ánimo de las personas que los consumían, generaban ansiedad, depresión e irritabilidad.
Afortunadamente la ciencia avanza y los descubrimientos nos muestran evidencias irrefutables de cómo es que nuestro organismo puede ser más eficiente y eso me encanta. No hablamos de estar bien o estar mal, de estar en lo correcto o incorrecto, sino de ser eficientes, porque ¿sabes qué?, querido lector. Gracias a estos avances sabemos que cada uno de nosotros tiene necesidades diferentes, que cada persona debe lograr descubrir y descifrar su propia fórmula para la Salud y el Bienestar; lo único que debemos hacer es tener un espíritu aventurero, sentir pasión por descubrir todo el mundo de posibilidades que existe en el planeta para vivir más años con mejor calidad de vida y felicidad. Y claro, ahora con tantas herramientas, tenemos acceso a las fuentes fidedignas del conocimiento o por lo menos, para analizar diferentes puntos de vista y poder tomar una decisión segura.
Escuchar este antiquísimo álbum de Toto me hizo recordar también que, antes le hacíamos caso a los consejos de revistas de Variedades, ni siquiera revisábamos quien era la persona que estaba escribiendo en ese medio. Así que, mi mejor consejo es que descubras, investigues, experimentes y logres encontrar tu propia fórmula para vivir en bienestar; y mientras tanto, te invito a que escuches el álbum TOTO de 1978 y tú también disfrutes de darte cuenta cuánto has aprendido y cuánto puedes seguir creciendo y madurando en tu mente, en tu cuerpo y en tu espíritu.
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