El camión de las ánimas
Cronista: Mtro. Gabriel Chávez Rameño.
Desde la década de los 60`s donde un autobús de pasajeros de Jocotepec, sufrió un accidente y causo la muerte de varias personas, se han venido escuchando historias de personas que se han subido al autobús por las noches y este los lleva a su destino, sin embargo el ambiente de este autobús es los que inquieta a los que lo han abordado.
“Tenía a mi novia en Joco y en esa ocasión, fue un sábado por los días de las fiestas, ese día me vine ya tarde, después de las once de la noche, así es que cuando salí de Joco, me vine caminando con la intensión de llegar a San Juan, ahí vivía un amigo y pensé en pasar la noche con su familia, así es que empecé a caminar con la intensión de pedir raite… ya cuando venía en las curvas de Nestipac escuche un autobús que venía, así es que corrí para llegar al crucero del Chante y poder pedir así que se parara, en eso estaba cuando el camión me alcanzó y le hice la seña de que se parará y sí se detuvo, cuando me subí le dije al chofer que cuanto era y el con un movimiento de la mano me pidió que me pasará, así es que me fui a sentar, al principio por lo encandilado no note nada, sin embargo algo raro se me hizo, no se escuchaba el motor del camión y se sentía un ambiente medio raro, cosa que me causo escalofrío y cuando volteé a ver vi a los otros pasajeros agachados y tapados como los frailes, se me hizo raro y volteé al frente para ver a los que iban a mi alrededor e iban igual, al principio pensé que era un camión de peregrinos, pero al momento mi piel se volvió a poner chinita y me dio miedo, algo se me hizo diferente y decidí bajarme, cuando llegue con el chofer le dije que me bajará y no me hizo caso, le volví a insistir y no me respondió… tomé la decisión de bajarme donde fuera y cuando quise abrir la puerta el camión se detuvo, me baje sin decir nada y vi que estaba fuera de la secundaria del padre en San Juan, al voltear al ver el camión ya no estaba… me dio mucho miedo y corrí a la casa mi amigo y le platique lo sucedido.” Esto comento el joven Enrique A. de Ajijic.
“A mí me paso algo muy curioso, no era muy noche pero ya pasaban de las once, ese día fui a llevar a mi hija al seguro y nos desocupamos tarde, iba con la idea de buscar un taxi para que me llevará a mi casa en San Juan, cuando iba subiendo pues no traía miedo, más bien andaba preocupada para encontrar quien me llevara, ya que a esa hora los camiones no van para San Juan, en eso iba casi llegando a la central de Chapala (calle Juárez de Joco) y escuche un camión que venía, de pura casualidad le pedí la parada y lo vi azul, pensé que era una de los de Don Simón y me subí, le quise pagar al chofer y no me cobró, con su mano me hizo un ademán de que me pasara y me fui a sentar, estaba casi todo ocupado y sólo había un lugar, yo con mi hija abrazando no me di cuenta, al poco rato escuche como si rezarán y pensé que a lo mejor venían de una viaje, y volteé a ver a ver si conocía a alguien y se me hizo raro ver que todos iban agachados y tapados como con cobijas, más bien como frailes, de esos antiguos, y me sentí como con frío, al poco rato mi niña empezó a llorar y me dio vergüenza, porque creía que los iba a despertar, pero nadie se movía y en eso mi niña hecho un grito muy feo que hizo que me diera escalofrío y cuando volteé a ver si me venían viendo vi como gentes sin cara, así no tenían ojos, ni nariz, nada… no se les veía nada y medio mucho miedo, me levanté y corrí a la puerta y le pedí al chofer que me bajara, en ese momento no me importaba donde, sólo quería bajarme y volteé a ver donde los pasajeros y seguían igual, ya sentía que me desmayaba, mi hija seguía llorando sin consuelo, en eso el camión se paró y me baje rápido, lo curioso es que como si el chofer supiera donde bajarme, estaba en el crucero y no le había dicho que ahí, cuando quise correr algo me detuvo y me hizo voltear a donde escuchaba el ruido del camión y lo más raro es que no vi nada, en eso mi hija se quedo calladita y dormida, como que la niña presentía que era algo malo, me apresure a mi casa y les rece a las ánimas benditas del purgatorio…” comentó la señora Esther, de San Juan.
Cierto o mentira, la verdad es que muchas personas han escuchado o han visto el camión de las ánimas, que deambula por las carreteras de la ribera, en Chapala, Ajijic, San Juan, Joco, San Luis y San Cristóbal, otros aseguran escucharlo en el Molino y muchas personas más aseguran subirse a él.
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