Síndrome del cabello impeinable
Por Ili.
Pili trianguli et canaliculi o síndrome del cabello impeinable es una anomalía rara del tallo del pelo en la cabeza. El cabello es seco, de color rubio o café claro, rizado y crespo. Proyectándose en cualquier dirección y haciéndolo difícil de estilizar.
El síndrome del cabello impeinable puede presentarse solo o junto a enfermedades como el síndrome de Bork, la displasia ectodérmica y la displasia epifisaria-falángica, y es producido por las mutaciones en los genes que se encargan de la formación del tallo piloso del cabello.
Las singulares características de este tipo de anomalía se tornan aparentes alrededor de los tres meses de vida y en algunos casos puede mejorar cuando inicia la pubertad. Bien afecta a todo el cabello, pero con frecuencia solo la mitad es crespa. Cuando abarca casi toda la cabeza, lo más probable es que esté asociado con los padecimientos antes mencionados y no precisamente es un padecimiento aislado.
Independientemente de las circunstancias, un doctor es la persona que confirmará el diagnóstico, así que no entre en pánico ni haga suposiciones, lo mejor es acudir al pediatra.
Se cree que se hereda cuando el niño presenta una copia del gen mutado por parte de cada uno de los dos padres, pero hay casos en la que los pacientes heredan el gen mutado por parte de uno solo.
Otra manera es cuando una persona hereda solo un gen anómalo, pero no precisamente significa que vaya a desarrollar el síndrome del cabello impeinable. Sin embargo, existe un 50 por ciento de probabilidad de que el individuo se lo transmita a un descendiente.
Los síntomas del cabello alborotado e inmanejable, en los casos más leves, tienden a mejorar con la edad sin necesidad de tratamiento. El uso de acondicionadores hidratantes o shampoos con piritionato de zinc moderan la rebeldía, debido a los efectos hidratantes en la fibra del cabello.
Por otro lado, la biotina en tableta oral ha resultado ser una forma de tratamiento muy exitosa. Algunas fuentes sugieren que este padecimiento es de muy poca importancia para la población, puesto que es meramente un trastorno estético. El cual además no resulta grave, siempre y cuando no esté asociado con otro problema.
Pero como no hay cura, puede llegar a ser frustrante, ya que llama la atención de quienes no lo padecen. En niños con frecuencia puede ser desalentador cuando en la escuela les llegan a poner sobrenombres. Lo más prudente sería preguntar en su estética de confianza por cortes de cabello que faciliten el peinado, así como productos que mejoren su apariencia, como lacas, geles, spray, acondicionadores en seco, e incluso, cremas que ayuden a que el cabello alborotado sea menos visible.
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