La técnica de Joseph Pilates
Leticia Trejo es profesora de Yoga y entrenadora personal. Foto: Archivo.
Por: Leticia Trejo
Tengo más de 40 años en el mundo del ejercicio y claro que mi cuerpo ha ido cediendo poco a poco y me ha pedido actividades menos intensas que hace 25 años cuando todavía me subía al podio a dar clases de spinning con música estruendosa y acelerada.
En esos entonces me preguntaba hasta cuando mi organismo iba a aguantar el abuso al que lo sometía y la respuesta llegó a través de una invitación a la primera certificación internacional del método de Joseph Pilates que llegó a Guadalajara. Michael King, de Londres fue el profesor que me hizo enamorarme de esta nueva forma de actividad física.
Joseph Hubertus Pilates nació en Mönchengldbach, Alemania, el 9 de diciembre de 1883, esta pequeña comunidad se encuentra cerca de Düsseldorf, por lo que en algunas biografías encontrarás que se dice que nació en esa ciudad. Fue un niño flaco y enfermizo. Padeció asma, raquitismo y fiebre reumática por lo que su musculatura era débil y desarrolló alteraciones posturales, además de algunas limitaciones físicas como anquilosis articular (disminución o imposibilidad de movimiento).
El médico de la familia le regaló un viejo manual de anatomía que fue su fascinación y lo llevó a estudiar por su cuenta el cuerpo humano, su mamá era médico naturista y sacó adelante a Joseph con tratamientos naturales pero fue la tenacidad del niño lo que lo llevó a querer ser un joven “normal” y sanar, así que pasó mucho tiempo estudiando y practicando el movimiento de los animales y los métodos de ejercicio de los antiguos griegos y romanos.
Al comienzo de la primera Guerra Mundial se encontraba en Londres y fue internado en un campo de concentración del ejército inglés debido a su nacionalidad alemana. Allí se empeñó en adiestrar a los internos en lucha y defensa personal para mejorar su estado físico y fue ahí en donde ideó una serie de ejercicios diseñados para ser realizados en un reducido espacio usando solo al propio cuerpo. Posteriormente fue trasladado a la Isla de Man, en donde trabajó como camillero y asistente en el hospital. Muchos de los soldados enfermos no podían levantarse de sus camas, ya fuera porque habían sido amputados de alguna extremidad o porque estaban demasiado débiles, así que montó sobre las camas de hospital un sistema de muelles y poleas que les permitía mantener su fuerza corporal y su salud, esto dio pie al desarrollo posterior de sus dos aparatos de ejercicio más representativos: el trapecio o Cadillac y el Refomer (conocido como cama de pilates).
En estos 40 años de experiencia corporal y acercándome ya muy pronto a la tercera edad me doy cuenta de que la técnica de Joseph Pilates, realizada con disciplina y dedicación es la mejor inversión de tiempo, esfuerzo y dinero que podemos hacer las personas mayores de 50 años para tener una vejez funcional; es una técnica que puedes hacer en la comodidad de tu casa una vez que has aprendido sus más de 30 movimientos principales. Sus principios de respiración, concentración, control, centro, precisión, fluidez, alineación, y estabilización lo hacen una actividad física muy completa.
Cuando practicas Pilates estás trabajando en tu higiene postural, la salud de tu columna, fuerza en la faja abdominal (power house según Joseph), consciencia corporal, preservación de la movilidad, y respiración eficiente.
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