Entre las aspiraciones de Panchito se encuentran seguir mejorando de salud, para poder encontrar un trabajo
Francisco Raúl Mora Padilla “Panchito”.
Sofía Medeles (Ajijic, Jal).- Los empleos en el municipio de Chapala, ha tenido una tendencia hacia la baja, acentuada últimamente por la pandemia provocada por COVID-19; esto afecta a muchos trabajadores, quienes han decidido crear sus propios empleos.
Este es el caso de Francisco Raúl Mora Padilla alias “Panchito” de 28 años, quien no ha tenido un camino nada fácil. Originario de Ajijic, a muy temprana edad -13 años- se fue de su casa a Guadalajara, donde tuvo una vida complicada por involucrarse en negocios turbios, que lo llevaron poco a poco a serios problemas de adicciones y de salud.
Sus adicciones a largo plazo lo llevaron a padecer distintos tipos de afecciones como artritis, hepatitis, problemas renales, tumores, entre otros que los dejaron largo tiempo postrado, sin poder moverse por sí mismo, usando silla de ruedas, luego andadera, aunque actualmente puede caminar por sí mismo con ayuda de muletas.
“Los doctores no me daban larga esperanza de vida, yo llegué a estar muy mal, hubo un tiempo en el que pesaba 54 kg. ¡No me podía ni mover por mí mismo! A mí que me encanta hablar, apenas podía, se me iba el aire, estuvo todo muy feo, pero puse toda mi fuerza en recuperarme, y poco a poco ahí voy”, sentencia con tristeza.
“Me llegó a tomar incluso un día de ir de mi casa a la plaza, porque de plano no podía, todo me dolía, haber elegido esa vida tan caótica, me dejo muchas afecciones, pero también muchas lecciones, por las cuales me volví fuerte y tengo esperanza en seguir luchando para seguir mejorando cada día”.
Panchito cuenta que entre sus aspiraciones se encuentran seguir mejorando de salud, para encontrar un trabajo, y así poder ayudar a su familia, no pasar carencias de necesidades básicas, y ayudar a las personas que se han encontrado en una situación como la de él.
Fruto de sus ganas por seguir adelante, empezó su pequeño negocio “Inicié vendiendo juguetes que me donó una americana, poco a poco me fueron donando más artículos que podía vender, como ropa y joyería y actualmente eso vendo.
“Al principio mi horario era de lunes a domingo, de 3:00 P.M a 11:00 P.M, hasta que una de las encargadas de Farmacias Guadalajara me corría, diciéndome que se veía mal, entonces cambié mi horario a dos horas al día, lo importante para mí era vender aunque fuera un poco.
“Poco a poco me fui ganando a la gente de aquí y me dejaron trabajar, pero ahorita me la estoy viendo difícil con esto del resguardo. Hay días en que está solo, solo, no puedo sacar ni un peso, y eso a veces me frustra demasiado. Aun así evito caer en esos sentimientos, porque podrían bajar mis defensas, y seria empezar desde cero mis tratamientos.
“Estas semanas he aprendido otros oficios además de la venta, como lo es lavar carros en el estacionamiento de farmacias; hace poco aprendí a aspirar los carros por dentro, en ese caso digo que me paguen lo que ellos quieran, porque yo estoy consciente de que es un trabajo de principiante.
“Stella Ebot es la fundación que me ayuda, sin ellos no hubiera logrado pagar mis tratamientos médicos que son bastante caros, con la ayuda de esta fundación solo pago el 30% de mis tratamientos, además de que me dona la joyería que vendo aquí”.
Recordando las dificultades por las que ha pasado, Panchito menciona “Yo he estado en situaciones de carencia donde me encuentro muy desesperado, y he visto que en estos tiempos difíciles la gente también se las ha visto duras para conseguir sus medicamentos, así que desde hace poco tuve la idea de recolectar medicamentos de quien no lo necesite, y dárselo a quien no pueda comprarlo, los estaría recibiendo aquí en mi puestito”.
“A mí no me gusta andar pidiendo, pero he llegado al punto en el que a veces lo necesito, la gente ha sido muy buena conmigo, me dona dinero, me dona ropa, comida, y cositas que yo puedo vender, estoy agradecido con todos por su apoyo”.
Una de sus anécdotas que más le ha marcado fue cuando una señora lo socorrió durante una noche donde él se puso muy mal “Tenía ronchas por todo el cuerpo, me dolía todo y esa señora llamó una ambulancia, pago todo ella y desde ese día no la volví a ver, yo creo que era un ángel, o Dios diciéndome que debía seguir adelante”.
Panchito nos deja con un mensaje “Ajijic es un pueblo que me ha dejado maravillado por la unidad de la gente, siempre están dispuestos ayudarte cuando más lo necesitas, así como son de fiesteros son de acomedidos”.
“Mi consejo más grande es que le hagan caso a sus papás. Hay dinero mal habido que no te va a rendir ni durar, es mejor ganarlo; así hasta el más pequeño centavo te va a parecer sagrado y lo vas a usar en lo que necesitas, sin despilfarrar a lo tonto”.
Panchito no cuenta con seguro, prestaciones, bonos, ni nada de los beneficios que dan en los empleos formales, pero aun así, el cómo cientos de chapalenses decidieron crear su propio empleo, para llevar sustento a sus hogares.
Los comentarios están cerrados.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala