Diversos comerciantes y profesionistas han decidido entrarle al negocio de la venta de cubrebocas.
Adalberto “Edy” Mota, quien es artesano de cerámica, hoy en día se dedica a vender cubrebocas en el tianguis.
Sofía Medeles (Ajijic, Jal.).- La falta de ingresos económicos ha llevado a los propietarios de negocios -formales e informales- a apostarle al creciente comercio de cubrebocas, que solo les deja para lo más básico, pero les ayuda a sobrellevar la crisis.
Adalberto “Edy” Mota, quien es artesano de cerámica, hoy en día se dedica a vender cubrebocas en el tianguis, a 30 pesos cada uno. El entrevistado contó que a raíz de que no se le permitió seguir con su puesto en el tianguis y tener que permanecer con las puertas de su galería cerrada, su esposa tuvo la idea de incurrir en el comercio con esta producto, con tal de conseguir sustento.
Maneja dos tipos de calidades: uno económico para el cliente despreocupado “que al cabo solo les importa traerlo, no la funcionalidad” y otros de mejor calidad, con filtros, además de reutilizables.
Con enojo, “Edy” expresó que el gobierno no se preocupa por los comerciantes, artesanos y de ningún giro económico. “Nos dijeron que metieramos trámite para un apoyo. Sinceramente yo metí y lo rechazaron sin dar razones. No somos ricos y necesitamos estar buscando modos de llevar la comida a la casa.”
En estos tres meses que inició la crisis sanitaria, lo único que ha recibido es una despensa que incluía frijoles refritos empaquetados, un cuarto de arroz, espagueti y una salsa marisquera. «De perdis una bolsa de charalitos para esa salsa, así sola no me sirve de nada», acotó.
Por su parte, Ana Isabel Yáñez, de “Diseños Magnolia”, después de haber cerrado su negocio a principios de la cuarentena, por falta de ingresos, decidió comenzar con la venta de cubrebocas, luego de que una clienta extranjera le hiciera un encargo.
“Este pequeño negocio -el de la venta de cubrebocas- , me dio un flujo económico más o menos estable, durante dos semanas. Fue un flote para mí”, explicó Ana, quien también echó la mano de redes sociales y las plataformas de internet que le ayudaron a promocionar sus productos.
La contadora Imelda Alcántar también se puso a producir cubrebocas para vender y conseguir un poco de ingreso extra. “La idea comenzó, para ahorrar un poquito en cubrebocas y hacerlos yo misma a mis hijos, pero mis conocidos me contactaron para maquilarles a ellos también».
Ahora que se impuso el uso, está en el apogeo de las ventas. De esta manera solventa pequeños gastos de la familia y del hogar y se mantiene ocupada, según platica la profesionista que decidió hacer uso de redes sociales para apoyarse a vender a sitios más lejanos y aprovechar al máximo las ventas.
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