Verrugas y ‘ojos de pescado’
Por Ili
Las verrugas son pequeños abultamientos de piel de al menos dos milímetros, usualmente más oscuras, móviles y adheridas a la misma por un pequeño tallo. Generalmente no causan ningún problema, pero con frecuencia tienen a atorarse entre las fibras de la ropa o bien pueden irritarse y lacerarse en zonas de contacto o fricción, tal como las axilas y la ingle.
Las que se ubican en el cuello y la nuca, no se desarrollan tanto por el roce del borde de blusas o camisas, sino por la fricción causada por joyería como cadenas y collares. Además, también pueden aparecer en los muslos, los párpados de los ojos y debajo de los pechos.
Estas verrugas están formadas por vasos sanguíneos, colágeno y un excedente de células superficiales de la piel. Aparecen a cualquier edad, pero son más comunes en gente mayor, personas con diabetes tipo dos, mujeres embarazadas y personas con sobrepeso; en estas últimas no como producto de poseer más kilos, sino porque a mayor sobrepeso, mayores son los pliegues entre la piel (lonjas) y por lo tanto más fricción entre estos.
Los “ojos de pescado” son lesiones cutáneas que aparecen en la planta de los pies, las cuales son bastante dolorosas, puesto que se invaginan en el mismo por la forma de caminar. Se les considera un tipo de verruga, la cual deriva del virus del papiloma humano, pero únicamente aparece en los pies.
Suelen presentarse de forma similar a los callos, pero poseen una superficie redonda, plana y grisácea. Sin embargo, debido a la constante fricción, ocurre sangrado en el centro e interior de la lesión y de aquí el nombre de ojo de pescado, puesto a que a eso se asemeja.
El virus se introduce en la piel por medio de las vías de entrada a través de pequeñas heridas, el caminar descalzo sobre superficies sucias y al estar en contacto directo con áreas de la piel de personas infectadas. Llegan a medir en la planta de los pies hasta tres centímetros y pueden desarrollarse en otras áreas del cuerpo cuando se les rasca y se toca otra zona del cuerpo.
Los ojos de pescado llegan a ser tan dolorosos que algunas personas describen la incomodidad parecida a tener la sensación de un constante picoteo de la punta de un alfiler. Como opciones de tratamiento para ambas afecciones incómodas y un tanto desagradables, se debe acudir a un podólogo o a un dermatólogo.
Las opciones de tratamiento pueden incluir pomadas y ungüentos medicados; inyecciones, electro-cauterización, congelamiento (crioterapia), láser y remoción quirúrgica. Evite remover las verrugas u ojos de pescado por sí mismo, ya que puede infectar el área creando un problema mucho más serio.
Sea cual sea el brote que presenta, no lo ignore y no espere a tener todo un racimo virulento.
Si no le interesa la estética, tenga en cuenta que las verrugas y ojos de pescado tienen un aspecto desagradable, que además los convierten en un latente cultivo de bacterias contagiosas.
Si no se le ven y no le molestan, no haga desidia. Atiéndase a tiempo para evitar la aparición de futuros crecimientos. La piel siendo el órgano más grande del cuerpo, se lo agradecerá.
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