La imagen de la Rosa Mística que se celebra cada 13 de julio. Foto: María Reynozo.
Por Maria del Refugio Reynozo Medina.- Cuando Alexis Daniel Ramos estuvo frente a la imagen de la virgen, sus brazos y rostro se cubrieron de una fina escarcha. Su amigo Omar lo alertó acerca de lo que para muchos significan bendiciones recibidas, cuando se acude a la virgen María, en la advocación de Rosa Mística, con fervor.
Desde niño, recuerda los rezos del rosario con su bisabuela, que era muy religiosa y devota además de San Miguel Arcángel. Cuando en la letanía, pedían a la Rosa Mística “rogad por nosotros” en Alexis había un sentimiento especial.
En una ocasión tuvo un problema grave, y su amigo le regaló la imagen que lo había impresionado; con ella superó su problema y comenzó a quererla mucho; la tenía en su habitación y le oraba todos los días, comenzó a ver cómo algunos espacios se cubrían de ese polvo brillante finísimo. Pero sobre todo, los milagros que recibía de ella, no solo él sino los vecinos que comenzaban a conocer a la imagen.
En 2016 compró una imagen más grande y poco a poco fueron sumándose los devotos a María Rosa Mística. Hace dos años le construyó un pequeño nicho de poco menos de dos metros cuadrados, desde ahí la imagen que mide unos noventa centímetros de altura aparece vestida de un color marfil con las manos unidas sosteniendo un rosario. En el filo de su manto lleva unos detalles dorados adornados con piedras de brillo tornasol; y sobre el pecho, tres rosas, una blanca, una roja y una dorada. Lleva en la cabeza una reluciente corona con brillantes piedras rojas y blancas.
Las cortinas, los floreros y las veladoras encendidas envuelven el pequeño espacio que invita a la oración. La veneración a la Rosa Mística creció tanto que, Alexis trajo otra imagen a la que le llama peregrina, porque visita las viviendas; sesenta familias son las que conforman la lista de espera para que visite sus hogares y permanezca ahí por una semana. Así el grupo de fieles lleva a la imagen a cada lugar entre rezos y cantos, cuando los lugares son más distantes, Alexis la lleva en su moto.
El barrio que algunos conocen como “El Puente”, en Jocotepec, es testigo del fervor que muchas personas profesan por la imagen cuyo origen es Montichiari, una pequeña ciudad italiana que alberga el santuario de la imagen mística.
En la memoria de los habitantes de este barrio se guarda la historia de un hombre sentenciado a una amputación de piernas por parte de los médicos.
Cuando estaba en el hospital, una noche advirtió una delicada silueta que le tocó las piernas. No pasa nada, escucho una voz en su interior. Al día siguiente su hija le dijo –tienes una visita muy importante en casa, papá-.
Salieron de ese hospital en busca de otro diagnóstico, inexplicablemente en ese otro lugar, los médicos le dijeron que no requería esa intervención. Salió del hospital directo a comprar un ramo de rosas para el encuentro con la imagen que ya lo esperaba en casa. También le obsequió una medalla que tenía guardada para una ocasión especial.
En el barrio de El Puente se guardan muchas historias como esta, y cada 13 de julio, fecha en que se celebra a María Rosa Mística, unas doscientas personas se dan cita para cantar, rezar y llevarla en procesión por las calles principales del centro de Jocotepec.
Por cada una de sus fiestas, cuelga un rosario de la pared; hay siete que significan los siete padrinos que ha tenido y que ofrendan el rosario de cada aniversario.
A esta pequeña capilla, llegan de pronto personas desconocidas en busca de un milagro y de la veneración; algunos dicen percibir un suave aroma de rosas, aun con la ausencia de esas flores, otros la fina escarcha sobre su cuerpo, lo que para Alexis no es otra cosa que las bendiciones de esa rosa misteriosa.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala