Pensando en un anciano
Si me pidiera redactar una noticia con base al tema del artículo de hoy, en el título se leería con letras grandes “Se acerca la época de regalar”, y a continuación colocaría un subtítulo que diría algo como “Diciembre se encuentra a la vuelta de la esquina” (francamente nunca he sido buena para los títulos), y estoy segura que estas afirmaciones harían que más de un despistado u ocupado lector se sorprendiera al caer en la cuenta de lo rápidamente que se ha pasado el año.
Clasificar a este tiempo como “la época de regalar”, en el título de mi notica inexistente, no sería con el propósito de hablar acerca del consumismo o el aspecto materialista que le hemos otorgado a esta fecha, quitando en gran medida el protagonismo de lo que conforma su esencia y que es realmente lo importante, sino que buscaría qué titulo y subtítulo tuvieran las palabras claves que resumen el objetivo de mi columna de esta semana.
En días pasados leí un pequeño reportaje publicado en Laguna acerca de un habitante de Jocotepec, un señor con una larga carrera de vida que se mantiene a base de caridades debido a que no con cuenta con apoyo de su familia y no puede trabajar a causa de un malestar en sus piernas que lo hace dependiente de un par de bastones para poder caminar; aún así, con gusto cuenta su historia y nos muestra que se mantiene lleno de alegría y positivismo.
Dentro del reportaje, además de destacar algunas anécdotas de la vida de este personaje, se abordan temas como las cifras del INEGI acerca de los adultos mayores en el país y las condiciones de pobreza en las que vive la mayor parte de ellos debido al abandono familiar y la imposibilidad de trabajar, a veces por enfermedad o por falta de escolaridad, esto último conlleva el no haber tenido un empleo fijo con prestaciones durante su juventud y, por lo tanto, el no tener una pensión como jubilados.
Es preocupante saber que un porcentaje de la población del municipio vive bajo estas condiciones y es aún más decepcionante saber que son pocas las instituciones o los programas de ayuda que los auxilian, sin embargo, existen y fuera de los que pertenecen al gobierno, la mayoría de ellos se sustentan gracias al apoyo de la comunidad o de grupos sociales que desinteresadamente realizan donativos.
En la cabecera municipal y poblaciones aledañas, se encuentran algunos de los centros que otorgan distintos servicios sociales, como el comedor municipal del DIF en el centro de Jocotepec o el que se ubica en Nextipac y se mantiene gracias al trabajo de algunas familias locales y donadores varios, o el asilo para ancianas en la delegación de San Cristóbal, que cuida y asiste a un buen número de personas, este último también sostenido a partir de donativos.
Las fiestas navideñas son el motivo perfecto para dar regalos, a la familia, a los amigos, a los compañeros de escuela o de trabajo, a los vecinos del barrio, y a tantos como conozcamos, cada año aprovechamos cada grupo del que formamos parte para realizar un intercambio. Fomentemos el desarrollo dentro de nosotros de una solidaridad que nos motive formar parte de un intercambio con quien más beneficiaríamos. Los invito a visitar alguno de los lugares antes mencionados o cualquier otro centro que acepte y necesite donativos y regalarles cuanto podamos, sea mucho o sea poco, o visitar el hogar de quién sabemos que necesita compañía, cualquier cooperación, ayuda o regalo contribuirá a la felicidad de más de uno.
Hacer esta invitación navideña con tanta anticipación nos dará el tiempo suficiente para reflexionar y planear para posteriormente actuar. El mejor intercambio que puede haber es aquel en que damos mucho a quien poco tiene, y la grandeza de nuestro obsequio provendrá de la sinceridad y amor con que lo regalemos.
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