Javier García Duarte
Crónica de una candidatura largamente anunciada
Los estudiosos de las ciencias sociales saben que el principio básico para plantear cualquier reorientación de una sociedad o asociación es: “un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”. Sabemos que los priístas no ignoran la propia, pero es evidente que la omiten de manera selectiva en amparo de intereses personales o de grupo, de manera maniquea e incongruente. La historia reciente, se inicia con la necesidad de encontrar un interlocutor que reestableciera la credibilidad a un comité directivo que, al terminó del proceso pasado, estaba totalmente desacreditado porque la estructura sólo obedecía al interés de los herederos políticos del último triunfo del priísmo, del que sobrevive la axial frase “no los necesitamos”. El papel de Amador no iba más allá de lo decorativo (por cierto bastante indecoroso), pero cumplía con las funciones para lo cual había sido puesto en el cargo. Con ese “comité” el partido estaba así, partido, con grupos de intereses irreconciliables enfrentados entre sí, aunque “unidos” para lograr un triunfo que hace tiempo no logran. Y según parece, en este proceso están haciendo todo lo necesario para repetir la historia. Con este escenario, allá por el mes de noviembre, “los líderes” recién empoderados por haberle apostado al gobernador triunfante, empezaron a desempolvar a los posibles conciliadores para sacarlo de la banca y meterlo a liderar un partido, al que él propio Amador Torres renunció en diciembre para sumarse a las filas panistas. Y, con ello, exhibir la descomposición a la que habían llevado, los “dueños” del tricolor, en el municipio a su instituto. Dejando la situación ideal para que los amigos del gobernador tomaran las riendas, y encaminaran la reestructuración para fortalecer la unión, para sentarse a disfrutar bufet que los panistas les estaban sirviendo. Pero no contaban con un priísta, que se creyó eso de: un partido demócrata y como un militante crédulo, creyó que los creídos de las cúpulas iban a permitir que la chusma opine o, ¡El colmo!, dirijan.
La historia continúa
Los priístas pretenden ignorar su historia convirtiéndose en víctimas inmediatas de su propia omisión, suponen que los electores son rehenes de su candidato, cualquiera que sea este, debido al desastroso ejercicio de gobierno de los panistas (no hay que olvidar que Jesús Cabrera –neo soldado del panismo- es trásfuga del priísmo). En la remota posibilidad de que la opción sea el abanderado del PRI como alternativa de un mejor gobierno. Su desmemoria, es la principal causa de su descredito, como posibilidad electoral. Y es que, si el olvido de su historia inmediata es mala, a largo plazo es prácticamente amnésica. Su olvido, no sólo es selectivo sino también es la zona de confort en la que descansa su soberbia, con la que miden a sus adversarios, viendo todo error como algo ajeno a su actuar como políticos. La primera vez que perdió el PRI en el municipio fue cuando el candidato fue Alfonso García Robles, su hijo Alfonso García Velasco, perdió la antepasada elección, cediéndole al PAN, además del candidato, el triunfo, debido al resquebrajamiento de su alianza política con los Degollado. Hoy su hijo y hermano, Juan de Dios, va a ver si, la tercera es la vencida. O dejar inscrito a alguien de una tercera generación que continúe dentro de dos o tres elecciones. Por su parte Javier Degollado, como parte del clan de él y su hermano, tienen en su haber la corresponsabilidad de la derrota de Alfonso hijo. Su hermano Gerardo fracasó en su candidatura a diputado y después a la alcaldía, con lo cual entre las dos familias, los García y los Degollado, tienen en sus pasivos cinco derrotas del priísmo y, como en el PAN, dos familias se adueñaron de sendos partidos.
La realidad y el escenario
La comedida reestructuración del actual comité que dirige los destinos del otrora partido ganador, ha quedado superada por los grupos de poder del propio partido, con un incomprensible afán de restar cualquier posibilidad de triunfo, sin dejar de explicar que todo le hacen por la unión del partido (¿?). Todo empezó cuando Oscar España dio libre apertura a todo aquél que tuviera interés de participar, lo que desencadenó un desenfrenado interés de aquellos que vieron la posibilidad de resolver sus apremios económicos, otros de dar rienda suelta a su ego y otros, creo yo, porque no tenían nada que hacer. Total se oyeron muchos y algunos siguen sonando. El día de hoy sobreviven cuatro y ninguno garantiza el triunfo. Pero todos van a necesitar la estructura, ese grupo de militantes que comanda España Ramos, quien en este remedo de ejercicio democrático, llamado “consulta pública”, se va a convertir en el fiel de la balanza, a despecho de quienes operaron para la unidad partidista sin el presidente. La consulta de este jueves 5 febrero, la boleta llevara el nombre de Javier Degollado, en primer lugar, el segundo es Ricardo Reyes, le seguirá Juan de Dios y finalmente Diego Beltrán. Pero la participación de este último definirá quien sea el candidato, por cuestión de sumas y restas. Fotos: Javier García Duarte.
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