El padecimiento está relacionado con la población adulta, pero los niños también son un grupo vulnerable
Toma de muestra de sangre a menor. Foto:Archivo.
Redacción.- Las infecciones en vías urinarias no tratadas en menores de cinco años podrían provocar insuficiencia renal cuando éstos sean adolescentes o adultos, advirtió la Secretaría de Salud Jalisco a través de un comunicado de prensa emitido el 10 de junio.
El doctor Salvador Cuevas Villegas, jefe del Servicio de Urología Pediátrica del Hospital General de La Raza, explicó que entre el 10 y el 25 por ciento de los niños que no fueron diagnosticados ni tratados correctamente hoy son los adultos jóvenes que llegan ya con insuficiencia renal, de los cuales un gran porcentaje requerirá diálisis, hemodiálisis o trasplante de riñón.
La infección de vías urinarias es un trastorno que se manifiesta con un proceso inflamatorio, y es frecuente en la población pediátrica. El padecimiento está relacionado con la población adulta, pero los niños también son un grupo vulnerable.
La infección en vías urinarias se asocia frecuentemente con una bacteria que vive en el intestino, conocida como “escherichia coli”, y es responsable de entre 80 y 90 por ciento de casos en menores de cinco años.
Está comprobado que entre 10 y 60 por ciento de menores de dos años presentarán cicatrices renales desde la primera infección de vías urinarias, una lesión que se sufre en sus riñones como consecuencia del proceso inflamatorio. Queda tejido muerto que ya no filtra, ya no desintoxica las sustancias que se desechan a través de la orina y se pierde gradualmente la función renal.
El urólogo pediatra refirió que, a diferencia de la población adulta, la infección de vías urinarias en los niños menores de dos años tiene mayor dificultad para el diagnóstico, pues con frecuencia es confundida con infecciones respiratorias virales, lo que implica el riesgo de complicaciones y secuelas.
Entre los síntomas de alerta para los padres de recién nacidos y lactantes destacan: fiebre sin causa evidente, falta de apetito, anorexia, expulsión involuntaria de orina por la noche, palidez, irritabilidad, náuseas y vómito ocasional.
Para niños en edad preescolar, escolar y adolescentes, las manifestaciones clínicas se localizan en el aparato urinario: dolor o dificultad al orinar, necesidad de orinar varias veces durante día y noche; orina fétida, turbia y con sangre, e inflamación inespecífica.
La Organización Mundial de la Salud, estima que este trastorno se diagnostica en 1 por ciento de los niños y 3 a 8 por ciento de las niñas. La mayor parte de las infecciones ocurre durante los primeros años de vida.
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