La dueña, arrendatarios, pobladores y visitantes, preferirían que la barra fuera retirada
Barra construida frente a la vieja posada en terreno federal.
Sofía Medeles.- La polémica barra ubicada frente a la vieja posada de Ajijic, donde actualmente se encuentra el restaurante Bonanza, ha levantado malas opiniones, tanto en la población, como en los mismos administradores y propietarios de los locales ubicados al pie del muelle, quienes piden de manera unánime que sea retirada.
La barra, así como su base, son de concreto; mientras que, la estructura de esta es de madera y cuenta con una pequeña palapa.
El encargado de despacho, Maximiliano “Max” Macías Arceo, comentó que buscará que haya una coordinación entre la delegación y el Departamento de Obras Públicas a fin de derribarla ya que se encuentra invadiendo el terreno federal del Lago de Chapala.
Por su parte, la dueña de la posada, Lourdes Ramírez, aseveró que la construcción de esa barra, ya hace más de siete años, fue algo que el arrendatario del que en ese tiempo era el restaurante María Isabel, no le consultó y la realizó sin permisos y en una zona restringida; además, la entrevistada coincidió en que da mal aspecto y estorba.
“Ya debería intervenir el municipio y retirarla (la barra), estoy de acuerdo y no pondría ningún pero. Lo que sí hace falta es que cuando retiren la barra, se pueda poner una banqueta, porque el paso por abajo está muy feo, hay muchas piedras y el suelo está irregular. Además, se ve fea y da un aspecto de descuido”, comentó Lourdes.
Asimismo, la dueña del restaurante Bonanza, Laura Jiménez de Beltrán, tampoco se opuso a la idea de retirarla, por el contrario, le gustaría que la quitaran. “Yo no la voy a usar, hasta se ve antiestética, incómoda e incluso antihigiénica, si uno pusiera alimentos o bebidas ahí, se llenarían de tierra”, expresó.
Por otro lado, se entrevistó a siete personas -tanto locales como turistas-, que pasaban por la zona, sobre su opinión. Nuevamente, todos concordaron en que la estructura compromete la estética de la zona y estorba al paso, haciendo que la gente tenga que cruzar por la playa, la cual, además de las irregularidades de su suelo, se utiliza como paso vehicular.
“Si no estuviera la barra podríamos pasar lo más pegado posible a los restaurantes y no tendríamos que cruzar por media playa, la gente mayor se podría caer, además pasan los carros, motos, caballos, bicis, y podría propiciarse un accidente. Se ve fea y descuidada, pareciera que está abandonada”, mencionó Estefanía, quien suele transitar por ahí.
La construcción de la barra inició a mediados del año 2014 y, desde entonces, ha sido clausurada en varias ocasiones debido a que la población se ha opuesto por encontrarse dentro del terreno federal.
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