San Sebastián en su altar, al llegar al barrio -cruce de las calles Marcos Castellanos y Emiliano Zapata- la noche del 19 de enero. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.- Los festejos de San Sebastián, por fin se celebraron con las tradiciones completas, tras dos años haciéndose “a la mitad”, debido a las restricciones de la pandemia.
Desde el jueves 19, recibieron a la imagen de San Sebastián con mariachi, y con un palo encebado para los niños. El día 20, las tradicionales actividades dieron inicio desde muy temprano, con las mañanitas, la misa de 8 y el desayuno.
A mediodía, ofrecieron comida a los asistentes, y acto seguido se dio paso a la procesión para entregar a San Sebastián. En el recorrido hubieron sayacas, carros alegóricos y música de banda.
Tras entregar al santo, el contingente regresó al barrio para hacer el papaqui, que consiste en lanzar huevos con confeti, y acto seguido inició la presentación de la Sonora Pachanguera de San Juan Cosalá. Al final, se quemó un torito pirotécnico, y la presentación de la banda Los Lagos.
San Sebastián sobre su anda, saliendo del barrio de San Sebastián, ubicado en la parte norte de la delegación de Ajijic.
Sofía Medeles (Ajijic, Jal.)- Pese a que se celebró a San Sebastián con una ceremonia muy modesta, los vecinos del barrio no perdieron oportunidad para festejar al Santo, con una misa en el barrio ubicado al norte de Ajijic, conviviendo con chocolate caliente y pan, y en la tarde, con una pequeña procesión para devolver a la figura religiosa, amenizada con una agrupación musical y las tradicionales sayacas.
Durante la mañana, en la misa no asistieron más de 50 personas y todas respetaron en todo momento los protocolos de salud vigentes. Al finalizar se repartió chocolate, canela y pan tachihual para los participantes de la ceremonia eucarística. “Estuvo bien, fue chiquita a diferencia de otros años, pero se sintió igual de bonito”, mencionó don Antonio, vecino cercano del barrio.
Más tarde, durante la procesión, se pudo ver más gente -aproximadamente 70 personas-. La procesión inició con las sayacas bailando, mientras detrás de ellos iba una agrupación musical, y al final, San Sebastián, cargado por cuatro hombres.
A lo largo de la procesión, hubo un grupo de niños que buscaban ser perseguidos y enharinados por las sayacas, quienes solo se limitaron a bailar, y a su alrededor, espectadores que disfrutaban el festejo mientras grababan.
“Esto es lo que le gusta a uno, ya ha habido tantos festejos tan grandes, como el de Joco, no creo que hagan escándalo por esto. Aquí hay puros vecinos y todos con nuestros cubrebocas. Ya nos dimos el gusto de convivir y además compartir una cervecita”, aseguró don Nico, minutos antes de iniciar la procesión.
Aunque el recorrido cambió un poco -por las calles de Zapata, Javier Mina, Guadalupe Victoria, una vuelta por la plaza, y finalmente la calle Parroquia- estuvo todo el trayecto acompañado de espectadores. En la plaza, un par de turistas emocionados, se unieron a la procesión a bailar con la música de la banda.
“No nos imaginábamos que iba a haber un desfile, solo vinimos a dar la vuelta porque hubo chance. A San Sebastián no lo conocíamos, mucho menos imaginábamos que aquí en el Pueblito Mágico es tan querido”, mencionó un señor que estaba sentado en la plaza.
Al final, a la parroquia de San Andrés Apóstol donde fue llevado el santo, solo entraron quienes cargaban a la imagen, así como unos pocos acompañantes, mientras las sayacas se quedaron a la entrada de la parroquia, y la banda tocando las mañanitas afuera del templo. Tras dejarlo, las personas regresaron al barrio de San Sebastián, ubicado al norte, en Ajijic.
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