Foto 1.- Las mujeres de Herodes lucieron vestidos con diseños que simulaban de manera excelsa el oro y la seda.
Foto 2.- De derecha a izquierda: el discípulo Juan; María, madre de Jesús y María Magdalena.
Foto 3.- La guardia romana.
Foto 4.- Los generales del ejército Romano.
Foto 5.- El recibimiento de Barrabás por el pueblo israelí.
Fotos y Texto: D. Arturo Ortega.
Foto 1.- ¡Traemos a este hereje para que sea juzgado! Gritaba el pueblo judío afuera del palacio de Pilato.
Foto 2.- Vista de la escenografía del palacio de Pilato representado en el atrio de la parroquia de San Andrés Apóstol en Ajijic.
Foto 3.- El papel de Pilato en Pasión de Cristo Ajijic 2015, fue personificado por el abogado, Diego Beltran González.
Fotos 4 y 5.- Piden a Pilato la pena de muerte para Jesucristo.
Fotos y texto: Arturo Ortega.
Foto 1.- Esperando con pasión el momento.
Foto 2.- Las estatuas se dan un baño de oro tras el andamiaje que sostiene la escenografía del palacio de Pilato y Herodes, momentos antes de iniciar la obra catequista.
Foto 3.- Afinando los últimos detalles.
Foto 4.- Últimas recomendaciones antes de salir a escena.
Foto 5.- Una última foto de Herodes y sus doncellas antes de que se abra el telón.
Fotos y texto: Arturo Ortega.
Foto 1.- El papel de Jesucristo en Pasión de Cristo Ajijic 2015, fue representado por el Joven ajijiteco, Álvaro Manuel Romero quien tiene 20 años de edad.
Foto 2.- Herodes, representado por Juan José Dieguez Becerra, le pide a Jesús repetir el milagro de la conversión del agua en vino.
Foto 3.- Una Las escenas más conmovedoras, La Flagelación, 39 azotes.
Foto 4.- Los espectadores elogiaron las caracterizaciones de los personajes.
Foto 5.- Una mujer originaria de Ajijic (manto azul) fue la encargada de personificar a María.
Fotos y texto: D. Arturo Ortega.
Foto 1.- “Tú iras a la cruz”, fue la sentencia.
Foto 2.- María y Jesucristo, madre e hijo.
Foto 3.- ¡Levántate, camina! Gritaban los verdugos.
Foto 4.- La ayuda del Cirineo.
Foto 5.- La llegada al Gólgota en Pasión de Cristo Ajijic 2015.
Fotos y Texto: D. Arturo Ortega.
Las actividades que enmarcan el Viacrucis Viviente de Jocotepec iniciaron ayer jueves 2 de abril a las 7:30 de la noche con la representación de “La Última Cena” en la Parroquia del Señor del Monte; para hoy viernes 3 de abril a la misma hora, se realizará la puesta en escena es “El Juicio de Pilatos y la Crucifixión”.
José Antonio Flores Plascencia (Jocotepec, Jalisco).- La semana santa de 1989 fue la primera vez que se escenificó el via crucis viviente de Jocotepec.
El papel de Cristo aquella ocasión fue representado por Miguel Ángel Camarena Sánchez, al preguntarle sobre su actuación nos comentó: “acababa de tomar un curso de evangelización, estaba delgado y barbado, fue una gran emoción cuando me lo dijeron, no dude acepté inmediatamente, los ensayos eran diarios en la casa pastoral durante cuatro o cinco meses antes del evento”
El grupo que lo organizó fue Renovación Carismática en el Espíritu Santo, que aún sigue vigente.
Los coordinadores en ese tiempo fueron Ángel Bernardo Robles Topete, Carlos Góngora Olmedo y Francisco Vargas González, “ellos fraguaron la idea de realizar un via crucis viviente”.
Camarena Sánchez recuerda que los primeros actores fueron: Fabiola Ramos (Virgen María), Fernando Aguayo (Pedro), Juan Hernández (Judas) y Oscar Villaseñor (Juan).
Desde esa fecha se hace por las principales calles de Jocotepec.
Foto: representación del Viacrucis Viviente de Jocotepec en 1989, cortesía de Miguel Ángel Camarena Sánchez.
Por tercer año consecutivo, Abraham Enciso Mendoza representa a Jesús en el Viacrusis de San Antonio Tlayacapán; hace 6 años Enciso Mendoza personificó a Jesucristo en la misma obra catequista.
Las actividades del Viacrucis en San Antonio Tlayacapán iniciaron con una Kermesse en la plaza principal y con una procesión el Domingo de Ramos donde se respresenta la entrada de Jesús a Jerusalén.
El recorrido que inició en la Unidad Deportiva contó con menos participación que el año pasado, indicó uno de los organizadores, Raúl G. Sánchez.
Anadió que esto se debió a que cambiaron el horario del recorrido que culminó con una misa donde se bendijeron las palmas a más de cien feligreses.
Las actividades continúan el El Jueves Santo (2 de abril), donde se representa la Aprehensión del Señor a las 20:30 horas en la escuela Cuauhtémoc, a un costado de la plaza principal.
El Viernes Santo (3 de Abril) se realiza el Viacrucis Viviente a las 12:30 horas. El recorrido inicia en la calle Ramón Corona, esquina Arroyo Hondo.
El Sábado de Gloria (4 de abril) se representa la resurección del Señor dentro de la ceremonia de la Vigilia Pascual a las 22:00 horas en el atrio de la Parroquia de San Antonio de Padua.
Fotos: cortesía.
Por: Fernando Davalos
Amanecía cuando Rosana y yo llegamos a Chapala, el lago más grande de la República Mexicana y el espectáculo que nos presentaba este bello lugar era magnífico. Una sinfonía de colores por doquier anunciaba un plácido amanecer lo cual era a todas luces un buen augurio para la reunión grupal que nos esperaba con un joven maestro del sur del continente Americano.
Un poco más tarde deberíamos reunirnos con el resto de nuestro grupo para iniciar actividades a unos treinta kilómetros de donde nos encontrábamos. Aún cavilaba sobre la razón por la cual Rosana había insistido en que saliéramos rumbo al lago con tanta anticipación, cuando sin mediar explicación alguna comentó:
– ¿Porqué no vamos a visitar a un viejo amigo aquí cerca? No nos quitará mucho tiempo, pues de cualquier manera vamos temprano a la reunión –
– Pero Rosana – protesté – todos nos esperan en la reunión –
– ¡ Pues que esperen ¡ – contesto – tú y yo vamos a visitar a mi amigo ahora, es importante que lo conozcas –
Consciente de mi expresión de desconcierto ante su enérgica afirmación, Rosana suavizó:
– Bueno, debes saber que me lo presentaron amigos que forman parte de las tradiciones más antiguas de nuestra nación, ¿Te interesa? –
Su explicación surtió en mí el efecto deseado y sin protestar más y ya dentro de la carretera ribereña, simplemente seguí sus instrucciones hasta que finalmente estacioné mi carro cerca de una pequeña pero moderna construcción utilizada como centro religioso.
Una vez que cerré mi carro, de inmediato pregunté:
– ¿Qué vamos a rezar ahora? la iglesia está cerrada. – ¿Adónde vamos? – contraataqué – ¿Quién es tu famoso amigo? –
Rosana se limitó a mirarme con incredulidad y con fingida impaciencia afirmó:
– No, no vamos a la iglesia, pero aquí empieza el camino, debemos caminar en silencio, obsérvalo todo y después me dirás todo lo que quieras. –
Sintiéndome entre ridiculizado e impaciente acerté a decir como queriendo inútilmente retomar el control de la situación:
– Está bien, adelante –
El realizar cualquier actividad con Rosana era para mí una verdadera satisfacción, pues en ella convivían armoniosamente una sutil pero poderosa energía y una reconfortante serenidad que le conferían a su personalidad un extraño magnetismo.
Después de cerca de quince minutos de caminar en silencio por el lecho de un río seco y bastante pedregoso, Rosana hizo un alto al pie de tres imponentes árboles que crecían bastante juntos y a lo largo del rústico camino; sin decir nada, procedió a abrazarlos saludándoles con cariño y veneración. Acto seguido me siguió con la mirada cuando sin siquiera pretenderlo procedí a hacer lo mismo, abrazando a los tres árboles con toda naturalidad.
Rosana rió de buena gana al ver mi propia sorpresa ante lo que acababa yo de hacer de manera espontánea y comento:
– Vaya, vaya, parece que ustedes ya se conocen –
Iba a contestar que no era así, pero ella con un rápido ademán me indicó guardara silencio y reemprendió la marcha de inmediato.
Tardé un poco en lograr establecer de nuevo el necesario silencio interno pues no dejaba de sorprenderme lo que acababa de ocurrir, así como el hecho de que creí percibir pequeñas emanaciones de energía al abrazar a cada uno de los tres árboles.
El Guardián
A medida que caminábamos, la vegetación era más cerrada y el camino más abrupto hasta que saliendo del río empezamos a subir por pequeñas y apenas perceptibles veredas.
Cuando finalmente logré establecer en mi interior un poco de silencio, un nuevo descubrimiento me sorprendió abruptamente: Apenas dejamos la zona donde se encontraban los tres grandes árboles empezamos a escuchar todo tipo de ruidos naturales: cigarras, grillos y pájaros que trinaban con cierta algarabía y por intervalos. Era como si la nueva ruta que habíamos tomado por la espesura estuviera viva y vibrante. Rosana pareció estar también al tanto de mi nueva percepción porque sin previo aviso hizo un pequeño alto en el camino para voltear a verme por instantes y afirmó:
– Ya le están avisando al guardián que venimos, ahora sí, silencio absoluto –
Un ligero estremecimiento me recorrió de arriba abajo, ¿Cuál guardián me preguntaba? ¿Y dónde está el famoso amigo? Cuando voltee de nuevo a ver a Rosana, esta ya había desaparecido detrás de la pequeña vereda. Decidí entonces suspender cualquier razonamiento para lograr alcanzarla antes de perder por completo su rastro.
Después de unos cinco minutos más por una empinada vereda, ésta torció hacia la derecha para encontrarse de nuevo con el lecho seco del río por el cual iniciamos la caminata tiempo atrás. Ya para entonces empecé a ceder a una mezcla de enojo y nerviosismo por lo que consideraba una falta absoluta de tacto por parte de Rosana, al abandonarme a mis propias fuerzas en ese abrupto lugar, pero de inmediato me percate de que estaba cayendo de nuevo en la trampa del dialogo interno e intenté calmarme en pleno río a través de profundas inspiraciones para oxigenarme mejor.
El procedimiento me produjo buenos resultados y ya de un mejor ánimo empecé a girar mi cabeza en todas direcciones especialmente hacia el lugar donde yo estimaba podía encontrarse la famosa vereda inexistente. Lo primero que pude ver fue una rústica barda de alambre de púas semi-cubierta por la tupida vegetación imperante ligeramente arriba del río. Con un rayo de esperanza de inmediato subí hasta donde esta se encontraba y al poco tiempo logré descubrir una puerta guarda-ganado que estaba abierta. Ello me confirmó sin duda que Rosana había pasado por ahí dejándola abierta para mostrarme el camino.
Nuestros verdes teléfonos planetarios
Recorrí el último tramo que me separaba de Rosana completamente agazapado, casi de cuclillas debido al enorme número de matorrales con ramas secas y espinosas que me impedían el caminar en posición vertical. Al cabo de unos treinta interminables metros y ya casi cuando me daba por vencido, accedí a un reconfortante claro en la colina y de pronto le pude ver:
Era un espectáculo grandioso, casi en la cresta de la colina, quizás unos tres o cuatro metros por debajo se alzaba un imponente árbol de enorme y frondosa copa con enorme señorío y grandiosidad.
No pude reconocer ante qué tipo de árbol me encontraba, aunque era ciertamente propio del lugar, pero de momento no recordaba haber visto su especie en ningún otro lugar de la montaña. Tendría al menos unos cuatro metros de diámetro por unos quince o veinte de altura y rezumaba autoridad y paz; percibirle suspendió por completo mi diálogo interno y sin dejar de verle ni un instante, me acerqué de inmediato librando no sé cuándo ni cómo una inoportuna cerca de alambre que nos separaba.
El femenino resonar de una alegre carcajada me sacó de mi trance; era Rosana que me saludaba afectuosamente, agregando a modo de explicación:
– Nuestro querido anciano no permite que nadie le conozca sino es a través de su propio esfuerzo y un poquito de sudor, pero la recompensa de su amistad y consejos es siempre incalculable. –
Acto seguido guardó silencio y se limitó a mirarme como aguardando mi iniciativa, pero como de costumbre yo no sabía qué hacer y me limité a observar al árbol de nuevo, embelesado e intensamente atraído por la paz que rezumaba por todos sus poros.
En un tono de auténtica impaciencia Rosana agregó casi gritándome:
– ¡ No hemos venido aquí a perder el tiempo en contemplaciones inútiles Agustín ¡ –
Permanecí un instante sin saber qué hacer y sólo acerté a preguntar con impaciencia:
– ¿Y ahora que quieres que haga? –
La fiera mirada que recibí como respuesta aumentó aun más mi desconcierto; entonces, ya casi al borde de la desesperación recordé súbitamente las palabras del Abuelo del Norte: “nuestros hermanos árboles son los teléfonos con los que podemos comunicarnos con el Gran Espíritu y con todas sus criaturas”.
Aliviado por la oportuna inspiración y sin perder un instante solicité a Rosana con urgencia:
– Por favor prepara un altar con los elementos sagrados de nuestras tradiciones porque vamos a platicar un poco con el espíritu de este lugar –
Rosana sonrió complacida y en un tono jovial e irreverente contesto:
– Lo que usted diga maestro Agustín –
Acto seguido, inició la preparación de un rústico altar con base en elementos propios del lugar, lo que logró con gran rapidez y precisión, en tanto yo iniciaba con toda la humildad que me era posible la búsqueda en lo más profundo de mi ser algún tipo de sintonía silenciosa con la vibración característica del formidable anciano verde que se cernía imponente sobre nosotros.
Una vez encendido el fuego sagrado y apenas Rosana terminó de saludar con gran respeto a todos los Guardianes Sagrados del lugar, algo como una voz interna habló de inmediato a través de mi corazón y lo que recibí me sorprendió sobremanera: se trataba de una urgente petición de ayuda y no la tradicional iluminación o sabiduría instantánea con que mi ego gustaba fantasear en ocasiones.
El venerado anciano verde solicitaba a nombre de todos los habitantes del lugar, ayuda para la restauración del sagrado lago más grande del país, ya que el agua, su más importante recurso estaba siendo dilapidado por la voracidad humana y todas sus formas de vida peligraban, incluso la nuestra.
El verdadero y más importante peligro para este sagrado lugar lo constituiría la desaparición definitiva del poderoso espíritu que le animaba desde hacia miles de años, el cual era venerado por todas las tradiciones del lugar, y cuya vibración característica propiciaba la curación de todo tipo de dolencias anímicas y espirituales.
Había que hacer algo y pronto, y los trabajos de restauración debían ser de tipo ritual y realizados por grupos como el nuestro, exentos de todo protagonismo o nexos con soluciones de tipo político o tecnológico, las cuales solo encubrían ambiciones personales.
El trabajo a realizar debía ser honesto y con intención pura, para con ello intentar llamar ritualmente la atención de los guardianes del lugar, quienquiera que ellos fueran. Nuestra voz, expresada a través del simbolismo de una intención grupal pura y generosa debía hacerse oír para todos aquellos que podían verdaderamente ayudar.
Dicha petición podría ser formulada por nuestro grupo, pues todos sus miembros pertenecíamos a la nueva raza mestiza que había surgido gracias a la descomunal fusión étnica y espiritual realizada entre las culturas Náhuatl y Española a partir de la conquista y en consecuencia, los rituales a intentar cualquiera que ellos fueran, deberían conjugar en un creativo sincretismo lo más sagrado de ambas tradiciones con respeto y pulcritud. No había tiempo que perder, era necesario iniciar de inmediato.
Una agradable pero súbita sensación de frescura me sacó de mi trance comunicativo con el venerado anciano verde. Era Rosana, que afectuosamente enjugaba las lágrimas que habían corrido profusamente por mis mejillas; era tiempo de regresar.
Cronista: Mtro. Gabriel Chávez Rameño.
Por fin retomamos las pláticas sabatinas, ojalá no se me hayan desesperado y de nueva cuenta disfruten de los siguientes sábados con estas historias.
Por cierto quiero mandar un saludo a todos los lectores que me han reclamado por dejarlos con ganas de más crónicas de nuestros pueblos y aquellos lectores que sábado a sábado hacen de Semanario Laguna su deleite en la crónica…y un saludo a las personas de Jocotepec y a los lectores del mercado municipal que me siguen todas las semanas.
Hace muchos años en nuestra población de San Juan Cosalá, se hablaba de la pesca del bagre en “cuevas”, así les llamaban a los sitios donde se encontraba este pez. También se le conocía como “ranchos de tepetate” y en San Juan había dos sitios exclusivos para esto, uno se encontraba donde ahora es el balneario y el otro en Jaltepec, claro los dos dentro del lago.
Los ancianos platicaban que era algo mágico, ya que por las tardes se metían a tapar con rocas las cuevas que ahí había y que para la mañana siguiente había dentro un bagre, incluso se creía que cuando había tormentas con relámpagos los bagres eran mucho más grandes.
Se decía que esta práctica de pescar se realizaba desde la época de los indígenas y antes de la llegada de los españoles, por lo que los españoles prohibieron que se comiera este pez por miedo ya que decían que era una práctica pagana y que eran peces del diablo. Sin embargo esta práctica de pesca, se siguió practicando a escondidas lo que hacía del bagre un misterio.
Don José Rameño † comento “era un muchacho, tendría como trece o catorce años y un día me puse de acuerdo con mi amigo Antonio V. para ir a sacar unos bagres, me dijo que sí y nos fuimos como a las cuatro de la mañana, era en octubre y la luna está muy bonita, se veía re bien.
Cuando llegamos a donde esta ahorita el agua caliente, nos quitamos la ropa y nos metimos al lago, llegue a una de las cuevas y metí la pata, así se pescaba en ese tiempo, se metía el pie al pozo y si había bagres te mordía los dedos y así los podías sacar, no se soltaban.
Estaba metiendo mi pie y no sentí nada, ahí no había, en eso oí a Antonio V. que gritó y sacó su pie, traía un bagre y corrí a agarrarlo, lo saqué y lo aventé a la playa… cuando te muerde un bagre el pie se siente muy raro… Mira muchacho cuando, en eso metí mi pie en otro hoyo y sentí un jalón muy fuerte, era un bagre grande como de unos cuatro kilos, estaba bien aferrado a mi pie que me jaló y me hundió un poco, me acomode bien y me fui saliendo a la orilla poco a poco hasta que pude sacarlo y Antonio me ayudo a sacarlo, estábamos muy contentos y decidimos seguir esculcando las cuevas… poco después sentí que un bagre más grande me golpeó los pies, cuando me animé a sumergirme toque al pescado y de pronto lo abracé, cuando lo iba jalando para afuera le grité a Antonio, porque estaba muy grande, casi como de diez o doce kilos, cuando Antonio llegó me ayudo a sacarlo del agua y la sorpresa que nos llevamos fue muy grande… tenía la cara de niño y nos sonrió muy feo, lo soltamos en ese ratito y nos salimos corriendo, dejamos nuestra ropa y los otros pescados ahí tirados, hasta en la mañana cuando ya había claridad nos regresamos a cambiar y ya no volvimos a ese lugar… yo creo que era el diablo el que se nos apareció, Antonio no quiere hablar de eso…”
Don Antonio V. † platicó, “cuando llego el padre Sánchez le platicamos de eso y le ofrecieron caldo de bagre, antes le gustaba mucho y después ya no quiso comer, no quería de los bagres del diablo, decía que eso no le dieran… el padre hubiera preferido que no lo pescaran más, ya ahora la gente no pesca bagres ahí, ya no hay, los tienen que pescar en lo hondo de la laguna y las muchachas de hoy ya no cocinan, no saben preparar los bagres ni el caldo, ya no les gusta el olor. ”
Lo cierto es que este tipo de lugares los famosos “ranchos de tepetate” o “ranchos de bagres” ya no existen, con el descenso del agua en la laguna, ahora están descubiertos, el mito de la pesca de bagres con los pies es muy raro y quizás poco creíble, y lamentablemente el bagre de nuestro lago poco a poco se ha ido extinguiendo, como le sucedió al delicioso pescado blanco y las famosas popochas
El hombre de más de 50 años vestido de pantalón azul llegó inesperadamente, se sentó cerca del alcalde y comenzó a beber de una botella de plástico.
Redacción (Chapala).- El Gobierno Municipal de Chapala lamenta la irrupción de una persona alcoholizada en el acto cívico que conmemoraba el día de la Bandera.
En el boletín de prensa el Ayuntamiento reitera su respeto a todos los ciudadanos, incluidos los niños y las niñas, a los símbolos patrios y a las Instituciones.
De igual manera se informó que la persona involucrada fue únicamente retirada del lugar para salvaguardar el orden público y la seguridad de los estudiantes de las diferentes Instituciones Educativas que acompañaron la ceremonia.
Foto: D. Arturo Ortega.
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