Cronista: Mtro. Gabriel Chávez Rameño
Durante las noches oscuras y las de luna llena, la gente ha visto la silueta de una persona que cuelga en las ramas de este árbol de camichin que crece cerca del malecón de San Juan.
Se cuenta que durante la guerra de los Cristeros hubo muchos ejecutados en esta población, y en especial uno de ellos fue el que colgaron en el camichin mencionado. Nadie supo quién era. Se decía que era del Chante, otros comentaban que era un hacendado que traían de Zacoalco de Torres o de Sayula de apellido Basilio.
En 1929, llegó una de las tropas federales con una gran cantidad de presos que traían del sur de Jalisco. A muchos de ellos los fusilaron fuera del antiguo templo del Hospitalito, donde ahora se encuentra la plazoleta. Ahí mismo estaba un árbol de hule y un par de guamúchiles, donde también colgaron a otra cantidad de personas. Pero tiene trato especial la muerte del señor Basilio, que por órdenes del coronel Mendieta lo arrastraron hasta el camichin y ahí fue ahorcado, además le dieron un par de disparos.
Ahora en las noches oscuras y en otras de luna llena, las personas han visto la silueta que se balancea en el árbol.
“Yo venía con mi amiga Lupe, del malecón y no era muy noche. Apenas estaba queriendo anochecer, cuando pasamos por el camichin y sentí un escalofrío. Al voltear al árbol me sorprendí de ver a un hombre colgado y no pude gritar. Mi amiga Lupe me vio y no supe qué hacer. Sólo corrió y ahí me dejó. Cuando pude moverme corrí lo más que pude, y alcancé a mi amiga. Ella dijo que no vio nada, pero se imaginó que era algo malo por cómo me vio en mi semblante. Desde ese día ya no pasamos por ese lugar, mejor bajamos en la otra esquina y nos regresamos temprano a casa…”, comentó Rosario Cortes, joven de 17 años.
Don Francisco G. platica que “Ya desde hace muchos años se ha visto a esta ánima que quiere descansar. Mi papá, que era pescador y tenía su canoa ahí donde ahorita es el malecón, pues siempre bajaba a pescar como a las tres de la mañana o cuatro, y me platicaba que en el árbol del ahorcado veía la sombra del que habían horcado ahí. Que ya no le daba miedo verla porque la veía seguido y mi papá mejor le rezaba para que no se apareciera más. Yo en una ocasión la vi, tendría como unos quince años. Iba a buscar a mi papá, en la laguna y bajé por la calle Cardenal hasta donde el árbol del ahorcado. Me dijeron que estaba tomando con sus amigos y fui a buscarlo, y cuando pasé por donde el árbol, vi la silueta del hombre y corrí sin detenerme hasta donde estaba mi papá. Se siente feo ver semejante cosa, muchacho.”
La señora María García (†) comentó: “Veníamos del circo. Se ponía en la punta ahí donde están haciendo el malecón, ése. Llevé a mis hijos al circo que vino. Por allá en los noventas, mi hijo Javier tenía diez años y ahorita ya es todo un hombre ya hasta tiene hijos… Cuando salimos del circo, ya era noche y está rebonito porque había luna llena. Se reflejaba la luz en la laguna. Mi hijo quería hacer del baño y nos fuimos acercando donde al árbol del ahorcado para que allí hiciera; ya no había gente, ya se habían ido. Y cuando nos acercamos al árbol, mi hijo se sentó a hacer, y se me ocurrió voltear a ver a las ramas del árbol, y con la claridad de la luna, clarito vi cómo una sombra de un hombre se movía de un lado a otro. Sentí mucho miedo, pero no quise gritar ni correr por mis hijos, y cuando nos fuimos volví a voltear y la sobra seguía allí colgada…”
El árbol sigue en pie y custodia la entrada al malecón de San Juan por la calle Del Cardenal. Algunos comentan que han visto la silueta, otros no han visto nada. La historia ahí está, y es verídico que ahí ahorcaron al señor Basilio. Lo que no se sabe es de dónde era originario, si de Zacoalco o de Sayula. De esa región del Sur de Jalisco es un hecho que sí era.
Miguel Cerna (Jocotepe, Jal.).- Alrededor de las ocho de la noche, las sirenas de las patrullas y ambulancias anunciaron la llegada del contingente de corredores que traían consigo una antorcha encendida por el fuego patrio desde la Alhóndiga de Granaditas en la ciudad de Guanajuato.
Al poco tiempo de que empezaron a trotar rítmicamente por las calles del centro histórico de Jocotepec, la lluvia hizo su aparición dispersando a los espectadores. El “agua” no detuvo a los corredores quienes hicieron un recorrido por las principales calles del municipio hasta arribar a la Plaza Principal, para, junto con el presidente municipal Juan Francisco O’shea Cuevas, encender el pebetero con el fuego de la independencia.
Después de un viaje de aproximadamente 28 horas corriendo en relevos, su organizador, Alejandro Navarro, aseguró que no hubo ninguna dificultad en la hazaña en cuando al tiempo. “A los lugares que íbamos a llegar fue justo a tiempo”, pero informó que si hubo dificultad en la alimentación de los corredores, porque no había “lugar para tantos” en los restaurantes que llegaron durante el recorrido. El contingente partió el 13 de septiembre a la media noche y empezó a correr el 14 al medio día.
En esta ocasión se conmemoró el 15 aniversario del Fuego Patrio. Incluyendo alumnos egresados que ya habían vivido la experiencia, en total fueron 92 alumnos, 33 egresados y 59 normales, además de un maestro y directivos del CETAC. El profesor Pedro Valentín es conocido porque ha corrido los 15 años, a sus 72 años, el “profe” manifiesta que se siente con las energías suficientes para seguir yendo a traer el Fuego Patrio.
Lorena Valencia es una de las egresadas que repitió la experiencia. Ella no puede elegir cuál viaje le ha gustado más, si éste o el de hace 5 años. Aunque se dijo cansada, calificó la experiencia como única e inolvidable.
El fuego Patrio fue financiado por diversas fuentes, entre apoyos del ayuntamiento, patrocinadores y la venta de boletos para una rifa de parte de los alumnos elegidos para transportar el fuego. Poco a poco esta actividad se ha convertido en una tradición muy esperada por los jocotepenses, aunque por el momento está en posibilidades de desaparecer porque su realizador Alejandro Navarro informó que con los 15 años, ya cerró su ciclo de organización. Aunque Navarro abrió la posibilidad de que puedan convencerlo o que otra persona tome las riendas de la organización.
Fotos: Miguel Cerna.
El delegado de Ajijic Héctor España Ramos dio el grito acompañado de su esposa, además de políticos locales y estatales. Video de Zuly Rojas.
Domingo Márquez (AJijijic, Jal.).- A la noche del Grito en Ajijic llegaron según un estimado de Protección Civil, entre mil 200 y mil 500 personas, y ésta estuvo enmarcada por los concursos de la hora de los aficionados, de los tragones, los «encostalados», carreras infantiles, el juego del palo encebado, entre otras actividades, y aunque se anunciaron la Carrera de las Antorchas y el Puerco Encebado, estas no se realizaron.
La música de los Cadetes de Juan Guerrero, que son familiares de uno de los integrantes del grupo norteño los Cadetes de Linares, dio cierre al suceso que comenzó por la tarde con los juegos familiares y terminó en la madrugada del 16 de septiembre.
El mariachi Santa Cruz fue el encargado de acompañar a los más de diez inscritos a la hora del aficionado y la antorcha que recorrió las diferentes delegaciones del municipio y que prendió el fuego patrio en la delegación, fue traída por corredores del Club Salvajes Ajijic.
En el escenario, el cual fue rentado por 17 mil pesos y decorado con unos paneles de madera que simulaban la fachada de una hacienda y la cual tuvo un costo de otros 11 mil pesos, el delegado Héctor España Ramos vestido con traje negro y corbata del mismo color, dio el grito acompañado por su esposa, un ex presidente, tres ex delgados del pueblo, cinco representantes de dependencias estatales, entre otros políticos, además de la Reina y las tres princesas de Fiestas Patrias.
España Ramos sosteniendo la bandera con la mano izquierda, nombró «a gritos» a los hombres que nos dieron patria, para después ondear la misma.
Al finalizar la ceremonia del grito donde el gobierno municipal de Chapala aportó 20 mil pesos, el delegado y sus invitados especiales pasaron a una cena realizada en el Centro Cultural de Ajijic con acceso restringido.
Algunos de los invitados a la cena del grito fueron: El delegado nacional del sindicato de trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sección Jalisco, el doctor Pedro Castillo Martínez; el síndico electo de Chapala, Óscar España Ramos; ex alcalde de Chapala, Gerardo Degollado González; doctor Jorge Navarro supervisor estatal de odontología de la secretaria de Salud Jalisco; el titular de SIMAPA Chapala, Timoteo Aldana; titular de SIMAPA Ajijic, Carlos Ríos; Director ejecutivo de Lake Chapala society (LCS) Terry Vidal; enlace de la delegación Ajijic con la comunidad extranjera, Harry Bublin ; de la fundación Cambiemos Jalisco, Alicia Martínez y Cesar Castro, en representación de Sagrario Díaz de Sandoval, mamá del gobernador de Jalisco; los ex delegados de Ajijic, Vicente Hernández Reyes, Javier Rojas Vargas y Rubén Romero Pérez .
Por cronista: Gabriel Chávez Rameño
Por llegar el mes de la patria celebramos nuestra mexicanidad, nos regocijamos y gritamos sintiéndonos muy mexicanos, y se nos olvidan todas penas y penurias al son de un buen mariachi y unos tragos de tequila. Somos felices porque somos mexicanos, y nuestras Fiestas Patrias son un orgullo, porque, ya en el extranjero o donde haya un mexicano, se celebra con tantas ganas que hasta los extranjeros se sienten mexicanos, aunque sea tan sólo por esa noche. La noche del 16 de septiembre.
Ya nada es como antes. Todo cambia. Ahora a los muchachitos ya no les gusta cantar el Himno Nacional. Es más, ya ni gritan la noche del 16. Antes esperábamos esa noche para gritar “Viva México” con orgullo y gritábamos cuando sonaba el himno en las bocinas que ponían en la presidencia. Ahora ya no hay respeto, y creo que los niños ya no se saben el Himno. Antes nuestros papás querían que lo aprendiéramos y lo cantáramos casi como si fuera el Padre Nuestro. Había más cariño para nuestro país y todos participaban. Es más, los adultos se emborrachaban hasta después de que tocaran el Himno, y ahora los muchachos ahí andan de un lado para otro con sus cervezas y, hasta echando trompadas, no dejan disfrutar de la noche mexicana.
Pero la plática es por el desfile. Fíjate que ya muy temprano nos levantábamos y nos íbamos a la escuela porque nos querían bien peinados y limpiecitos. Yo estaba en tercero y era mi maestra la señorita Carmelita, que venía de Acatlán. Fue por los años del 55 ó 56, no me acuerdo bien. Ya nos formaban y nos ponían a tomar distancia, y a marcar el paso. Lo que más nos emocionaba era cuando llegaban los soldados del regimiento de Sayula, todos bien uniformaditos y con mucha disciplina. Nos daba mucho gusto verlos formarse y cuando les daban la orden, bien parejitos que marchaban, y cómo portaban la bandera con mucho orgullo. Luego llegaban los charros y todo se ponía bien bonito. La gente en las calles se ponía muy contenta al ver pasar los batallones. Yo quería ser soldado, pero luego ya me puse a trabajar y pues ya no me fui al ejercito… También lo que me gustaba mucho era la banda de guerra, la que traían los soldados y se escuchaba muy parejita, que hasta se me enchinaba “el cuero”. Mi abuelo Timoteo les invitaba el desayuno a unos militares. El presidente hablaba con las familias y cada familia invitaba a desayunar o comer a unos cinco o seis militares, y así ellos convivían con la gente del pueblo, y nos platicaban sus historias del ejército. A nosotros nos platicaron que tuvimos unos héroes en la segunda guerra mundial. Unos pilotos de aviones de guerra que fueron a pelear por allá en el 45. Se llamaban el escuadrón 401, y nos platicaron que se fueron que eran muy buenos, que hasta mejor que los de Estados Unidos. Yo estaba niño y quería ser piloto y me imaginaba volando uno de esos aviones y peleando contra los malos. Eso nos platicaron ese año, que los pilotos mexicanos pelearon por allá en el extranjero.
Al día siguiente, en la escuela, le platiqué a mi maestra, la señorita Carmelita, y se puso muy emocionada. Me dijo que sí era cierto, que ella lo había leído en el periódico y hasta unas fotografías había. Al siguiente día nos llevó el periódico y vimos las fotos de los soldados del escuadrón 401. Todos estábamos bien emocionados con las historias de la guerra mundial. Éramos niños y no nos imaginábamos tanta crueldad. Sólo pensábamos en los héroes y el desfile del 16.
Mtro. Gabriel Chávez Rameño
Cronista
Ramón Espíritu Ramos, de la dinastía de la familia Espíritu, de “Layo”; Carlos “El Meco”; de “El Cegueta”; de Don Daniel y demás, de los que cada uno de ellos merecen mención aparte, esa gente que ha forjado la historia de Ajijic, esos hombres y mujeres quienes con su espontaneidad, con su originalidad han escrito pasajes importantes en un pueblo lleno de personajes.
Un brillo muy especial se asoma en su mirar al iniciar nuestra charla en la plaza de Armas de mi querido pueblo, “Pues ya estoy viejo mi Pita (Pitaya), ya voy pa’ los 86 y como que ya siento que se me doblan las corvas”; no digas eso Ramón, ahorita vas a rejuvenecer; A chingao y ¿Cómo le vas a hacer? Muy sencillo le dije, cuéntame de tu vida, de tu época de torero, de charro, de tus mujeres, de tu gente, de tu pueblo y ¿Sabes qué? De tu querido “As de Oros”, su rostro se iluminó, su mirada se perdía en la montaña como queriendo poner en orden sus ideas.
Con la emoción a flor de piel inicia: Mira Oscar yo sólo tuve tres amores, mi esposa, mi familia y mi caballo, sí, mi querido As de Oros. Desde potrillo supe que sería algo grande, se notaba ligerito, de patas blancas, con su mancha blanca en toda la frente, yo lo fui criando como si fuera mi hijo y al pasar el tiempo parecíamos uno solo, éramos inseparables…
Recuerdo bien como fue creciendo su fama para las carreras, ya ves que en aquéllos tiempos se acostumbraba mucho, poco a poco y ante la incredulidad de mucha gente que dudaban de su ligereza se ganó la confianza en todos los lugares donde corrió, por eso viene lo del nombre, como no me le veían la finta los apostadores creían que perdería y pues yo me aprovechaba, era como si me sacará un As que traía bajo la manga, con ese ganaba, con ese caballito los acababa.
Mira, era tanto el alboroto que se armaba cuando iba a jugarlo que hasta las mujeres dejaban sus quehaceres por irse a la jugada, todos querían ver como se arrancaba al grito de salida… “Vámonos”, parecía que volaba, como si sus cascos no pisaran el suelo, los carriles de La Floresta, los pueblos que visitamos llenos de gente esperando verlo correr, yo creo que muchos hicieron dinero al apostar a su favor.
Era algo tan especial, él se mostraba inquieto cuando quería salir a pasear por el pueblo, era vanidoso mi caballo, cuando le dábamos pa’ allá pal potrero, había gente que le aplaudía al pasar y muy orgulloso movía la cabeza hacia el frente como si agradeciera el cariño, mejor que muchas personas, así de noble fue mi caballo, me dio mucha tristeza el día que nos separamos, más tarde supe que lo “traiban” jalando la yunta y lo quise recuperar, no fue posible, ya no lo volví a encontrar. Su recuerdo me llena de emoción, como quisiera que estuviera aquí conmigo, como quisiera saber dónde quedo enterrado para irlo a visitar, siento que no fue un caballo, ni siquiera un animal, estoy seguro que fue mi mejor amigo y que un día lo volveré a encontrar.
Ese caballito fue parte de mi vida, siento que algo me falta, que traigo un hueco aquí en mi corazón, pero cuando nos volvamos a ver, entonces sí, nadie nos va a separar. Cada mañana despertaré con su fino y alegre relinchido y me diré ahí está mi amigo, el mejor, mi consentido… Mi As de Oros.
Foto: cortesía.
La fachada del Centro Cultural González Gallo (CCGG) en la cabecera municipal de Chapala. El cabús se instalará en el sitio original donde estaba la primera línea de vías, afuera del edificio, dejando la entrada libre.
D. Arturo Ortega (Chapala, Jal).- Un vagón de tren regresará a las vías de la antigua estación del ferrocarril. El Centro Cultural González Gallo (CCGG), de la cabecera municipal de Chapala, contará con un vagón en tamaño real en exhibición permanente.
Un fanático de los trenes y su historia, Juan Diego Castro Ramírez, su hijo y el alcalde Joaquín Huerta Barrios, gestionaron ante Ferrocarriles de México la donación de un cabús (el último carro de un ferrocarril) para el municipio de Chapala.
El cabildo de Chapala aprobó por unanimidad su colocación a las afueras del CCGG durante la sesión del 28 de agosto. El cabús es un modelo mexicano de la década de los ‘50.
El alcalde destacó que el director de Ferrocarriles de México dio el carro a Chapala, cuando otros municipios lo han requerido y no lo han podido lograr, asegurando que es el último que dona Ferrocarriles de México.
“Ya tenemos en el patio de Ferrocarriles de México en Guadalajara ese cabús”, dijo el primer edil a los regidores y agregó: “Hemos trabajado muy fuerte y ya conseguimos durmientes, ya conseguimos la vía, ya conseguimos la grúa que lo va a traer, ya conseguimos prácticamente todo a título gratuito”.
Pese a que en un principio se pensó que el carro quedaría en el interior del polígono de la estación del ferrocarril del CCGG, pegado al arroyo, la secretaria de cultura de Jalisco, Myriam Vachez Plagnol, mandó un oficio al alcalde donde notificó que no es recomendable el sitio en el que pensaban instalarlo y que lo recomendable es que se instale en el lugar original de las vías a un lado de donde se ubica la banqueta actual.
El cabús mide 15 metros de largo por 3.20 de ancho. El carro es una pieza más representativa de cabús mexicano. Está quemado y grafiteado, pero está entero, y su restauración tendría un costo estimado de 150 mil pesos.
El director de Obras Públicas, Manuel Buenrostro, trabaja en el proyecto de obra de la ubicación del vagón para lo que ya ha diseñado un boceto en digital del lugar donde quedaría.
El vagón se ubicaría de manera paralela a la banqueta, y dejaría la entrada al CCGG libre. Se eliminaría el camellón de 6 metros para dejar libre el tráfico y se tendrán que talar los árboles.
Huerta Barrios aseguró que, a un mes de concluir su administración, lo que alcanzarían a realizar sería la base donde se colocaría el vagón del tren y pintarlo. La siguiente administración tendría que restaurarlo.
Juan Diego Castro Ramírez aseguró que se trata de un rescate de la historia y cultura del espíritu mexicano.
Reconoció la labor del promotor y administrador del ferrocarril, Paul Christian Scjetnan, por traer el tren a Chapala en su ruta por 26 kilómetros hasta La Capilla.
El señor Paul Christian no sólo construyó la estación de Chapala, sino que también la subestación de Ixtlahucán de los Membrillos, la cual actualmente funge como casa y que también existe un túnel por donde pasó el tren.
El libro de la Secretaría de Guerra y Marina registra que en 1923 Chapala recibía 3 trenes diarios. El nombre del tren que circuló fue ferrocarril de La Capilla a Chapala.
Castro Ramírez instó a iniciar los preparativos para los cien años del ferrocarril. Aseguró que hay muchas cosas que se pueden rescatar. “El reloj de la estación está perdido pero a la vez no, los muebles de la estación están perdidos. Hay gente que dice que están aquí y que están allá. No es cosa de quitarle nada a nadie, es cosa de ver qué se puede rescatar”.
Foto: Arturo Ortega.
Pinturas de Remedios Varo y Esculturas de Alejandro Nava. Entre otros, exposición abierta al Público hasta el 30 de Agosto del presente año.
Foto y texto: Por: Ili.
En cajas de catón se guardan los documentos que cuentan la historia del municipio.
Miguel Cerna (Jocotepec, Jal.).- Diana Amezcua Machuca, historiadora y jefa de archivo municipal de Jocotepec, informó que le costó siete meses ponerlo en orden debido a que la pasada administración, encabezada por Mario Chávez Morales, fue la única que no designó a ningún encargado para que manejara el archivo. Debido a ello, el espacio funcionaba como bodega. Lo único que se encontró de esa gestión, fue el archivo de Registro Civil, Jurídicos y Secretaría General.
El archivo del municipio se divide en dos categorías: el general y el histórico. En el general se guardan la mayoría de los documentos derivados de la actividad pública, con el fin de que puedan ser de utilidad para las siguientes administraciones. Sólo se desechan las solicitudes de apoyos y de programas sociales que dejaron de funcionar. Cuando los documentos del archivo general alcanzan los 50 años, se convierten en archivo histórico.
Algunos de los ramos que cuentan con archivo histórico en Jocotepec son Presidencia, Tesorería, Instrucción Pública, Justicia, Asuntos Varios y el Periódico Oficial de la Federación, con fechas de 1866 a 1996.
Cuenta con 120 libros de entre los años 1879 y 1985; 115 de Tesorería, dos de Presidencia, dos de Justicia y uno de asuntos varios.
Uno de los objetivos de Diana Amezcua, era traer en fotocopias las 12 cajas de archivo histórico que permanecen en Chapala. Documentos que se generaron cuando Jocotepec no tenía el nombramiento de “municipio”, sino el de “villa” y formaba parte de Chapala. Pese a que ya se tenía la autorización, la obra no se pudo concretar debido a las obras de rehabilitación del Palacio Municipal de Chapala.
La Ley Federal de Archivos, aprobada en enero de 2012, ordena la organización y conservación de los archivos en posesión de todos los niveles de gobierno, y obliga a los municipios a dotar de infraestructura suficiente a sus archivos para que puedan ser consultados de manera digital, además esta ley regula la accesibilidad y disponibilidad para la consulta pública del archivo histórico.
El artículo 23 de esta ley, detalla que los servidores públicos que deban elaborar un acta de entrega-recepción al terminar su periodo de administración, deberán entregar a quienes los sustituyan, los archivos organizados e instrumentos de consulta y control que se encontraban bajo su custodia.
Al respecto, Diana invita a la población en general a que conozca y consulte el archivo histórico, que está ubicado en el sótano de la Casa de Cultura y abierto de lunes a viernes de 9am a 3pm.
El principal problema que encuentra la jefa del archivo, es que no hay un inventario detallado de los documentos que existen, por lo que es muy fácil que se puedan desaparecer o que les den un uso inadecuado. Diana Amezcua asegura que deja en “muy buenas condiciones” el archivo, fruto de su amor por la historia y su promoción.
Foto: Miguel Cerna
La actual titular del archivo municipal, Zaida Cristina Reynoso Camacho manifestó que a pesar de requerir más 120 cajas especiales para archivo muerto, las dificultades económicas de la administración han impedido que se proporcione lo necesario para llevar a cabo la clasificación y resguardo de los documentos. Foto 2: el viejo domicilio del Archivo era la antigua presidencia; por el momento la bodega de una tienda de artesanías les sirve de oficina.
D. Arturo Ortega (Chapala, Jal).- La titular del Archivo Histórico Municipal, Zaida Cristina Reynoso Camacho informó que recibió un archivo en desorden y descuido, por lo que las pérdidas de documentos y fotografías son incalculables.
La entrevistada manifestó que en el lugar ahora en remodelación –antigua presidencia de Chapala- había libros, revistas, periódicos e imágenes y otros documentos que permanecían en la intemperie, además de restos de documentos quemados.
Informó que algunos de ellos plasmados en un inventario que recibió al inicio de la administración ya no están, como tampoco se encuentra el trabajo del cronista de Chapala, Armando Hermosillo Venegas y al cual el archivo histórico debe su nombre y fundación.
Otros documentos importantes que el archivo ha perdido de manera desconocida es el acta de defunción del presbítero independentista, Marcos Castellanos.
Zaida dijo que incluso han sido víctimas de robos en el nuevo domicilio, – el antiguo domicilio del Archivo era la antigua presidencia, ahora en remodelación- ubicado al fondo de una tienda de artesanías, contigua al palacio municipal, donde sólo una cortina divide el pasillo entre el archivo y la tienda.
Además, en la primera mudanza en el mes de junio del 2014, la directora sufrió el robo de su computadora asignada para realizar sus labores, la cual hasta la fecha el Ayuntamiento no le ha repuesto.
Vecinos de la localidad apoyaron a la directora del archivo con una computadora, mientras que utiliza el escáner de su casa, para digitalizar los muchos documentos en existencia.
El personal que trabaja también ha sufrido de robos de efectivo, además de las ganancias de las ediciones impresas del libro: “Leyendas de Chapala”, publicado en el 2013 por iniciativa de la directora.
A pesar de los robos, mudanzas y contratiempos, Reynoso Camacho declaró que en la actualidad un 90 por ciento de la documentación se encuentra ordenada y lista para consultarse, “Falta en realidad muy poco”.
Fragmento de la nota publicada esta semana en nuestra edición impresa. Laguna 180. De venta en tiendas y supermercados de la Ribera. Porque no todo está en el Internet.
Fotos: Arturo Ortega.
Cronista: Mtro. Gabriel Chávez Rameño.
Viendo el hermoso lago desde un punto elevado en La Mojonera, vi como surcaba las aguas el barco llamado Batur, recordé por un instante como se habría visto por allá en los años de 1879 a 1885 el vapor llamado, “El Vapor Libertad”.
Bautizado así por el presidente de la República, Don Porfirio Díaz, un domingo 16 de septiembre que se festejaba un aniversario más de la Independencia de nuestro país.
Manufacturado por una firma alemana en Ocotlán que para esos tiempos del Porfiriato era una ciudad muy importante en nuestro estado ya que de ahí partían los trenes hacia el centro y norte de la república mexicana y repartían la riqueza en peces y granos de nuestra región, por lo que el comercio era muy importante en esos tiempos y además el tren servía como trasporte a los turistas que desde el norte y centro visitaban nuestro hermoso lago, que ya platicaremos en otra ocasión.
Antes de la construcción del Vapor Libertad sólo había embarcaciones de una o dos velas que trasportaban animales y granos así como personas, después del Vapor Libertad hubo otro llamado el Vapor Corona que lo bautizaron así por el entonces gobernador del Estado y general Ramón Corona, que les contaré de él en próximas ediciones.
El Vapor Libertad hacia su recorrido saliendo desde Ocotlán, paraba en Chapala y continuaba hasta Jocotepec, en un punto que hoy se le conoce como La Cristina, se paraba para ahí abastecerse de carbón que bajaban de las carboneras del cerro de San Juan Cosalá, de un lugar que le llamaban “La Ocotera” y surcaba de regreso por la parte sur del lago hasta Tuxcueca, donde se volvía a abastecer de carbón, que bajaban de la Manzanilla y Concepción de Buenos Aires, que para esos tiempos era un punto y puerto importante del comercio entre el sur del Estado y el centro.
Ya de Tuxcueca regresaba a las Islas de los Alacranes y del Presidio, sin llegar ahí, volvía a Chapala y regresaba a Ocotlán, era una travesía que duraba todo el día, y principalmente paseaba a los más acaudalados de Jalisco y Estados circunvecinos, eran paseos dominicales y este vapor tenía una tripulación de 14 personas y tenía una capacidad máxima de 180 personas y tenia compartimiento de carga de tres toneladas de capacidad, era de tres pisos y era muy vistoso.
Cada domingo que se reunían las personas en Ocotlán, lo hacían entre las ocho y ocho y media de la mañana, se escuchaba el silbatazo y todos preparaban sus boletos para poder acceder al Vapor Libertad, que zarpaba a las ocho y media en punto, el contramaestre izaba la bandera, del porfiriato, y al toque de la tercera campanada el Libertad iniciaba el recorrido.
Al dejar Ocotlán recorría las inmediaciones y cerca de Poncitlán estaba en su apogeo el hotel llamado “El Fuerte”, donde el vapor Libertad hacía tocar su silbato y los huéspedes del hotel saludaban eufóricos a los paseantes del Libertad, quienes con emoción meneaban las manos de un lado a otro.
La orquesta iniciaba su participación y todos acudían al desayuno que en el Libertad se ofrecía, al llegar a Chapala nuevamente el regocijo se vivía, ya que ahí ya había más paseantes haciendo fila para subir al Libertad, ya en Chapala algunos bajaban para quedarse ahí, otros se subían y continuaban su paseo hasta Jocotepec.
Había quienes iban de negocios y se bajaban en los distintos puntos de desembarque, en Jocotepec no había parada, sólo el Libertad pasaba y hacía sonar su silbato, la siguiente parada era Tuxcueca, donde lo esperaban con ansia donde descargaban y subían mercancías, los paseantes sólo observaban y disfrutaban de la música, comida y bebida, se contaban que había muchos que ya en las borracheras se aventaban al lago para demostrar su valentía, quienes eran encarcelados en la nave y llegando a Ocotlán por daños a la navegación.
Ya de la trágica decadencia del Vapor Libertad contaremos en la siguiente edición, y como muchas personas perecieron.
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